lunes, 15 de abril de 2013

Adiós Dolores


El pasado viernes recibíamos un mazazo más, de estos que tienen que llegar, pero nunca queremos que ocurra. Pasaba a mejor vida la ganadera bilbaína Dolores Aguirre Ibarra.
A la tarde me enteraba del suceso, y me ponía en contacto con la casa para saber más detalles, pero principalmente, para dar mi más sincero pésame. Y es que de corazón he sentido la pérdida de tan buena señora. Así que, por delante y públicamente, mi pésame a María Isabel, su hija, y a todas las familias, la de sangre y la de cariño y afecto que han sentido su pérdida.

No quiero entrar en la relación que me unía a esta gran dama. Baste decir que fue compañera de colegio de mi madre, así que viene de lejos una relación de respeto y cariño. Y, porque quizás, de esos grandes amigos que haces dentro del mundo del toro, su gerente, Fernando Pizarro, es uno de ellos.

Un día habrá que escribir sobre las ideas claras de una mujer amante del toro hasta el fin. Ahora vaya por delante el dolor que produce saber que no volveremos a contar con ella en persona. Y digo esto, porque espero que el espíritu, sus deseos, su lucha por ese toro suyo, no se pierda por el bien de la Tauromaquia.








Un bonito día, el pasado 7 de Julio, con su típico pañuelo de la Peña Oberena, recogiendo su último trofeo Feria del Toro. Estaba cansada, feliz, pero preocupada por la tarde de sus toros. Después, decepcionada, no se explicaba mucho sobre lo que había acontecido con su sexteto. Cálida, humana, trabajadora, y una gran dama. Te vamos a echar mucho de menos.

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