¡Cómo se ponen las cosas para los fumadores a partir del año nuevo! Y es que se prohibe fumar por doquier, eso sí a partir del día 2 de enero, que el día 1 estará todo hijo de vecino desparramando la vista después de llevar el Marne en sus entrañas y fumarse medio Pinar del Río. Ese día uno será el último para entrar a los locales hosteleros, preparados o no, para echarse el aperitivo con el fumeque.
Pero el caso del fumeteo es más sangrante, si cabe, ya que está claro que es beneficioso para la salud no fumar, pero también lo es ganar cuatro mil euros al mes sin trabajar y los políticos no se preocupan de esas cosas (imagino que se preocupan de sus cuatro mil o más y para lo que hacen muchos de ellos, que ni siquiera se presentan en sus labores obligadas por voto).
Está bien que se deje de fumar a la puerta de hospitales, que desde luego daba una imagen abominable, dentro curando estos casos y en los accesos metiéndose el veneno, e incluso en las entradas de 'guarderías y coles' porque no sólo es por el humo a los niños, sino creo por la imagen que se da a los propios peques que oyen a todas horas en 'educación contra la ciudadanía' aquello del mal del tabaco y se encuentran con sus viejos o los de sus 'compis' echando humo desesperadamente aguardando la venida de sus retoños.
Hasta ahí, admitida la doble moral del estado protector y de bienestar, el de penalizar a los fumadores a base de impuestos colaboracionistas, el de controlar el negocio por un lado y por otro liquidarlo, el de lo 'progre', libre, democrático, y sin embargo paternalista más que una dictadura, prohibidor más que un soviet. Lo de 'progre' no entra porque ahora lo 'guay' es prohibir todo, lo 'chachi piruli' es parecernos cada vez más al abuelo Fidel (¡qué tierno el pobre hombre, chocho con su chandal y sus barbas! pensarán estos 'trápagas'). Pero esa doble moral hace inconcebible que ya no puedas fumar ni en el parque al aire libre porque pueda correr un menor a menos de veinte metros, ni en ventanas de tu propia casa que dé a esos sitios, ni en hostelería, que ha llegado a invertir burradas de millones para aquello de la ley 2005, zona fumadores y no fumadores, ni casi en ningún lugar de los que aún quedaban.
Y va y se libra las plazas de toros, sólo las descubiertas y aquellas cubiertas que abran su techado, por lo que cuando llueva no se fuma, el puro al bolsillo, el cubata que se queda en la barra y a ver los toros. A mucha gente igual si se le quitaba esos vicios en las plazas desaparecía y nos dejaban a los aficionados aún con el culo más al aire. Pero no se lo pierdan, que iluminados del grupo mixto pedían prohibir fumar en las colas al aire libre.
Imagino que en los campos de "fúrbol" se seguirá permitiendo, no he leído toda la ley, sólo el esbozo general. Y de ese esbozo, buena, sana, beneficiosa para todos en salud me faltan y sobran cosas. NO acabo de entender como este gobierno prohibicionista no tiene los pelés que hay que tener y decir la verdad, que por un lado el negocio es muy rentable, que la PAC da dinero a los plantadores de tabaco, que es industria de negocio y miles de puestos de trabajo y que no hay lo que hay que tener para cargárselo y que pase a la clandestinidad al igual que está el que cosecha y fuma yerba. NO acabo de comprender los datos significativos que nos dan sobre la estimación de un millón menos de fumadores y que baja el cuarenta por ciento de infartos con estas medidas. Eso ya es de ciencia ficción. Un cinco por ciento menos de fumadores se preveen y un cuarenta menos de infartos. ¡Leches, conseguir que lo dejen un siete por ciento más, llegamos al doce y desaparecen los infartos! ¡Háganlo, cueste lo que cueste que no vean lo que ahorraremos en sanidad si deja de fumar ese doce por ciento!
Y el caso es interferir en la vida de todos, que sepan Vdes. somos borregos, engañados, timados, vilipendiados, cautivos, exclavos, tratados injustamente con las leyes en la mano, despreciados, estafados...... en todos los lugares, en lo que se llama la democracia. ¡Qué pensaban queridos! ¿Que sólo nos tratan así a los que vamos a las plazas de toros! No, amigos, así se trata a todo hijo de vecino, porque libertar, lbertad...la verdad es que no existe en sociedad. Al no tener elección no hay libertad, decían con lo de Barcelona. ¿Pero alguna vez el estado de bienestar nos deja elegir? No me extraña que la gente eche humo hasta por las orejas, los fumadores y los que no lo son.
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