¿ Y CEBADA GAGO NO ESTÁ?

Hace un año vivíamos el suceso desagradable de los cebadas en Pamplona, y la gente no lo puede olvidar. Ya he oído de todo. Y la verdad es que nada bueno. Hay personas que lloran su ausencia porque se les hecha de menos. Hay otras que largan sin piedad e inventan lo que a mi me parecen infamias, pero que ellos, para demostrar lo que saben de esto, lo súper aficionados que son, dan una realidad impepinable a sus palabras. Lo malo es que los súper expertos que son unos boca truchas del tres al cuarto tienen muchos adeptos entre los que no son tan aficionados o así se lo hacen creer, van convenciendo al personal de mentiras, que no por mucho repetirlas se van a convertir en verdad.

Lo menos que he oído, incluso en tertulias públicas, es que se merecían un descanso porque estaban rozando el límite con las presentaciones que traían. Y al minuto congratularse de que los veremos en Tafalla. 

Y lo más curioso ha sido lo que me ha pasado esta mañana, cuando salía bajo la lluvia de los corrales tras haber hecho las fotos de Victoriano del Río. Con el trajín de maderos puestos, la gente se queda a distancia, y todo lo que sale de la puerta metálica del Gas les parece que somos no sé qué. Lo digo porque al llegarme hasta la acera un hombre me esperaba, y ya con la mirada venía requiriendo mi atención quince metros antes.

- Oiga jefe, ¿ han llegado los 'cebadas'?

Estupefacto me quedo, y le digo que no, que no vienen.

- pero cuando llegan?

Y le explico que no. Que no van a venir. Este año no han sido contratados.

- ah, no? Y quienes vienen.

Bajo la lluvia le digo los publicados y si quiere entrar en un rato a ver las cuatro ganaderías que hay ya, pues que puede hacerlo. Me repite las consabidas que conoce como miura y torrestrella, y sigue.

- ósea que vienen no sé quién y otro raro ¿y Cebada Gago no está?

Van a ir a Tafalla en agosto si quiere verlos.

- qué dice. A Tafalla no voy! Que vengan ellos aquí!

Y entre risas me voy a casa, un poco más mojado, pero recordando a quienes decían que no se merecían venir aquí, pero que a Tafalla sí. Y me seguía riendo pensando que este hombre, aparte de estar un poco despistado, no estaba entre los crédulos seguidores de ciertos lechuguinos que se creen que saben de esto más que nadie, y sólo saben meter mierda por doquier.

Y espero ver pronto en Pamplona a los cebaítas, porque eso será que La Zorrera está más cerca de la modernidad, sus bureles bien comidos, su sangre rebosante para la pelea, y porque hay ocho piezas dispuestos a acallar todas las voces. Y para eso el rumbo debe ser el adecuado. Las velas apuntar hacia el horizonte impulsadas por el viento, y con un buen capitán al timón. Y si son dos, que se turnen en la lucha y así nunca para la nave.