A CONTRACORRIENTE: NI TELES, NI JULIS

El pasado ocho de febrero escribía y me mojaba lo que iba a suceder a mi parecer. No soy pitoniso, ni tampoco digo que todo lo que se comenta respecto al pobre Julián López y lo tirado que se ha quedado sean verdad. Muchas veces nos cuentan cuatro cosas y les damos un pábulo de primer orden, como si fuese la primicia del mundo mundial. Yo decía hace días:

Esto no pasa de Madrid.
El entorno 'matilla' pliega velas, igual que el muchacho bellotero de Manuel Choperita.
Los funcionarios independientes, a laborar sus horas, cotizar y cobrar.
Los chavales del tío Curro a pasar por el aro. Uno, porque el otro de retratarse, en las plazas poco. Lo hace en papel y pantalla, pero rosa de mamoneo, no roja de sangre de toro.
Y nos quedan dos. Uno que se va a envainar su orgullo y su soberbia, y claudicará hacia Sevilla-Madrid. Y el otro, el nuevo visionario, que le sobra de todo, y parece que hasta apoderado, y que si para Pamplona no ha cerrado el episodio, igual decide pasar en blanco esta temporada, y torear a lo JT, en las plazas de segunda línea, como no torear en ninguna. Dinero le sobra. Aunque ganas de torear no le faltan.


Manda cojones! que les va a venir de perlas hasta a los empresarios echar leña al fuego sobre las figuras. Y es que, aquí, en este mundo sórdido ni los llamados mandones pintan nada. Y es que las guerras, siempre las ganan los mismos, o sus descendientes. Porque ellos son omnipresentes, mientras las carreras de los toreros se acaban. Y es cierto, que han ganado batallas algunos monstruos a lo largo de la historia, pero la guerra, siempre la gana el mejor armado, con más despensa y más paciente.

Ahora, la prensa taurina, la que va quedando porque esto se pone cada vez más crudo, responde mirando al pobre El Juli, como víctima de todo lo acontecido. He leído que la situación del pobre chico de Velilla ha sido tan cruda que los twtteros le han dado un hastag líder al grito de #todosconeljuli.


Otros se han revuelto, una vez más, contra el entablishment. Y es que los empresarios son siempre los grandes responsables de todos los males. ¡Cómo no! Y metemos en el mismo saco a todos, tirios y troyanos, como el mal endémico de esta "fiesta".

Resuelven muchos, que San Isidro, el sumsum corda de La Tauromaquia, debe ser el centro de la televisión El no va más del toreo, similar a mundiales de deportes y demás, desbarran otros, no puede permitirse la pérdida de la señal visual por el bien de todos y de la continuidad de la susodicha fiesta.

Mi humilde opinión, que duraría horas y más horas, muy resumida es otra.
No considero bueno el sistema de televisión monopolístico en que vivimos. Es indecente ver y sufrir la mayoría de las tardes con el mal criterio y la falta de rigor con que se llevan a cabo. Y además, es incierto que sin ella La Tauromakia esté perdida. ¿A ver si va a resultar lo contrario? ¡O no se dan cuenta que la tele y los toros llevan cuatro días! ¿O es que hace cinco décadas veíamos todas las tardes de San Isidro, Fallas, Sanfermines, Generales y Pilares? O hace tres, si me apuran. Y en mi década los toros gozaban de buena salud, aunque se vivían otros problemas, pero nunca el abandono de las masas, y nada tenía que ver con un molésplus dictatorial.

Y es que, sin error a equivocarse, los toros eran algo público, consueturinario y normal en revistas, periódicos, semanales o diarios, radios y demás. Un pueblo más aldeano, más vital, más conocedor del rol de la vida y la muerte, admitía la verdad tal como es, sin manipulaciones animalistas con ínfulas europeístas o globalistas, vertidas desde centros urbanitas y con un total desconocimiento del ser humano, de nuestro lugar en el planeta, nuestra evolución y nuestro porqué, la verdad de las creencias naturales y animistas, que han ido quedando en ciertas manifestaciones vitales, que ahora por costumbre y arraigo, denominamos sociales o culturales. Y no hay ninguna duda que una de ellas son la lucha vital entre humano y fiera, entre hombre y toro. Y cuando digo hombre, me refiero a especie humana, varón o mujer, ya que, si es cierto que con el Imperio Romano, y luego peor, con los cristianos, la mujer fue relegada, más de mil años de Tauromakia tuvieron a la mujer como sacerdotisa representante de los diferentes nombres que recibía el dios Uro, y en los diversos lugares donde su culto se representaba. ¿Y dónde estaba la tele?

Y qué decir de empresarios. Meter a todos en el mismo saco es impropio y muy injusto. Es más, siquiera el mismo más malo, actúa igual en un sitio u otro. Es cierto que los poderosos lo fueron y lo son por controlar prácticamente todo el cotarro. No es menos cierto, que muchos errores de las grandes familias, de los grandes cosos, han retrasado una lógica evolución, que hubiese imprimido otro caráceter al rito, desde el respeto a minorías, y otro gallo nos hubiese cantado. Y como no, y por lógico y aplastante, sin duda alguna se quieren llevar lo máximo posible. Pero, si fueran tan malos, tan deleznables y lo hicieran tan mal no podrían seguir al pie del cañón, mandando y dominando. Si que creo que debiera realizarse otras formas de contratación, otros pliegos, que no sean tan rastreros como el de la CAM con Las Ventas. Y es que el enemigo está en casa, y no podemos señalar sólo a los empresarios. ¿Se imaginan que para ser presidente del Real Madrid sea obligatorio haber sido presidente de uno de los cuatro o cinco grandes equipos de primera división antes? ¡Demencial!

Y del pobre Julián. Ya venía avernturado. Este año me huele a descanso, por orgullo y por rabieta. Y saben una cosa, se lo merece. Y lo dice quien desde una faena en Donosti, allá por el 2.004, cuando ni banderilleaba ni tenía el primor de la candidez que amorosamente conquistaba con su sola presencia, se levantó junto a tres más a aplaudir una faena imposible dominada por un torero más que capaz, y se unió a su causa. Y el tiempo, me ha demostrado muchas cosas buenas de él. Y también, algunas que no me han gustado. Y esta vez, Juli, te han equivocado. Pensaste que hacer esto suponía una mejora para muchas cosas, pero alguien de tu lado seguía pensando en lo bueno que es amasar más dinero. Y no me refiero al maestro vallisoletano, hombre cabal como pocos. Pero, habéis hecho las cosas muy mal, y tus compis, esos coleguis de foto (demostrado lo debes tener ya) te la han metido. A tí, y al chico soberbio, bellotero de la del Prior. Otro que se piensa que vive en el Olimpo, que es otro tipo de humano por ser torero (y puede que sea así), pero que luego no demuestra ese rol aunando a todos los aficionados en defensa de todos los encastes, y mandando como lo hizo no hace tanto.

Pero El Juli, no estuvo en su sitio de joven figura cuando lo quisieron hacer JT y Esplá. No entiende como su admirado JT, sin hacer nada, sin salir en ningún sitio, tiene legión de correligionarios tras de él. Viene a ser el último torero con sus masas enfervorizadas, haga lo que haga. Y eso, aunque a muchos no guste, es bueno y natural en este rito, ya que, durante la historia, muchos han sido los que ha tenido legión de partidarios, simplemente por ver en la arena a su dios-hombre enfrentarse al dios-toro.

Y lo que ahora han hecho va más con ídolos 'tipo beckham' que el mundo aficionado desprecia sobremanera. Y aunque se quieran justificar, los errores han sido claros. Y si querían una guerra con Molés, se habla claro, que hubieran tenido muchos partidarios en ella. Pero no se va a por la pasta gansa y luego se argumenta lo contrario. Y duele más, que de los más de doscientos cincuenta intérpretes, muchos de ellos ninguneados y casi todos necesitados, sólo se trate de un gédiez, con diez que se dicen los principales, aunque alguno de ellos no lo sea ni en su casa.

Y tenemos para seguir y seguir, pero tiempo habrá. Esto, un pequeño adelanto de mi humilde, y posiblemente errónea opinión. Y quédense con esto. No es bueno tanta tele. Es más necesario continua información. No de todo, sino de lo mejor. Y como todo en la vida funciona por el boca a boca, ese sería el resto del camino. Poca tele, nada de repeticiones continuas, y mucha, mucha información, sobretodo de campo. Para mí, ese es el camino para preservar mi religión.