"Los toreros que formamos parte del llamado G10 decidimos unirnos el
pasado año para asumir un ejercicio de responsabilidad con el porvenir
de Fiesta. Entendíamos que estaba amenazada y que nuestros deberes con
ella exigían una respuesta. Teníamos que reflexionar y hacer
autocrítica. Debíamos intervenir para evitar el peligro del aislamiento.
La primera iniciativa, consensuada con la Mesa del Toro y llevada a cabo
en respuesta a la inquietud de nuestros propios compañeros, consistió
en promover el traspaso del Ministerio Interior al de Cultura.
También se promovió, igualmente con éxito, que todos los toreros
estuviéramos unidos en una misma asociación. La actual Unión de Toreros,
por tanto, surgió como resultado de la fusión de las dos agrupaciones
existentes hasta la fecha (Taura y Protauni) y con la ambición de
intentar resolver otro de los grandes problemas de la Fiesta: la
desestructuración.
El G10, en sintonía con los demás toreros de la Unión, se ha movilizado
para defender la Fiesta en Cataluña, ha financiado la ILP y ha tratado
de mediar en el contexto político para conseguir que no se hiciera de
los toros una disputa ideológica o partidista.
Preocupación
Con idéntica preocupación se ha defendido la bajada del IVA ‐en cuanto
los toros se reconocen como un bien cultural‐ y se ha planteado en
diferentes administraciones, como la de Madrid, la rebaja del canon en
la concesión de las plazas. Estas iniciativas –el IVA y el canon‐
demuestran que los propios toreros del G10 se conciencian con las
dificultades de los empresarios. De ahí que carezca de todo sentido la
conclusión según el cual ahora se busca un enfrentamiento contra ellos a
propósito de la televisión.
¿Qué pretendemos? Pretendemos que al torero se le reconozca el derecho a
defender y gestionar su imagen. Más aún cuando el vehículo audiovisual
es el canal fundamental para establecer puentes con una sociedad que se
aleja del fenómeno taurino. No es, por tanto, una cuestión de dinero.
Queremos responsabilizarnos de nuestros derechos de imagen para
conseguir una mejor y mayor difusión. Apostamos por un regreso a las
cadenas generalistas y reivindicamos un tratamiento informativo más
regular y constructivo.
El escenario existente hasta ahora nos impedía asumir semejante
compromiso. Se había establecido una dinámica a partir de la cual los
empresarios y los operadores establecían bilateralmente los términos de
las transmisiones de las grandes ferias. Quedaban los toreros relegados a
un segundo plano, incluso se les podía excluir de las ferias, como ha
sucedido, si no se avenían a las condiciones pactadas fuera de su
consenso o conocimiento. Entendemos que es una anomalía y que debía
rectificarse.
Los toreros pocas veces hemos conocido cuándo y cómo se nos televisaba,
qué derechos se habían vendido, cuántas redifusiones se habían pactado,
qué sucedía con el ámbito internacional, qué ocurría con el desarrollo
de otras plataformas (internet, streaming…). Es la razón por la que la
Unión de Toreros recurrió a los servicios de una empresa especializada
en derechos audiovisuales (ASM). Todos nuestros compañeros se han podido
adherir a ella como hemos hecho nosotros, pero han existido evidentes
presiones empresariales para evitar que el proyecto global se
formalizara esta misma temporada. Queda abierto a las sucesivas. Nuestro
deseo es que todos los toreros terminen sumándose, pero entendemos que
los miembros del G10, unidos sin fisuras como estamos, podemos soportar
mejor las mencionadas presiones en el arranque de un proyecto legítimo.
'Cabezas de turco
Sabíamos que iba a ser difícil. Nos consta igualmente que se han
producido insólitas alianzas empresariales y pactos corporativos para
malograr nuestra iniciativa. Se han buscado entre nosotros cabezas de
turco y van a producirse toda clase de represalias, como ya se desprende
de cuanto ha sucedido en la feria de Valencia. Pero estamos unidos y
creemos tener razón.
El problema no es económico ni cuantitativo. Es cualitativo. Pensamos
que el reparto de los ingresos de televisión no reconoce
equilibradamente el protagonismo ni la exposición de los toreros. Nos
asiste una motivación ética, por mucho que trate de usarse la demagogia y
la intimidación para simplificar un debate de mucho mayor calado. No hemos reclamado un euro de más a las televisiones. Somos conscientes de la crisis y nos hemos resentido de ella. Por eso insistimos en que la prioridad no está en el dinero, sino en el respeto.
¿Los números? Nos parece sensato que los toreros se repartan el 50% de
los ingresos de la televisión. No hablamos del G10, sino del porcentaje
que debería corresponder a los diestros en cada festejo. Nuestra sería la parte proporcional en función de las actuaciones. Esa, y no otra, ha sido la línea con que ASM ha planteado las negociaciones.
Tan preocupados estamos con la situación de la Fiesta que hemos acordado
entre nosotros la creación de una Fundación para reivindicarla y
defenderla en su dimensión cultural, sociológica y educativa. De hecho,
vamos a financiarla precisamente con el dinero recaudado que nos depare
los eventuales derechos audiovisuales. Nos preocupa la promoción y el impacto en el público joven.
Nos inquieta la situación de las enfermerías de muchas plazas y la
precariedad con que se jubilan muchos toreros. Nos escandaliza que los
toros se utilicen como bandera política y nos indigna que la Fiesta
termine siendo un espectáculo prohibido como en Barcelona o edulcorado
como en Quito.
Todas esas reflexiones, compartidas por la Unión de Toreros, deberían
formar parte de la preocupación general. Por eso no hemos querido
involucrarnos en una guerra de declaraciones, desmentidos ni
beligerancia verbal. Hablamos ahora porque se está tergiversando nuestro mensaje y
porque ha empezado a airearse parcial y arbitrariamente una serie de
cifras, de comentarios y de informaciones que pretende reducir el debate
al dinero y convertirnos en mercaderes.
Siempre se nos dijo que nosotros, los toreros, teníamos que torear y punto. No vamos a dejar de hacerlo, pero sí vamos a ocuparnos de custodiar la tauromaquia porque nos lo ha dado todo y porque creemos en sus valores.
Firmado: Enrique Ponce, Morante de la Puebla, César Jiménez, Julián
López, El Juli, David Fandila, El Fandi, José María Manzanares, Manuel
Jesús Cid, Miguel Ángel Perera, Cayetano Rivera, Alejandro Talavante"
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