2.012. El fin del mundo.

Dicen que una imagen vale más de mil palabras. Sin embargo, sin negar tal afirmación, creo que las palabras han llegado más lejos en el mundo del toro, que las propias visiones de lo que acontecía. Quizás, esto haya sido uno de los motivos de perder ese aúrea místico de los matadores. Quizás, esas mágicas palabras que designaban al sacerdote, al hombre, al torero, solo con su miedo, enfrentándose en una lucha de Vida y Muerte con el enemigo, con el dios de la fertilidad, de la abundancia, para arrebatarle la esencia misma de la deidad, fueran expresiones que nos hacían soñar sobre una deseada realidad.

Y es cierto, que ver la imagen actual que dan los matadores, figuras y no figuras, mandones y seguidores del movimiento, muchas veces es penosa. Igual da que sea en plazas de primera como de cuarta. Y cuando no lo es, cuando ocurre una vibrante faena, sucede, que cuando uno está en la plaza y ve y entiende como en ningún otro sitio, lo que está pasando, cuando vuelve a verlo en la 'caja tonta', una y otra vez, aquello no deja de ser pernicioso por nuestro afán a la crítica, por mínima que sea, por nuestro vulgar impulso a la envidia, y porque, por mucho que algo se crea perfecto, siempre somos capaces, como vulgaris se dice, de sacar defectos.

Y esa imagen, es la que los mandones del toreo, pretender blindar. Pero, por lo visto, no en base a defender al pagano diario, sino, más bien, por defender sus derechos a llevarse el vil metal, que entienden les pertenece. Y así, auspiciados por el mandón independiente, seasé El Juli, los llamados gédiez, se han asociado a una empresa de imagen deportiva, ASM, para que guarde los derechos de cobro de esos individuos.

Pretende este grupo, recibir unos dineros de las ferias televisadas, que, al parecer, van a compartir como buenos hermanos, toreen o no en ellas. Y así, a nada que un torero de los del grupo esté en esa feria, todos los adscritos al grupo se beneficiarán de ese impuesto televisivo que solicitan a los empresarios. Se da el caso que al salir los carteles de Las Fallas, y saber que varios de ellos no están anunciados, podrán cobrar un dinero sin siquiera ponerse delante del toro. Y por lo dineros exigidos al señor Casas, entre 240.000 y 280.000 euros cuentan los mentideros que cobrará la ASM para esa asociación, los matadores El Juli, Perera, Morante y Cayetano, ausentes en la cita valenciana, cobrarán su parte del pastel solicitado.

Dejando a un lado lo demencial de la propuesta, de si es el necesario o no pagar al artista por poner su cara en la tele, además de lo que cobra, o de si estamos en un buen momento para hacerlo dada la precaria situación que envuelve al entorno de La Tauromaquia, no nos parece de recibo que alguien pueda cobrar por no torear. Y es que, en la lucha por ser el principal y mejor sacerdote, jamás nos entraría en la cabeza que la disputa, la pelea entre iguales por demostrar al líder, se convirtiera en una manoseo de chepas entre colegas denostando el principio de la demostración del arte en la plaza. Me refiero a la grandeza de la rivalidad y la competencia. Principios básicos en que se ha basado el éxito de esta tradición y la continua renovación de esta costumbre. Eso sí, sin dejar nunca de lado la esencia misma de este rito.

Valencia y Casas han sucumbido, a medias, a las exigencias de estos caballeros del gédiez. Y digo a medias, porque si por un lado han pagado lo exigido, toreara uno de ellos o los diez, han sembrado la discordia necesaria para los empresarios, para que esta asociación no vaya a ser duradera. Porque los toreros en manos de cambia cromos han entrado a Valencia sin rechistar. Ellos más el local Ponce, amo y señor de esa tierra, que, además hará doblete en el ciclo fallero. Y toreando Manzanares y Fandi de Matilla, Talavante de Choperita y El Cid del buen postor, una tarde, junto al citado maestro en su doble cita, repartirán sus ingresos en derechos de imagen con los cuatro matadores citados, que verán a sus compinches desde la tele de su casa. Y eso no hay quien lo digiera varias veces a lo largo de la temporada.

Dicen los chismorreos que Roberto Dominguez, apoderado de El Juli no está de acuerdo con la postura de su matador poderdante. Largan más allá, mentando al viejo Julián López como artífice oscuro de la trama, y que los empresarios están dispuestos a plantar batalla. ¡Cómo no lo iban a hacer! ¡Siempre se han unido en contra de perder su status de poder cuando algún torero brillante o de interés se ha querido mear fuera del tiesto! Y qué va a hacer El Juli ¿no torear allá donde haya cámaras? Dicho de otro modo, ¿quedar relegado a circuito de segunda categoría? Sería complicado porque allí no pagan los emolumentos deseados por un hombre de su caché.
¿Y Curro Vázquez y sus pupilos? Sabedores somos del desinterés general por Cayetano en las principales ferias, pero, ¿Y Morante?
¿Y Perera? Aquel Perera que arrasó y asombró de 2.008 a 2.009 parece que ha perdido interés, también, para las grandes casas, y para parte de la afición. El gran público, por culpa de la falta de información cotidiana, no termina de conocer a este gran esforzado.

Las Fallas no dejan un ganador claro, aunque digan que son el gédiez y la ASM. Y ahora, a por la siguiente. A por Sevilla. Y ahí no hay empresa cambia cromos. La empresa Pagés, Canorea y Valencia, no están por la labor de entrar al juego de esta banda asociada legalmente con ASM. Sevilla aboga a la tradición, a su independencia, a su normal hacer. Y el abono resentido de La Maestranza no va a dar para estos derroches, seguro. Sea por eso, o por lo que sea, Canorea ya ha adelantado que no entra al juego, y hará sus carteles como deban ser. Ello puede significar que Manzanares el indultador, Talavante el deseado, Juli el mandón y resto de asociados puedan perder esta cita inexcusable del circuito anual español. ¿También Morante o El Cid?

Ahora la pelota está en el tejado sevillano, pero piensen que luego llegará Madrid, Pamplona, Bilbao y Zaragoza. ¿Va a ocurrir en todos los lares la misma situación? Dicen que El Juli va a aguantar todo. Él puede, y mira de reojo y con envidia a su admirado José Tomás, que bajo el áurea del misterio y la espectación, sin pisar ni uno solo de esos cosos, irradia pasión y locura entre sus fanáticos seguidores y ocasionales espectadores. Hace ya diez años que Joselito, José Tomás y Esplá pretendieron reivindicar sus derechos. Nadie les siguió. Un Juli de mucho interés y seguimiento, entonces, por todos los públicos, no se unió al carro. Algunos de los que defendían aquella valiente postura, hablen ahora de pan para hoy, hambre para mañana, como si intentaran justificar su actual postura en contra del matador madrileño.

¿Y qué harán el resto de profesionales del escalafón? ¿Alguien cuenta con ellos? Dicen ya, que se ha creado un géveintiocho con muchos de los matadores que siguen en el escalafón.  Y también, Castella, aparte, que es su propio géuno, después de no casar sus historias con los del gédiez, ¿qué podemos esperar de una maquinaria empresarial en horas bajas, con un público desinformados por la sagaz e interesada intervención de pagados movimientos contra natura que se denominan animalistas?

Avisados estamos todos que este tema va a dar mucho que hablar. Sabemos que el canal molésplus sigue sin formar opinión. Les basta con ofendernos a todos los aficionados (hablan de 52.000 paganos) con seguir sacando sin mesura, viejas transmisiones, sean o no de nota aceptable, y repeticiones continuas de todo lo grabado desde sus inicios allá por el 1.991. Sinceramente, como pregunté al duo Fandiño - Néstor, ¿esto va contra Moles? Lo digo porque si alguien ha dorado la píldora, ha vivido de ello y ha salvado con artes arteras a esta gran hornada de nuevas figuras ha sido el viejo comunicador de Castellón. Y al final un aficionado a esto quiere saber, más allá se meterse con JT y su impronta, lo que opina de algo que, si no ha creado, ha sido responsable en su creación. Y no olvidemos que los empresarios principales, los que se agrupan porque sin ellos esto 'moriría', también son responsables de este nuevo establishment en que nos encontramos público ignorante, aficionado seguidor y adoradores de la religión taúrica.

Y todo esto sin hablar de las citas posteriores, de nuestra Pamplona independiente, de la multitud de toreros que no están de acuerdo con la base gédiez y que, encima, no están por la labor de que se les vaya de las manos su ilusión, su pasión (aunque la mayoría quiere ser gédiez), y no me refiero a los que en la comunicación rosa buscan su definitivo argumento.

¿Alguien ha hablado hasta ahora del toro? Sí. Ya se mueven. Pero tiempo nos va a dar a hablar de sus insulsos y encontramos pasitos. Incluso hablaremos de ferias de verdad sin esta tropa acelerada. Mezclaremos pasión, verdad de un correligionario y opiniones del mundo del aficionado. Todo sea para demostrar que los anselmis del planeta no son nadie comparados con los verdaderos ogros que quieren echar por tierra más de 3.000 años de fe incontestable.