Diario de Sanfermines (X)

No me he ido amigo Pepe, sigo aquí, al pié del cañón, pero uno no es Miguel Reta, que puede estar en todas partes y ser diferentes partes del guiso y del postre a la vez.

El 11 de Julio fue realmente interesante. Después de ver cómo corrieron los fuenteymbros, que imagino te gustarían, salvo el percance del 41, todo giraba en ese momento sobre el devenir de ese toro. Cogimos cuesta arriba, con Ana y los chavales, una familia unida (algo increíble en Sanfermines para tu compadre, ¿verdad?) y estuvimos viendo un rato la matinal, a la espera del sorteo. Allí chocamos Alfonso y yo, ya sabes, como quien no quiere la cosa, y me salta que no le diga nada, que él no sabe nada. ¡Qué jodido! Pero sin hablar, él ya sabía que yo tenía conocimiento de lo sucedido unas horas antes al 41. Y es que Ricardo, el patrón, ya me lo contó con pelos y señales, a parte de estar muy cariñoso y atento con los niños. ¡Si serán malas las mujeres, tú ya sabes, que mi mujer se extrañó!
El caso es que a la altura de telefónica con la bajada, se descordinó, de tal manera que cuando se cayó en la arena, justo delante de los dobladores, ya no podía más. Estuvimos, precisamente, Ricardo y yo, rememorando cómo al levantarse el toro y hacer por el capote arrastrado se vencía hacia su derecha. Y es que, entró, fue dando tumbos en el camino interior de la plaza hasta el corral interior, llegó y se desplomó, descordinado y fulminado. ¡Qué valiente el burel! Aun descordinado siguió en su misión de embestir. Creo que era uno de los 'pavos' favoritos de la Feria, porque junto al 171 de la misma casa, creo que ha sido de lo mejor presentado del ciclo.
Por cierto, imagino que ya lo sabrás, pero te lo digo. Nuestro común amigo Natxo (perdón, Nacho) ya la ha bautizado como Feria de la Babosa. Sabes que generalizando no puedo estar en más desacuerdo, sobre todo viendo muchachotes como ese 41.

De ahí, sin apartado ni nada, corriendo al Club Taurino. Se entegaban los premiso del año 2.011.
Mejor estocada: Iván Fandiño
Mejor par: Luis García, 'El Niño de Leganés'
mejor toro y mejor vara quedaron desiertos.
Aquí te dejo unas fotos que echó Charo, la mujer de Josetxo a los chavales con ellos.

Al terminar, rapidito porque Juanito, el presi, fue breve, breve, breve, y a la copita, y a dar una vuelta con Luis e Iván hasta el Burladero, y luego a comer con ellos en el club. El presi me invitó, y el presi pagó de su bolsillo. Y fue interesante el aperitivo y la comida. Yo ya sabes, me conoces bien, atendiendo a Luis. Yo prefiero a los subalternos, aunque con Iván hace tiempo que la cosa está en buena armonía. Charlando con Iván, me decía delante de todos si recordaba lo que hablamos en el invierno sobre la posibilidad de venir a dos tardes. Y me confirmó que Néstor pidió lo que dijimos en enero, poder venir a dos tardes siendo los cebadas una y fuenteymbros la otra, pero que al final le dijeron que una y a El Pilar.
La verdad es que en 'petit comité' las charlas son jugosas. Algunas anécdotas de sombrero. Hablando Fandiño con Juanito, todos escuchando lo que decían en la sobremesa, le salta que la mejora de los contratos, los esfuerzos contínuos le habían llevado a torear con los dos de la prensa rosa en Sanlucar. Y contaba que para él fue como un entrenamiento. Decía que eran enanos los toritos, que relajado todo el rato, y sorprendido que eso fuese la norma absoluta que le comentaban los compañeros de terna. Ahí Juan estuvo hábil y le saltó que imaginaba que a esos les habría dejado 15 tantos de ventaja a 22, haciendo clara alusión al pasado pelotari de Iván, lo que resultó carcajadas para todos. Y después, volviendo a eso, a mí me parece triste que esa babosería se imponga por todos los lados. Si ya el amigo Ignacio llama a la Feria del Toro la de las babosas, ¡qué no vemos en todos los lares cercanos a tu casa!

Al marchar los toreros, copita a la espera del chaval, que se viene a los toros con Angel y conmigo. Con un ambiente fenomenal, dale que te pego, charla que te charla, que nos damos cuenta que teníamos el homenaje a Reta, y que la vida no nos da para ello. Y llega la hora de los toros, y le digo a Asier que vamos antes que tenemos que subir muchas escaleras. No veas la cara del mocete. -Aita, te equivocas, no subimos escaleras. Entramos a la plaza y se bajan.- Carcajada general. El muchacho piensa que vamos a sombra, a un buen tendido como otros años. No sabe aún que va debajo de la chapa verde que cubre la andanada. Y duda, y dice que se va con Juanito. No tengo entradas, mi chico, le dice.

Y bautismo de sol para el joven aprendiz de aficionado. Y pendientes de él, y que el mocé no se perdió ni ripio del coso. Entre toro y toro miraba a su alrededor y me miraba como aterrado, o sorprendido, a extrañado de aquellos comportamientos de gente normal que se transmuta en una masa juerguista, alegre y borracha. Bocadillo y coca-cola en medio de aquella marabunta, y Angel y yo que damos por hecho que una y no más Santo Tomás.

La corrida tuvo su interés, empezando por el 102 que era el sobrero, y me gustaron las formas de varios toros, como el tercero, la clase del sexto, el quinto haciendo el avión. Pero chico. No hay que traer a esos toreros de relleno. Sólo Jiménez Fortes estuvo hecho un tío. Tuvo un buen lote, el mejor, no lo dudo. Pero los toros los hacen los toreros, y para mí, el quinto, aunque sin mucha fuerza, claro está, estuvo cuatro series haciendo el avión. Y eso, no se ve todos los días.
De hecho, al final, charlando con Ricardo, o mejor, hablando Ricardo a Zabala y a mí de la corrida, yo sí le resalté ese avión del quinto, a pesar de la poca fuerza, más que la clase del tercero o del sexto. Pero se exige mucho a esta ganadería. Y así debe ser a esta y a todas. Y tengo claro quién se lleva el premio Feria del Toro. Y así, por segunda vez, en la cervecita pos corrida, lo hago saber al comité de sabios aficionados. Y esta día, empieza a haber caras de aceptación. Y eso, señores, es muy malo para la Feria del Toro. Porque algunos damos por hecho, que del toro-toro termina el 11 y no el 14 este término.

Y allí, entre colegas, la familia, aparecen gente del toro. Ganaderos, matadores retirados, grandes taurinos de la tierra norte y Francia, y la charla se hace larga, para placer de cualquier amante de esto.
Por eso no entiendo que me digan que los Sanfermines no son toros. Son toros sí o sí. Incluso en lugares como el sol, donde hay aficionados viendo toros, donde la gente se quedó quieta al sexto viendo la faena de Fortes, donde se puede desde la mañana hasta la noche, salir, no volver hasta entonces a casa, y charlar, ver, y vivir lo nuestro. Y tanto se pega esto, que mi chaval ya ha firmado para el resto de la Feria.