Presentación exitosa

Desde el pasado miércoles no he tenido un tiempo de respiro con la 'chalaura' del libro, tal y como lo ha definido en el prólogo el maestro Polite. La verdad es que el jueves a la tarde, salía camino del lugar de la presentación, El Club Taurino de Pamplona, y aunque tranquilo iba alicaído, casi como desilusionado por el ingente número de mensajes, llamadas de amigos, conocidos, familiares que se excusaban por no poder estar en dicha presentación. Fue mucha gente la que por trabajo, funerales, enfermedades, viajes, situaciones familiares no pudieron estar allí y yo iba sentado en el coche en silencio, meditando si esto realmente no había sido una 'chalaura' como me escribía el amigo Carlos, si de verdad ir a intentar sacar un libro, aunque con pocos ejemplares, si no hay nadie interesado siempre son muchos, no era una locura más de las que nos dan a los enfermos de esto. Ya esa mañana, para más INRI, dejando libros en el lugar del evento, el responsable del local, amigo desde la infancia, me decía si bastaría poner veinte o treinta sillas, que él pensaba que no habría mucha gente, ya que cada vez menos nos acercamos a cualquier tipo de evento taurino. El caso es que llegado tempranamente a preparar las cosas ya me encontré con movimiento, y al final resultó que se quedó gente de pie, al final, unos porque prefirieron hacerlo así, y los últimos porque no quedaba una silla en el salón donde ubicarse. Así que fue un éxito en cuanto a personas presentes, y si hubiesen venido todos aquellos que se disculparon por no poder estar ya hubiese sido la bomba.
Para colmo, aparte de las buenas alabanzas que recibí, exageradas muchas de ellas como sólo los amigos te las pueden hacer, el rato resultó ser ameno y la firma se alargó mucho, y los que aún me quedan por dedicar.
Al final uno realiza estos pulsos, escribe, tiene unos cuantos proyectos en la cabeza, pero en un país donde no se lee, donde ya lo sabemos todo desde que nacemos (¡cuántas veces habremos oído de alguien el dicho 'ese ya nació aprendido'!), y donde nos creemos que todo es gratis, donde somos los más piratas del mundo para los chanchullos, los más pícaros, como si eso fuere bueno. ¡Tiene cojones que le llames pícaro a un tío y le siente bien! ¿Es que no entendemos que un pícaro es un chorizo, ladrón, estafador, tramposo? ¡Da igual que lo haga con ingenio e incluso con arte! ¡Un chorizo siempre es un chorizo! Y no me refiero a los que prepara El Pistolas en mi pueblo, sino a las personas que lo son.
En fin, que gracias por seguir ahí, que van adelante otros proyectos, que siguen en la mente otros libros y que todo verá la luz, porque, sinceramente, el jueves a la noche volví a creer en la gente y en el público taurino. Y gracias sin fin a la junta directiva de la casa que me acogió, con su presidente Josetxo a la cabeza, que habló muy bien de todo, hasta de mí.