viernes, 11 de noviembre de 2011

Jueves Taurinos en Pamplona

Anoche, terminada la charla coloquio del club taurino de Pamplona, salía con la sensación de tener un montón de post a escribir respecto a todas las cosas que allí se dijeron. Reflexionando durante la noche sobre lo parlamentado en dicho evento, las dudas de poder llenar tantos post's se desvanecen, ya que, al final, ocurrió más o menos lo que había anunciado con antelación. Y es que uno no termina de entender que citen a cuatro personas para hablar de lo ocurrido en la temporada 2.011, que encima van a dar juego porque no opinan las mismas cosas y están dispuestos a disertar en profundidad sobre el tema, y tras una breve introducción de su pensamiento, con cuestiones más profundas conforme pasa el turno, ya que desde el inicio parece estar todo contado por el moderador, se da paso al público y prácticamente se termina el orden y lo que los ponentes invitados estaban dispuestos a decir.
Al menos, esa fue la sensación que me dio.

Y luego, sí que hay muchas cosas a entresacar. La primera que la persona más joven de la sala era yo. Y salvo por media docena de personas, lo era sin ambages, es decir, por una abismal diferencia. Y que no es fácil hablar con alguien de la actual situación, de las inquietudes de las redes sociales (que no sabe ni lo que es, y si saben ni se imaginan su funcionamiento, en su gran mayoría). Es muy difícil hablar con cincuenta personas que, por su conocimiento, te dicen que peor estaba el asunto en los años sesenta, que ya entonces se decía que esto se acababa, que hay que ser agorero para ver el fin de este 'festejo'. Tampoco te dejan desarrollar las tesis actuales, que en nada se parecen a los pasados, cercanos y muy lejanos. Que los toros se iban a terminar en los sesenta, primeros de los setenta, hoy parece un chiste, viendo como sobrevivieron a la guerra, los años del hambre, y los difíciles cincuenta. Pero, para muchos visionarios, el fin de Franco iba a significar el fin de los toros. Y claro, esto se pega en muchos creyentes que viven superficialmente este 'espectáculo'. También iba a desaparecer el éxito del Real Madrid, por ser el equipo del Régimen (decían en algunos lares desde la envidia) y hemos visto que no.

Intenté dar una imagen clara de la situación de la temporada del 2.011. Una muy mala temporada desde el punto de vista ganadero, e intenté dar porqués razonados de la situación actual de la ganadería brava, que no es tan insana como creemos, pero que, bien por el exceso de agua, el invierno-primavera tan irregular, porque tocaba, ha dado en líneas generales una mala camada. Aunque, encima, ha sido empeorada por las labores facilonas y quejosas de los bípedos actores. ¡Claro que ha habido cosas interesantes! En una temporada de setecientos y pico festejos siempre hay algo bueno. Y enseguida quedó claro lo que todos tenían en la memoria. Y así, Manzanares y su indulto, más lo de Madrid, con Talavante y lo de Cervato, dejaban a la gente conforme. Se añadía al pack la fuerza arrolladora de El Juli, el pellizco de Morante, y esos chavales que si salen adelante las próximas temporadas como han estado este año llegarán ahí arriba. Hablan de D. Mora y Fandiño. Vete a explicarles que estos dos últimos han sido lo mejor y más puro que hemos visto. Que la chochona de Sevilla no debiera haber sido indultada. Los desmanes de la figuras, hechas incluso en "su Pamplona". La situación real en cultura. Que se olviden del nacionalismo anti español y del español, que los antis son otra cosa, organizada, con poder y posibles, y que van a la caza de muchos sitios. Que tan rápido como lugares declaran bien de interés cultural su evento popular, aparecen dos localidades manifestando su rechazo a 'la fiesta'. ¿Y cómo, si seguimos perdidos en las mismas chácharas de siempre? Y es que me gustaría saber si es normal ir a ver la charla de cuatro personas que han invitado por algo para dar su visión, y empiezan a dar la palabra, y la primera intervención-'¿pregunta?' dura más que la de los ponentes, y en la segunda una persona va con todos los números desde 2007 hasta hoy, y los va dando en comparación. Algo que yo también había leído, pero que a la mayoría parece ser revelador. Diez minutos hablando de lo que fue un año irreal en todos los órdenes de la vida, con el año del agujero de la crisis. Y ahí nos escudamos, en la crisis. Bien, poco afortunada intervención porque no explica lo que significa eso y es que ¡tampoco dejan explicarlo al que han invitado para ello! Así que termino por callar y ver pasar el tiempo, porque cada vez que intento hablar, veo que el público va a los suyo, y apenas dejan decir dos frases seguidas a los sentados en la mesa.

Y entre muchas opiniones de todos los colores, hay quien no admite que los profesionales sean los principales responsables de lo que ocurre, que el negocio esté en precario por muerte cancerígena, es decir por un mal endógeno como explica Polite. Los responsables del declive están dentro. No son los antis de fuera. Y claro, llega el mozo de espadas y se pica porque afirmo que los empresarios y los apoderados con sus toreros son los máximos responsables de esto. Y encima damos nombres de los verdaderos cánceres. Y no, resulta que la afición tiene mucha culpa. ¿De qué? le digo yo. ¿De dejar de pagar una fortuna por ver gatadas desmochadas en charlotadas montadas en pueblos con el dinero de los ayuntamientos? Empresarios que no gastan ni una ochena ni para formación del futuro, ni para renovación de público, es decir, pensar en el futuro formando a nuestro chavales. Ahí me mosqueo con la actitud y las formas de David, y no entiende que de las tres patas que formaban este negocio, la del aficionado está serrada. Y encima, me salta que a ver si no manda la afición en Madrid y decide el ganado que debe ir y el que no, así como los toreros. Respuesta lacónica: Eso lo has soñado.

El dinero, por lo caro, las aventuras sin fin del abuelo cebolleta que forman un guirigay de personas que quieren dejar claro hasta dónde llega su afición y sabiduría. Y Francia, como no. Tienen que salir nuestros vecinos del norte, hermanos en muchos casos para algunos que somos de la muga, 'gabachos' para la mayoría. Y lo que no acabo de entender, y te lo pregunto a tí, querido Emilio, que lees todo lo que se mueve por la red, y ayer hablamos de ello, es porqué, en un acto de un club taurino, compuesto por socios con canas perdidas y caídas, se tiene que dar siempre la nota de la sabiduría particular. Si ya sabemos que se sabe. Si ya sabemos que un socio octogenario o casi, tiene que saber de esto si lleva cincuenta años en el club de sus amores, en su pasión. No entiendo que tengan que salir uno tras otro a tertuliar lo de todos los días en un acto que has invitado a otros a dar su visión de una temporada.
Y de Francia, podía estar dos días charlando sobre ellos, desmitificando lo que ahora quieren mitificar y adorar como la panacea. Parece que está de moda decir lo que algunos decíamos hace dos o tres lustros y nos miraban como si fuéramos extraterrestres, o peor, anti españoles por defender lo que los 'hp de gabachos hacían'. La verdad es que siempre me he sentido de Plutón en este planeta azul, y no me importa que me etiqueten, porque todavía nadie lo ha podido hacer con exactitud, y así soy un facha, un puto rojo, un nacionalista español, o anti español, de derechas, de izquierdas, inmovilista y conservador, liberal.... Y pueden seguir por ahí, pero siguiendo con lo que importa, el tema francés llegó una vez más como si fuera el maná a la charla, que se había convertido en una tertulia dirigida como podía por el bueno de Cecilio Vierge.

Al final, una concurrida charla convertida en una tertulia entre todos, con mucha disparidad de criterios, gente quejándose de que este pensar cada uno, libre y diferente es malo para unirnos en defender esto, gente que habló de maravilla dejando claro que para él esto no es un 'espectáculo', 'una fiesta', esto es un sacrificio que explica toda una vida, que no puede haber corrida sin muerte cuando alguno comentó que estamos abocado a ello y que no sería malo para defender esto. Hubo quien se cabreó con otro porque defendía que la corrida era como una misa, y eso era intolerable porque no se podía mezclar ambas cosas. Y muchas cosas más que se veían desde arriba, tras la mesa principal, como oteando al personal desde una situación privilegiada, y veinticinco minutos queriendo decir cosas sin poder hacerlo a pesar de tener el micrófono.

Desafortunadamente es un reflejo de lo que nos ocurre. Hablamos de todo, menos de lo que importa. Ni siquiera definimos en profundidad la temporada 2.011. Como siempre nos fuimos por las ramas, y ninguno hicimos lo que debiéramos. Dicho sea, hablar de lo que debemos hacer, de lo que vamos a hacer, y poner las fórmulas del cómo, para luego hacerlo. Pero para qué. Si somos incapaces en ponernos de acuerdo en lo mejor y lo peor de un año, y como siempre nos vamos por las ramas de la trivialidad, del grito y de la banalidad ególatra del yo sé de esto, tanto o más que tú, así que no me vengas a contar historias.

Este es el camino a esquivar. Pero es lo que hay, y fue una amena tarde de tertulia superficial. Y como llegué con mi amigo Angel, que no dijo ni mú, tan callado y recatado como siempre, a él me dirijo para que diga si me he dejado algo, o estoy muy errado en la composición de este post. Te espero en los comentarios, Angel. A tí, y a todo aquel que quiera complementar lo que ocurrió. Así como a todos los que leéis las divagaciones de este chalado, enfermo de este arte, que lo tiene por su religión, por su historia, su antropología, su forma de ver la vida y casi, casi, de ser. Y como dice Polite, bravo y muy noble entro al trapo.

3 comentarios:

  1. Pues oye Patxi ,haber si me puedes decir cuando son esos jueves magicos,yo no me entere, y haber si va haber mas.
    Gracias.
    Kaparra

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  2. Los jueves de noviembre, enero y febrero a las 20 horas hay algún tipo de charla, o de retransmisión comentada de algunas faenas. Lo qe no te puedo decir es qué hay cada jueves, aunque lo puedes ver publicado en el diario de avisos de Diario de Navarra.

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