Sanfermines (IV)

Ante los comentarios recibidos en anteriores capítulos del título que nos precede, me piden si puedo hacer algunas aclaraciones. Dije estar abrumado por la avalancha de comentarios destacando las opiniones de este mundillo de aficionados semi-proscritos.
Obviamente, yo doy opiniones propias, mensajes poniéndome en a piel de quienes deciden, que no tienen porqué ser esas, y que aunque lo fueran, en ningún caso nos las van a dar. Es más fácil que te las dén para gancho o confusión. Y por eso, mejor no las pedimos.
No es difícil ponerse en la piel de quienes mandan en la empresa, ni de sus porqués. Lo primero se trata de unos cabales aficionados, que por amor al arte, a su ego, a su afición, a la dedicación gratuita. Y está claro que se confía en Miguel Criado y su hijo, al igual que se confiaba en su padre, con fe ciega. Y Miguel conoce bien el campo, cree en muchos proyectos que surgen y está al tanto de todo lo que pasa en las fincas. Es cierto, que algún ganadero le ha llamado diciéndole que tenía un lote perfecto para Pamplona. Es cierto que al final, a pesar de que las informaciones campestres decían que había pasado por La Ruiza, no se optó por contar con ello. ¿Por qué? Yo no soy la mente de estas personas, pero seguro que, o bien por temores, o bien por confianza en otros lares, se ha optado por otra operación, que será, seguro, basado nada más que en la confianza.

Respecto a lo que comentáis por la ausencia de Jandilla, este año y aquel 2.006, inexplicable, yo ví aquella camada en febrero de 2.006. Ví el lote para Madrid, y, en principio servía de sobra para Pamplona, a parte, de que si la primavera inicial no molestaba, para los Sanfermines quedaba lo mejor de la misma para que esos toros no flojearan de culatas. Ese podía ser el gran problema a pasar. De caras me pareció más que correcta. Y no quiero entrar en las curiosas situaciones que se dan entre los reconocimientos de Las Ventas, unas veces tan tragadores, otras tan quisquillosos. Ese día, especial día, y después de todo un San Isidro desquiciante para todos, en líneas generales, alguien pagó el pato. Y recuerdo, que cenando por mayo con el criador, descaradamente le lancé porqué no volvía Pamplona ese año, ante el asombro de Borja, que no daba crédito a mi información.
El caso es que no fue a Pamplona, porque alguien muy especial le sugirió que porqué no ponía él el ganado para la Beneficencia, y no se pudo negar. Y hasta ahí.
Luego resultó lo que resultó, y el ganadero quedó desolado viendo lo ocurrido, y recordando que en Pamplona no hubiera tenido problemas. No fue la Meca quien prescindió de esa casa, máxime cuando tenía que venir a recoger el premio de aquel hermoso burraco lidiado por Salvador Cortés, de nombre Regidor. La Comisión repite a los premiados, porque es fiel a su idea. El que se lo gana en la plaza vuelve para casa sabiendo que tiene que separar un lote para el año que viene.
Este año, resulta que, por lo ocurrido con el 70 el anterior 14 de Julio, día de las figuras, día que se tiende a escrutar con malos ojos a los toros, Jandilla descansó en Pamplona. ¡Justicia! La verdad es que los toros de Don Tello, son de los más laureados del siglo XXI. Yo sigo recordando a Jaquetón, un pedazo de animal que destrozó las aspiraciones europeas de El Zotoluco, que estuvo nefasto, y que estaba puesto allí por sus amiguitos Ponce y Juli, a los que cuidaba como a señoritos en sus tierras mejicanas. Al no venir a Pamplona, fue Bilbao quien pilló esa cabecera de camada. Y Bilbao se va a quedar la del próximo año, ya que así se lo pidieron. Y en la casa de Mérida, además de cordura y fidelidad, sólo hay una cabecera de camada para un lugar como Madrid, Pamplona o Bilbao. Y por eso, sólo va a un sitio. No porque Madrid o Pamplona los rechace.

Está claro que cada uno de estos personajes raros que flotamos por este mundillo taurino anti-sistema, haríamos una feria diferente. Luego, rechazando los topicazos desde el inicio, demostrar que no se es mejor aficionado por denostar o rechazar todo lo que huele a 'domecq'. Al contrario, el que así piensa sabe muy poco de toros, y desconoce la genética real de lo que hay en el campo. Me hace mucha gracia cuando hablamos de Cebada, y se nos llena la boca en decir que eso es Núñez y Torrestrella. ¿Y esto último qué es? También se nos llena la boca en decir que todo lo burraco sale de lo que traía de Curro Chica.  Hablen con los ganaderos, miren los libros, si les dejan, y verán que todo lo que prevalece en ambas sangres es Jandilla. Luego decimos que Núñez del Cuvillo es 'domecq' puro y seguramente es menos 'domecq' que las anteriores citadas. Más tarde nos ahogamos asemejando El Pilar, con Juan Pedro, con Torrehandilla, con Fuente Ymbro, y desde luego me da risa. La misma que me digan ahora que Fuente Ymbro ya es 'dura', 'no comercial'.
Yo, prefiero hablar de toros. Que sean eso, toros. Y hay muchas casas que los tienen. Lo malo es cuando se buscan los descafeinados, se manipulan fraudulentamente, y se embarcan los que no tienen trapío alguno. Ese pobre animal ha sido despojado de su fuerza vital. Ya sólo le queda morir de un disparo en los corrales, o a manos de los carniceros, para terminar de dinamitar el rito.
Al menos sabemos que en Pamplona, sea la casa que sea, no va a ocurrir. ¡Ojo! trapío no son kilos. Por eso si no hubiera tablilla de pesos, muchos veterinarios estarían más perdidos que un cartero en Barcelona.

Y, definitivamente, yo hubiera hecho otra feria. Yo soy Patxi Arrizabalaga, pago un abono de 576 euros que no está a mi nombre, y me siento junto a dos grandes aficionados pamploneses. Grandes en volumen, conocimiento y respeto por el resto de ciudadanos. Yo ya hice mi porra deseada, no racional. Ahí no estaban torrehandillas, ni juanpedros. Tampoco los victorianos. Los había sustituido por los veraguas de La Ruiza, por los cuadri, y por los anaromeros. El caso es que, igual, el público se aburría como una ostra, insultarían sin piedad por no conocer a nadie de los carteles, no entenderían el no ver arte estético eliminado por la emoción del galope, de la lucha al caballo, de los quites. Luego dos, tres series y a la suerte suprema. Y si me dejaran hacer el año siguiente los carteles, otra vez, igual Lucio, Juanito y un menda se encontraban con que el abono nos costaba 7,576 euros, porque estábamos cuatro pelaos en la grada. Y es que no es fácil ser empresario serio y honrado, pensar en toros con trapío por arriba, que está el encierro y se necesita ver a un toro, y que no salga un santacolomita atacando sin piedad y montando una sangría, y que hay que traer a gente que la peña conozca. No los aficionados. Ellos, mejor que nadie, saben que los aficionados somos cuatro y el de la guitarra.

FELIZ NAVIDAD PARA TODO EL MUNDO DE BIEN, ES DECIR, TODOS LOS HUMANOS RACIONALES QUE AMAN A LOS ANIMALES, NO LOS IDIOTICEN, NO LOS HUMANIZAN.
FELIZ NAVIDAD PARA TODOS, AMIGOS.