viernes, 30 de septiembre de 2011

Carta de Enric Adell

El amigo en el sentimiento pasional por el toro, Enric Adell, presidente de la peña taurina de Paüls, me envía este escrito que le pidieron en un diario catalán, para tener dos puntos de vista, a favor y en contra. El resultado, insultos, mensajes violentos, amenazantes por las palabras que escribe. Y digo yo, ¿escribe faltando a la verdad o a alguien?

A ellos ya los han matado en su pasión, en su casa. Estemos atentos y vigilantes para que esto no ocurra en la de cada uno.





Como un extraño en su tierra.

Pues si, el pasado domingo se acabaron las corridas de toros en Cataluña.
El 25 de septiembre fue un día cargado de emociones y nostalgia por todo lo que significaba. Estábamos presenciando la “última corrida”. La tristeza se notaba en el ambiente, pero por suerte el maestro nos dio unos minutos de alegría, unos instantes que guardaremos para siempre en nuestro recuerdo y que ya forman parte de la historia! Lo que le hizo José Tomas al segundo toro de la tarde no se puede explicar en palabras, se tiene que sentir para poder comprenderlo. 20.000 personas presenciando una obra de arte en directo, ¡impresionante! pero cómo dice el dicho: “todo lo bueno se termina”. Y si, con la luna haciendo acto de presencia, Serafin Marín mató de manera rápida el último toro de la historia catalana, de nombre Dudalegre. Los tres toreros saliendo por la puerta grande, la arena llena de aficionados y el telón bajándose para siempre.

Cierro los ojos y pienso... ¿En qué país vivo? ¿Donde están ahora los ideales de la democracia? ¿Donde están los defensores de la cultura? ¿Donde están los que luchan por las minorías? ¿Donde están los que se llenan la boca defendido las injusticias que se cometen? ¿Donde están todos estos? Siento como sí estuviera en otro país; siento como me están extirpando una parte; siento como por motivos nacionalistas y de identidad , la excusa del sufrimiento diría se la creen muy pocos, quitan una parte de mi cultura, una fiesta, una tradición como son los toros; siento como nosotros mismos estamos prohibiendo cosas a gente de la tierra, a catalanes y catalanas que han luchando durante siglos para hacer grande el país; siento como los ideales de la sociedad han cambiado y la única verdad es la que predican unos cuántos; siento como el respeto ha desaparecido; siento como nos menean como títeres y todavía aplaudimos; siento como nos quieren imponer una única y verdadera cultura catalana, la cual es rica e importante no por su uniformidad sino por su diversidad; me siento como un extraño en mi propia tierra. No puedo parar de pensar en una frase de una canción de Fito Cabrales: “Con el paso de los años, nada es como yo soñé. Si no cierras bien los ojos, muchas cosas no se ven”. Los años pasan, las costumbres cambian, pero no tengo claro que sea para mejor.

Por definición del IEC la cultura es: “Conjunto de los símbolos, valores, normas, modelos de organización, conocimientos, objetos, etc., que constituyen la tradición, el patrimonio, la forma de vida, de una sociedad o de un pueblo”. Por lo tanto, los toros también forman parte de nuestra CULTURA! Pero no sólo de la nuestra, sino también de la mexicana, de la sur de Francia, donde el espectáculo de las corridas se admira, respeta y las plazas se llenan a cada feria, de la... Que por mucho que no guste, si los toros han perdurado durante tantos siglos ha estado por algún motivo. Que las cosas que se imponen no arraigan, la gente hace las cosas porque le apetece, el tiempo es quién marca el camino a seguir y no unos cuántos con “poderes reguladores” que se piensan los amos y señores de la sociedad.

Lucháis por recuperar bailes, fiestas, danzas, etc. que se perdieron con el paso del tiempo y os llenáis la boca, en cambio a nosotros nos priváis de una tradición que ha perdurado durante siglos y os quedáis tan anchos. ¿Pero hasta dónde hemos llegado? ¿Quienes son ustedes para prohibir las tradiciones que tienen los otros por el sólo hecho de que no los gusten? ¿En qué sociedad vivimos? ¿Donde está el respeto? A mí tampoco me gustan los “castellets” y cómo hacen subir hasta unas alturas considerables a niños pequeños, con el peligro que esto comporta, pero no me manifiesto ni quiero que lo prohíban, simplemente lo respeto.

Creo que hubiera podido estar por muerto natural. Si es cierto que las corridas no gustaban ni tenían cabida en la actual sociedad, al final se hubieran dejado de hacer, puesto que una cosa que no es rentable y que la gente no sigue acaba para morirse sola, pero no hacía falta que las asesinarais. El tiempo dirá y dictará sentencia, como siempre, pero el que nos han hecho no tiene nombre.

Dejémonos estar de fronteras, de separaciones, de temas identitarios, de rencores pasados y démonos cuente que vivimos en un mundo global donde tenemos que pensar más con el que nos une que no con el que nos separa. Y la fiesta con toros no nos separa de nadie, más bien al contrario, nos une con otras muchas culturas como son la francesa, española, colombiana, mexicana, portuguesa...

La Tauromaquia y sus antis (Capítulo II)

En la época de los Austrias, de la casa sucesora del Reino de España, unificado por matrimonio y conquistas, donde su primer descendiente, Carlos I de España y V de Alemania, el Emperador, no heredó afición, pero sí aprovechó su continuo deseo de guerrear para poner en auge el lanceo a caballo de esas fieras, que hasta ahora eran designadas por carniceros y labriegos entre las que pensaban que eran de peor condición, mejor en el sentido literal taurino, más fieros, acosadores y que podían dar más juego. En el reinado de la casa Austria llega el esplendor del arte ecuestre, dándose inicio al arte del Rejoneo, creándose sus bases y formas. De la lanza guerrera, como acto bélico de lucha entre jinete y alimaña, se pasa a un refinado espectáculo de entretenimiento cortesano, de inspiración artística clara en la que se sustituye por el rejón.

Pero esta afición práctica de las clases privilegiadas no habrá de ser el único factor desencadenante del auge y esplendor de la fiesta de toros durante los siglos XVI y XVII. El espectacular desarrollo de las ciudades va a generar una nueva concepción urbanística que privilegia los grandes espacios abiertos y, muy especialmente, las plazas mayores. Concebidas éstas como punto de encuentro de todos los grupos sociales - máxime cuando la celebración de algún evento propicia esta "promiscuidad callejera de linajes" a la que fueron los Austria tan adeptos -, las plazas mayores de las grandes urbes van a dar cabida a centenares de acontecimientos taurinos que, convocados so capa de solemnizar cualquier suceso memorable, no son en realidad sino el reflejo de la necesidad que tienen todos los aficionados, desde el monarca hasta el último de sus súbditos, de seguir alimentado su pasión taurófila.

Esta afición extensa y colectiva va a originar otra novedad respecto al toreo del Medioevo, novedad muy pronto concretada en la multitud de escritores y tratadistas que tomaron la pluma para pergeñar los primeros ensayos sobre toros, caballos y toreros (embriones de lo que, andando el tiempo, serán las historias del toreo -como la de Cossío- y las Tauromaquias -como la de "Pepe-Hillo" o la de "Paquiro"-); dejar constancia, en relaciones escritas en verso o en prosa, de lo sucedido en cualquier fiesta de toros (preludios de las crónicas taurinas); y, sobre todo, entablar las primeras polémicas acerca de la práctica del toreo (orígenes remotos de la hoy copiosa, y, casi siempre, pastosa, literatura anti-taurina). Quiere esto decir que, frente a los textos medievales recogidos en cualquier historia de la Tauromaquia (textos que sólo se hacen eco de algunas noticias taurinas cuando éstas rodean, circunstancialmente, al protagonista del relato o a su tema central), por primera vez va a aparecer, a lo largo del siglo XVI, una literatura específicamente taurina. Y así leemos a autores como Fernández de Andrada, Fernando Chacón, Pedro Aguilar, Ramírez de Haro, Gregorio Tapia y Salcedo, Pedro Mexía; fray Jerónimo Román, Luis Zapata de Chaves, que en el S. XVI, dan claves sobre La Tauromaquia, precedentes de los dichos anteriormente, amén, de que existe una abundante literatura taurina sobre todo tipo de acontecimientos y hechos acaecidos, en los cuales se inserta multitud de fiestas y eventos taúricos organizados.

Y en lo tocante, en fin, a las tempranas controversias acerca de si es o no es lícito el ejercicio del toreo, lo primero que cabe reseñar es que, en los siglos XVI y XVII, sus detractores peroran siempre desde una posición religiosa o moral que se preocupa, ante todo, por la vida de quienes la exponen ante un toro, y no por el sufrimiento o la muerte del astado. Considerada desde esta perspectiva, la militancia antitaurina del Siglo de Oro apenas coincide con la de los animalistas de hogaño -preocupados, sobre todo, por el sacrificio de las reses-, salvo en que unos y otros tienen un objetivo común: la abolición de los festejos taurinos. Véase de qué manera cifraba sus objeciones morales fray Damián de Vegas, en su Libro de poesías christianas (Toledo: Pedro Rodríguez, 1590):

"¡Oh bárbaros inhumanos,
que pueden con gusto estar
viendo amorcar y matar
los toros a sus hermanos,
con riesgo -digno de lloro-
de al infierno condenarse,
muriendo sin confesarse
entre los cuernos del toro".

Hubo, con todo, algunas excepciones protagonizadas por quienes, siendo buenos conocedores de la idiosincrasia de sus paisanos y de las tradiciones arraigadas en su tierra desde tiempos remotos, estimaron que la fiesta de toros nunca podría ser abolida por decreto, y propusieron, en consecuencia, una serie de sugerencias que -supuestamente- la harían menos peligrosa para la integridad física de sus oficiantes. Entre ellos, es obligado destacar la bondad, la mesura y, desde luego, la dulce ingenuidad del doctor Cristóbal Pérez de Herrera, Protomédico de las Galeras de España; el cual, en su Discurso [...] en que suplica a la Majestad del Rey don Felipe [...] se sirva mandar ver si convendrá dar de nuevo orden en el correr de toros, para evitar los muchos peligros y daños que se ven con el que hoy se usa en estos Reinos (Madrid, 1597), postuló algunos remedios tan peregrinos como que "no hagan más de una o dos fiestas por año", o que "tengan [los toros] serrados los cuernos un palmo cada uno, [o lleven] unas bolas de metal huecas, o de madera fuerte en las puntas dellos". No obstante, es justo reconocer que, junto a estas sugerencias, el Dr. Pérez de Herrera supo también anticipar algunas mejoras que, muchos años después, acabarían por incorporarse a las corridas de toros y a otros juegos protagonizados por el hombre y el ganado bravo (así, verbigracia, "inventó" el burladero cuando propuso "poner algunas medias pipas de madera terraplenadas de arena para socorro de los de a pie, pues se atrincherarían detrás dellas").

Respecto a los detractores abolicionistas, hay que empezar por señalar que las instancias gubernamentales a las que dirigieron sus peticiones de suprimir las fiestas de toros dieron, por lo común, la callada por respuesta, o se mostraron muy renuentes siquiera a considerar sus súplicas. Y ello no solamente era debido a que las propias autoridades participaban de esa pasión taurófila tan general y extendida por todo el Reino, sino también a que, como llegó a observar el mismísimo Felipe II en una conversación privada con el Nuncio Castagna, los altercados con que sería recibida la prohibición del toreo acarrearían un daño mucho mayor que el originado -según exageraban los prohibicionistas- por el consentimiento de su práctica. Véase cómo da cuenta de ello el propio Nuncio de Su Santidad, en una epístola remitida al Cardenal Alexandrino:
"Hablando como por mi cuenta en una ocasión con S.M., traté de persuadirle que quitara las corridas de toros, y en suma hallé que literatos y teólogos han aconsejado muchos años ha que no son ilícitas, y entre otros alegan a fray Francisco de Vitoria. Y S.M. dice que no cree poderlas quitar nunca de España sin grandísimo disturbio y descontento de todos los pueblos, y, en suma, no encuentro en esto buena correspondencia".

jueves, 29 de septiembre de 2011

La Tauromaquia y sus antis (Capítulo I)

A lo largo de la historia moderna, por no irnos hasta la antropología prehistórica, que sería para otros artículos, el seguimiento popular de los toros se ha dado como algo propio de la mugrienta plebe, que se desafiaban, mostraban su valor ante los vecinos, e incluso, algunos, con arrojo lograron captar la mirada de los prebostes y conseguían cambiar el signo de su marcado nacimiento. Estos juegos del populacho, sabedores todos que eran con animales fieros, que lo parecían, sin seleccionar, tienen muchas referencias desde el S.XIII, cuando los escritos se escapan del mundo monacal, y los diversos monarcas de la península ibérica empiezan a datar acontecimientos y fechas señaladas. En esa Edad Media, se ve claro, el disfrute de prohombres y populacho por esas osadas lides.

Más tarde, en el principal reino de la península, pesar de que Enrique IV y los caballeros de su corte mantuvieron -y aun acrecentaron- esta afición a los toros en Castilla y León, el último cuarto del siglo XV contempló una peligrosa decadencia de las costumbres de lidiar y correr toros bravos, decadencia que bien puede atribuirse -atendiendo al obligado punto de referencia que, en aquella época, constituían los monarcas respecto a la emulación de sus cortesanos- al desinterés y la aversión que los festejos taurómacos provocaron, respectivamente, en Fernando e Isabel. Se sabe que la reina de Castilla se horrorizó al presenciar una corrida en Medina del Campo, y que el rey Fernando, considerando erróneamente que la afición taurina de sus súbditos tenía su origen en prácticas musulmanas, dio prioridad a la solemnización de eventos a través de justas y torneos, en detrimento de los juegos con toros bravos. Don Natalio Rivas se hace eco de una curiosa crónica que relata las fiestas celebradas en Segovia en 1490, con motivo del enlace nupcial entre la Infanta Isabel y don Alonso de Portugal; allí se advierte que los segovianos pudieron gozar de todas la diversiones que eran entonces frecuentes, salvo de las corridas de toros, que quedaron expresamente excluidas del "programa de fiestas". Ahí, podemos datar los primeros desencuentros taurinos, las primeras prohibiciones, que llegando desde lo más alto, por imperativo real, hicieron que la tauromaquia del pueblo fuera denostada.

Pero la afición que desde tiempos remotos llevaban inculcada el pueblo y la nobleza no sólo aguantó sin merma alguna este desprecio de los Reyes Católicos, sino que pronto se vio recompensada y reforzada con la subida al trono de Carlos I. El emperador, que unía a sus dotes teóricas de estratega su natural propensión a la práctica de la acción bélica y de otras actividades arriesgadas, halló en el ejercicio de alancear toros bravos un magnífico entrenamiento para conservar la agilidad y el vigor en tiempos de paz. Si a esto se suma la inclinación de los monarcas de la Casa de Austria hacia los festejos populares celebrados al aire libre (desfiles, carnavales, procesiones, representaciones dramáticas, etc.), es fácil comprender el auge que experimentó la fiesta de los toros durante los siglos XVI y XVII, capaz de resistir, incluso, las gazmoñas andanadas que, en forma de excomunión, le lanzaron desde Roma.

Una notable variación va a afectar, empero, al desarrollo del toreo áureo en relación con las prácticas taurinas medievales: si el propio emperador Carlos I -al igual que el rey don Sebastián, en Portugal- da muerte a toros bravos alanceándolos desde su montura, no es de extrañar que, por efecto de ese mecanismo de emulación cortesana al que ya se ha hecho referencia, los nobles españoles asuman todo el protagonismo en la lidia ecuestre de los toros, relegando el toreo a pie, propio del pueblo llano, a una limitada presencia auxiliar y, casi siempre, meramente decorativa. Son, por ello, escasísimos los documentos históricos y los testimonio literarios que hacen referencia al toreo a pie en el Siglo de Oro, testimonios cuya relativa importancia se advierte bien en el hecho de que suelen constituir digresiones o ideas secundarias respecto al tema principal del discurso en el que están insertos. Buena muestra de todo ello es este fragmento de una oración sagrada que pronunció fray Hernando de Santiago en alabanza de San Bartolomé (Salamanca, 1597), en el que la materia taurina se concreta en un ejemplo con el que el orador viene a ilustrar, por vía de la comparación,sus argumentos:
"Suele suceder cuando un toro bravo sale a la plaza, rostro y cerviguillo ancho y negro, que con su aspecto, furia y bramidos obliga a que todos se pongan en cobro; y que, cuando están llenos los tablados y solo el coso, sale un hombre que sólo con su capa en la mano le silba y le provoca y le incita: todos le han lástima y le tienen por muerto y, aunque le den voces, de nada se turba; antes -severo, entero y reposado-, si el toro no le quiere, él se le llega y, cuando le arremete, cerrando los ojos, a dar la cornada, déjale la capa en los cuernos, húrtale el cuerpo y parte a la carrera a un puesto seguro a que echó el ojo primero que comenzare a hacer esto. Embravécese el toro con la capa, písala y rómpela, y los que de lejos lo miran piensan que mató al hombre; pero el otro, vivo, se está riendo y holgando en su paz [...]. Toros hubo bravos [...] en tiempos de los gloriosos apóstoles y mártires antiguos [...]. Uno de los que bien torearon con una vaca lasciva y loca (que suele ser peor que toro), aunque en el Viejo Testamento, fue José con su ama: porque le dejó la capa, huyendo el cuerpo, no le diese la cornada en el alma".

Mas, a pesar de que la vivísima pintura de fray Hernando de Santiago pudiera hacer creer que este tipo de lances a pie era muy practicado, durante el Siglo de Oro los cosos españoles fueron principalmente escenarios de toreo ecuestre.

martes, 27 de septiembre de 2011

Opinión y pasión desde la reflexión

Visto y leído miles de imágenes y palabras, incluso escritas por mi parte unas cuántas, les aseguro que después de leer los blogs "Hasta el rabo todo es toro" de Antonio Díaz y "Entre toro y toro" de Pabo Hernanz, sigo pensando que podemos tener algún futuro, pero que nunca pasará por lo sucedido, sino por lo que vamos a hacer ahora para defender nuestra pasión, nuestra libertad.
Les recomiendo que los lean.

http://eltoroporloscuernos.blogspot.com/2011/09/adeu-barcelona.html
http://feedproxy.google.com/~r/blogspot/yXSVF/~3/PPWoMt529do/el-amor-por-la-tribu.html

Mente revuelta, sueño perdido.

La intensidad emocional del fin de semana, sigue dejando secuelas de las que se han hecho eco todas las televisiones. De forma más aséptica, más sectaria, mejor o peor, todos los medios han vuelto su mirada hacia Barcelona y lo que allí ha acontecido. Y en ese fin de semana de cierre de la Monumental, independientemente de donde hayamos seguido las imágenes, hay cosas que siguen sin cuadrarme.

La primera es que, está bien la despedida, la emoción, la rabia contenida, pero, simplemente, era un acto. Que fue el último. Bien, de acuerdo. Por eso digo lo de bien por la despedida. Y digo que era un acto, porque la despedida nos la dieron en julio de 2.010. Esa fue la patada definitiva.

En segundo lugar, escuchar al desaparecido Pedrito Balañá decir que el año que viene habrá toros en Barcelona, es vivir en los mundos de yuppie. ¿De verdad el año que viene van a continuar como si nada hubiere pasado? No me lo creo. Más me parece una frase hecha de cara a la galería. Y si fuere así, me demostraría que la democracia no sirve para nada. Que los parlamentos son una opera bufa donde los chillos histriónicos son de burlas y bromas, y al acabar la función nada ha pasado. Hasta el día de la siguiente función que vuelve a empezar.

¿Que Catalunya es una parte de España y su Parlament y su Generalitat tienen que estar a lo que diga el Tribunal Constitucional? Bien. De acuerdo. Pero, recuerden, el Tribunal Constitucional tiene que tener claro que se ha violado algún derecho fundamental para que nos dé la razón. Yo, en ese proceso hubiese argumentado la libertad de culto, porque al final, este arte trágico es algo más que eso. Para muchos es un culto. ¿Que estamos tarados? Si existe la iglesia de la cienciología con sus miles de adeptos, si nos parece normal reencarnarnos en flores, peces o personas porque un príncipe afligido por su mal hacer encauzó su vida hacia lo espiritual así lo dice, y no sigo con demás religiones, por qué no podemos tener algunos al dios Uro como referente.

Siguiendo el orden, por tercero no me cuadra, aun, el tema de nacionalismo que le han dado a este cierre. ¿Que ha existido antiespañolismo? Está claro. ¿Que es la razón principal? Para mí, no. Lo digo, porque en los cierres de Gerona, de Tarragona y de otros lares de aquella tierra no estaban ni los seguidores de Anselmi, el chico de la Boca, ni los de CIU, ni ERC. Ni siquiera IC que engloba a los verdes, que tanta guerra han dado con su power flowers. Además, dicen que si JT no hubiere regresado, Barcelona no llegaba al 2.015. Yo no lo sé. Pero, desde luego, el resto de las plazas catalanas han ido desapareciendo por inanición. Y muchos agoreros apuntaban a que lo mismo iba a ocurrir con Barcelona.

Punto cuatro. Lo de la responsabilidad del mundo del toro, aficionados incluidos, tampoco me va. Ya lo he desarrollado en otros posts, por lo que, sin extenderme, lo dejamos en que el que se sienta responsable que apechugue.

Y en quinto, más extenso y más importante, lugar: Ha habido imágens de situaciones lamentables. Vivimos tiempos extraños para el orbe taurino. Eso de salir gritando libertad, mientras otros te llaman asesino me cuadra lo que menos. Lo de asesinos y demás, viene dado por la barbarie ignorante de quien lo dice. Bárbaros por vivir en la era troglodita que dicen que estamos nosotros. Ignorantes porque somos tan asesinos como cualquier pescador, recolector de fruta, o ellos mismos que matan miles de bichos, al igual que todos, cada día con nuestro aliento, nuestra limpieza e higiene, nuestras pisadas, etc. No saben discernir entre humanidad y animlismo, y eso es una aberración sin límite.
Pero, dejando la demagogia a un lado. De corazón, viendo desde el domingo todas esas imágenes, entre copas de cava unos, entre lloros otros, entre gritos de libertad, y otros de asesinos, algunos pensaron que era cosa de nacionalismo y siguieron gritando vivas a España, cuando la mayoría de los antis que ahí estaban son españoles, e imagino que disfrutarán con los éxitos deportivos de España, como muchos, o todos de los taurinos que gritan lo mismo. Me daba lástima, y por momentos la sensación era, que los proscritos taurinos, eramos los pelujones izquierdistas de mono y chaqueta de pana que denostaba la tele franquista, o aquellos obreros trabajadores del 34 republicano que pedían libertad a chillos, mientras la derecha noble les llamaba asesinos porque mataban a monjas y curas.

Y es que, no se puede mezclar política con cultura. Estamos en crisis. No hay dinero para cultura. Pero, no lo hemos pedido. Sólo que nos dejen con nuestra pasión, y se preocupen realmente por lo que pasa en el mundo. Y son todas estas cosas que me dejan pensativo, a duermevela y con las neuronas revueltas.

Y, para final, dejo abierto el camino para un post siguiente, al hilo de lo que tenemos delante de nuestros ojos y los despreciamos. Me refiero al movimiento antitaurino. ¡Ojo! que están consiguiendo muchas cosas, aunque luego el triunfo se lo lleven los nacionalistas, como si fuere una fractura más hacia el independentismo.

lunes, 26 de septiembre de 2011

De la mofa a la tragedia

Allá por el mes de marzo de 2.010, Alfonso Ussía, realizó una crónica inteligente y sagaz, a la vez que irónica, como todo en él, sobre el Anselmi antitaurino, tan preocupado por lo que les pasaba a los pobrecitos toros. Entoces fue una mofa hacia el personaje. Infame para La Tauromaquia, sin duda, pero recibido hasta por el presidente de la República de México, intentado acabar con los toros allende los mares, también.

En un día como hoy, de lamentos y demás, aun me trae una sonrisa a la cara aquel artículo escrito en el ABC, por el flaco y pinturero escritor. Pero, lo cierto, es que entonces, por aquella primavera de 2.010, ni siquiera nos dábamos cuenta que esto iba a acabar. Pensamos que con todo el potencial desplegado para esas fechas, los políticos catalanes no iban a tener los arrestos de liquidar por desalojo la dignificación del arte en la capital de su región-país-estado o lo que coño consideren que es ese trozo de tierra en el corner derecho de la península ibérica. Si, realmente, nos retrotraemos a esas kalendas, convendrán conmigo que no sólo dudábamos de lo acontecido, sino que, incluso, podíamos haber perdido muchas apuestas. Lo teníamos claro. El Parlament catalán y sus politicastros, más.

Sirva el texto de Ussía, de sonrisa amarga. De no olvidar a este idiota nefasto. Sirva, sobretodo, para que alcemos la voz, y al igual que con el chapapote, digamos aquello de 'Nunca mais'.


El asesor por Alfonso Ussía

Anselmi ha conseguido que los soberanistas catalanes comparen la fiesta de los toros con los secuestros y la ablación del clítoris

Los independentistas catalanes –dejémonos de vainas y disfraces–, que pretenden abolir la Fiesta de los toros en Cataluña, se han hecho con un asesor fundamental. Un joven dirigente de la nueva izquierda porteña. Un profundo conocedor del mundo taurino como todo argentino que se precie de serlo. Argentina es la nación que produce más carne de vacuno del mundo. Las vacas que alimentan a los argentinos, mansas o mañeras, acuden al matadero voluntariamente, exultantes de alegría. Saben que su carne hará felices a millones de personas cada día, y sus bistecs trasmiten a los que la degustan sus conocimientos psicológicos. De ahí la facilidad del argentino por la psicología, la sociología y la psiquiatría. La causa y el origen está en las vacas. Mucha carne de vacuno ha tenido que comer el «profesor» Leonardo Anselmi, asesor de los independentistas catalanes, para conocer con tanta hondura el sufrimiento de los toros durante la lidia. Repito que existe una gran tradición taurina en Argentina, aunque desde la retirada del «Niño de Tucumán», «Farolitos de la Pampa» y Marcial Steinner «Hitlerito de Corrientes» –hijo de un nazi establecido en Argentina–, la afición ha decaído. Ahora parece ser que surge un novillero con buenas maneras, «John de las Malvinas», pero tiene acento inglés. En Argentina siempre ha destacado la altura intelectual y cultural del debate taurino. Anselmi lo ha vivido desde niño, y su militancia en la izquierda le ha convertido en el abanderado de la prohibición. Como todo intelectual de la izquierda, sufre con el padecimiento de los toros y aplaude el aborto, la situación de los presos políticos en Cuba, las expropiaciones en Venezuela y la piratería en Somalia. De ahí su gran importancia en el progresismo provacuno. Los Anselmi están ligados a la fiesta de los Toros desde siglos atrás. Fueron sus grandes adversarios en Sicilia, y gracias a sus antepasados, no se construyó la plaza de toros de Palermo, que iba a quedar preciosa. Asesora a los antitaurinos catalanes por vocación. Que nadie piense que Anselmi cobra por su trabajo. Es un hombre de la nueva izquierda, y el dinero le resbala. Sucede que los independentistas, de cuando en cuando, y para que Anselmi no se vea obligado a pedir limosna en las rotondas del Ensanche, le meten con disimulo abultados sobres en el bolsillo, pero él ni se entera. Los asesores antitaurinos argentinos son así, y no hay manera de que cambien.
Pudiera ser que los Anselmi, incluido Leonardo, sean o hayan sido aficionados al juego del Pato. En muchos lugares de Argentina se juega aún con el viejo reglamento. Se trata de un remedo del Baloncesto, con un pato vivo a modo de balón y a caballo. Los jinetes agarran el pato y tiran de él hasta que amputan su cuerpo. El pato no sufre, porque al ser argentino, también es psicólogo, y entiende el arte que hay detrás de todo ello. Se trata de un diver-timento. Han muerto muchos jinetes por picotazos de patos poco preparados para comprender el trasfondo de prosperidad colectiva que conlleva su mutilación.
Anselmi ha conseguido que los soberanistas catalanes comparen la fiesta de los toros con los secuestros y la ablación del clítoris. Se nota, a mil leguas, que está sobradamente documentado. Hay que defender al toro bravo para que no sufran las vacas. Y es que Anselmi también es partidario de Hebe de Bonafini.


Hoy, no hace tanta gracia como aquel día que lo leí.

A favor de un torero de Galapagar al que llaman José Tomás






Por Manuel Sotelino


Hoy, aquí y ahora, hago mi declaración pública de defender a ultranza a un torero nacido en Galapagar y que responde al nombre de José Tomás Román Martín. Lo hago y me posiciono. Y me adentro en este artículo que pretende ser una declaración de intenciones por un torero de época. Nace este artículo después de mucho tiempo de reflexión sobre su toreo y sobre su aportación a la tauromaquia. Me adentro en este escrito como resultado de una conclusión definitiva, como el agua cuando llega al estuario y avista las olas del mar. Me defino como seguidor del toreo eterno, del que sale, según dijo Belmonte, del interior del alma.
José Tomás es un torero de época. Hemos tenido la suerte histórica de ser coetáneos de un matador de toros que llegará a estar entre los más grandes. Lagartijo (la inteligencia), Joselito (el poder), Belmonte (la quietud), Manolete (la verticalidad), Ordóñez (la majestad) y Ojeda (los terrenos). Pocos más habría que añadir a esta lista. Precursores e innovadores en su época, fuente de inspiración para muchos otros que quisieron seguir la estela que marcaban estos grandes hitos de la tauromaquia. José Tomás da un paso más hacia adelante en su concepto depuradísimo demostrándolo en las plazas donde ha toreado. Recomiendo desde aquí la exégesis que hace Santi Ortíz en su libro dedicado al torero madrileño como consecuencia de su reaparición en el año 2007 (José Tomás. El retorno de La Estatua – Editorial Campo Bravo). Santi, que es uno de los grandes conocedores del toreo actual, explica a la perfección su técnica, su postura ante la lidia, el comportamiento ético y estético en la plaza.
Pero José Tomás no es sólo un soplo de aire fresco vestido de luces. Llega más allá. Actualmente es más fácil posicionarse en contra que a favor de un torero que ha llenado plazas y convulsionado el “planeta de los toros”. Ha hecho enloquecer a sus seguidores y aficionados y ha abierto en numerosas ocasiones telediarios nacionales, portadas de periódicos y titulares en radio. Un torero que va más allá. Muchos afirman que le acompaña un halo de misticismo, una percha literaria –que diría Bergamín- un suspiro de drama ante las astas de un toro. José Tomás… el elegido para salvar la Fiesta, con su sombras y sus luces. Como toda gran figura del toreo, José Tomás es perseguido por gran parte del estamento taurino. Por una importante parte de la prensa, por casi todo el ámbito empresarial e incluso por buena parte del escalafón de matadores, apoderados y ganaderos. También ocurrió con Joselito que se cuenta que días antes de su compromiso en Talavera, donde le esperaba el toro “Bailaor”, de la Viuda de Ortega que le sesgaría la vida, un aficionado desde el tendido le increpó aquello de “ojalá un toro te mate en Talavera”. Y también se cuenta que el en patio de cuadrillas de Madrid, José le dijo a Juan Belmonte aquello de “tenemos que plantearnos no volver a Madrid a torear porque ya es demasiada presión la que sufrimos aquí”. A Manolete llegaron a agobiarle tanto que tuvo que dejar los trajes de luces durante todo un año, porque los públicos, la crítica y los taurinos pedían cada vez más.
En cuanto a José Tomas, habría que decir que todos tienen sus argumentos para arremeter contra el que se juega la vida un poco más que el resto. Álvaro Núñez Benjumea, en los tiempos en los que la buena relación existía –nadie ha dicho que en la actualidad no exista, pero quizá se esté escenificando un ficticio rompimiento entre ganadero y torero- describió la sitio que invadía el torero antes del cite como la colocación al tercer pitón. “Donde los demás ponen la muleta, José Tomás coloca sus zapatillas”, afirmaba el buen ganadero y excelente aficionado gaditano.
Pero la confabulación contra José Tomás no viene de su posición en el ruedo ni de su colocación en la arena. Los taurinos piensan que cada uno es amo de sus propios actos y si alguien está dispuesto a acercarse al abismo de la cornada un poco más allá que el resto es problema suyo. Aquí el centro de la teorización sobre la figura de José Tomás viene por otro lado. Por el vil metal, que es en definitiva quien mueve este espectáculo.
José Tomás, bajo la dirección asistida de Salvador Boix, ha dado un salto adelante y se ha atrevido a pedir sesenta, setenta millones de las antiguas pesetas. Es decir… una cifra que se mueve alrededor de los cuatrocientos mil euros. Ahí está el cuestionamiento de los demás. No es posible que un torero se coloque en cifras que tan sólo cuatro años atrás eran impensables. José Tomás ha dado un salto cuantitativo en los honorarios del estamento de toreros y, de esta forma, ha hecho la mejor defensa de todo el escalafón de matadores de toros. Algunos toreros, en privado, así lo admiten. “Ya está bien de que los empresarios nos pisoteen ninguneándonos y humillándonos… porque en muchas ocasiones no tenemos ni dignidad a la hora de negociar. Es lo que en el toreo se conoce como “las tragedias de los despachos a la hora de liquidar”. Sin embargo, sin abrir la boca, José Tomás ha hablado y ha dicho algo así como “quien demuestre en la plaza que tiene capacidad para llevar el toreo hasta el extremo, tendrá la posibilidad de cobrar cuanto quiera porque yo mismo lo he demostrado”. Sin duda de que el de Galapagar es la imagen viva de que es posible. A partir de ahí, muchos apoderados, empresarios y ganaderos abren la caja de Pandora y dejan salir los truenos. Es muy complicado que un empresario monte una feria cuando hay un torero que se va a llevar a su casa la mitad de lo presupuestado. Es complicado para un ganadero aceptar esta cuestión porque si los toreros crecen en sus honorarios ellos acaban llevándose definitivamente las migajas que caigan de la mesa –ya lo están haciendo-. Es imposible aceptar para cualquier apoderado esas cifras porque su podernante puede echarle en cara que no sabe defender sus intereses cuando hay otro que se lo está llevando prácticamente todo. Es imposible que los grandes magnates del toro, los empresarios-ganaderos-apoderados que existen en la Fiesta lleguen a acuerdos con esas cifras porque pierden cuota de poder. Dejarían de jugar con las vidas de los toreros y con sus derechos a ser tratados con un mínimo de dignidad.
A partir de ahí, comienzan los sofismas contra la figura de José Tomás. Unos argumentos que se caen por sí solos y que intentaremos desmontar con tan sólo un par de frases para cada uno de ellos.
“José Tomás no sabe torear. Sólo es un bulto que se pone delante para dejarse coger por los toros”. José Tomás tiene un depuradísimos concepto de la ortodoxia. Hay que ser muy cínico para despachar de esta forma a un hombre capaz de jugársela hasta el extremo con tal de no vender su concepto del toreo puro. Lleva hasta el final este concepto a pesar de conocer todos los ardiles para descargar, desmandar y aliviar cada suerte o pase. Pero los recursos se los guarda por dos razones. Por convicción y por responder ante una afición que llega a gastarse mucho dinero para ir a verlo. Es leal al compromiso contraído. Por eso podemos decir que su toreo es el reflejo de su ética.
“José Tomás no ofrece declaraciones a los medios de comunicación”. Sin duda es una estrategia. Estrategia que le ha dado resultado. “Hablo con mi muleta y con mi capote. Y quien quiera respuestas que las busque en mi toreo”, dirá para sus adentros. Tampoco habla apenas Rivera Ordóñez, por poner un ejemplo, y lo hace cuando cobra una exclusiva. Y nadie lo critica por eso.
“José Tomás no quiere televisión”. Se niega porque existe un problema de fondo y que nunca se toca. Volvemos a la dignidad de los toreros que son los protagonistas, junto al toro, del espectáculo. La empresa negocia con la televisión los derechos de imagen, y después paga un plus a los toreros por ser televisados. Probablemente un plus que no se acerca a lo cobrado por los toreros porque los empresarios taurinos son muy listos. Es una forma de ningunear a los protagonistas porque los toreros no son asalariados de los empresarios, como ocurre en el fútbol, donde los jugadores negocian con su club los derechos de imagen. Habría que negociar a tres bandas. Televisión, empresa y toreros. Los banderilleros actuaron con más inteligencia en su día. Mientras que no exista un flujo de negociación entre torero y televisión, no habrá José Tomás en la pequeña pantalla.
“José Tomás se niega a torear con otras figuras”. José Tomás ha tirado del carro durante muchos años. Ahora está mermado de facultades y quizá le toque a otro tirar del yugo ¿Siempre le vamos a exigir lo máximo al de Galapagar? Vayan a las estadísticas del torero y verán cómo durante años, en su primera y segunda época, siempre ha estado acartelado con una figura del toreo como mínimo. Los datos no son manipulables.
“José Tomás debió de ir con el G10 a ver al ministro Alfredo P.”. Yo lo hubiera hecho al revés… es decir: que el ministro Alfredo P. hubiera ido a ver a José Tomás. El ministro no dejará de ser un candidato que perdió unas elecciones, entre otras cosas que ahora no voy a nombrar porque no vienen al caso. Y también sabemos que la salvación de la Fiesta no pasa por las manos del político. José Tomás ya forma parte de la historia. La mejor forma de defender la Fiesta es llenar las plazas de toros y que la gente acuda en masa a los tendidos. Si esto hubiera ocurrido en Barcelona, no hubiera habido nacionalistas que hubiera podido por el espectáculo. Véase el País Vasco o Navarra. Allí los toros no se tocan.
“José Tomás ha llevado a las plazas un fenómeno llamado el “Tomismo” o “Tomasismo”. Yo lo traduciría de otra manera. Sencillamente, José Tomás ha llevado gente a las plazas de toros. Sin etiquetar porque comenzamos por etiqueta a los públicos no acabaríamos nunca. Por otro lado, muchas de esas personas no se hubieran sentido atraídas al mundo taurino si no hubiese sido por José Tomás. Además, el mismo derecho tiene de ir a las plazas esos “tomasistas” que los que van a ver a Cayetano, Rivera Ordóñez o El Fandi. Los “tomasistas” corean a su torero y los que van a ver a Cayetano sacan los pañuelos por ver al diestro torear fuera de cacho. Lo único que les une es la legitimación de ir a ver a quien les da la gana. Sobre todo porque pasan por taquilla. Si cuestionamos a los públicos sólo deberíamos a admitir a los cuatro que entran en el autobús de Jesulín.
“Ir en contra de José Tomás da un halo de entendido y buen aficionado que no lo da al que lo defiende”. Esto último, quizá, es lo que más se acerca a la verdad. Parece que existe una corriente esnobista que da cierto “empaque” para todos aquellos que cuestionan el toreo de José Tomás. Yo, una vez, para dármelas de sabiondo, comencé a defender a Finito de Córdoba y me abuchearon. Será que no sé elegir bien a la presa.
Así podríamos seguir con otras cuestiones que, quizá, también se le achaquen a este torero para la historia. Un torero total que fue el primero al que ví en un plaza de toros dar nueve naturales seguidos y quitarse al toro de encima con un pase de pecho de pitón a rabo para sacarlo por la hombrera contraria. Los terrenos ya no existían de tanta profundidad en los embroques.
Ahora que pienso quizá no haga falta este artículo porque es el torero el que mejor se defiende con su capote y con su muleta. Sin embargo, necesitaba sacarme esta espinita por tanto “pontífice” que anda suelto por ahí y al que leo dándole caña a un torero honrado que sólo pide lo que él cree que vale. Y me he quedado más tranquilo que aquel cura cuando cogió la sombra del chaparro después de haberse puesto bien de fabada. Eructó y después se dijo… “Ahora, Señor, por mí, como si viene el fin del mundo”.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Boix pulsando teclas


Acabo de escuchar en la Cope, la entrevista realizada a Salvador Boix sobre el cierre de hoy en Barcelona. Desde el preguntador se ve clara la intención del medio, y en las preguntas encauza la dirección que a él le interesa para llegar al culmen final de decir que la Fiesta Nacional termina en Catalunya.

Bueno, eso ya lo sabemos. El lagartijero Salvador, visto de inicio la intención, se ha escurrido en su decir, en su entender, en su transmitir, para pulsar las teclas que ha venido defendiendo y reafirmando desde, hace ya, muchos años. Teclas de máquina de escrbir antigua, fuertemente pulsadas para que queden bien impresas en nuestra memoria.

Reconociendo la labor zapadora del seny, sobre lo que es o no cultura en Catalunya desde hace 25 años, dice que ha sido milagroso el resistir de una afición agonizante.
Pulsa fuerte a la pregunta de si es por diferenciarse de España, si hoy, España y Catalunya están más lejos, y responde firme, que sí, pero, tan lejos de la cultura como de Francia o América, ya que este arte no tiene fronteras. Desde luego la idea de los nacionalistas ha sido esa, sin pensar en el maltrato animal, ya que para Boix, es indigno las fechorías que se le hacen al animal en el correbous, blindado por los mismos que denostan el arte en la plaza, dejando claro que el tema no son los animales. A los animalistas les ofrece la oportunidad de fijarse en la pobreza, en el hambre en el mundo, en los niños que mueren. Mientras haya un inmigrante que cruce a nado por buscar una vida mejor y se encuentre aquí muerto de hambre, el animalismo no tiene lógica de ser.
Comentó antes de ello, si hay que cerrar las granjas de pollos, los zoológicos y miles de sitios más donde el maltrato es patente.
Habla del día que le espera, de tanta contradicción, de la libertad manchada, y del poco valor de unos políticos que han tenido firmeza en meterse en un arte que denominan ellos español para alejarse de esa España que odian, pero que no tienen arrestos para declarar la independencia, hacer un referendum para separarse de España definitivamente, y que el F.C. Barcelona no juegue más con el Real Madrid, y tenga que hacerlo con el Cornellá F.C. Se han atrevido con el sentimiento de unos pocos miles, seguidores de un arte minoritario, sin endender que es cultura, cultura catalana ancestral, y no se lanzan a por lo que realmente desean. 
Sigue dándole fuerte a la tecla correcta, habla de su JT, de lo que significa para Barcelona y demás, y remata la faena marcando las huellas dactilares en letras y números al responder porqué los toros es un arte, hablando de lo que realmente importa a un hombre que contempla una obra mágica, que se puede rasgar las vestiduras, golpearse la cabeza mientras es capaz de decir olé.

No ha habido tiempo para más. Desde hace quince minutos que la emisora está, de nuevo una hora más tarde, con el tema de la prohibición, lanzando panegíricos, exaltando la libertad. Una libertad que la propia emisora tiene cerrada, ya que no da toros, no tiene programas. Sí reseñas de Naranjo y del rural Lumbreras, que es aficionado. Pero, uno que ha fatigado en esa empresa, ya no escucha este arte ni en casa en Sanfermines. Y lo que hay que hacer es predicar con el ejemplo y poner la carne en el asador para que esto continúe. Porque al final, Molés y su banda, lozanos, choperas, choperitas, uniones y asociaciones, de toros y toreros y demás fauna principal van a ser los santos varones del cotarro. Y los malos, los aficionados que nos quejamos de todo. Que no tenemos ni puta idea de esto y opinamos. Que insultamos hablando de las malas praxis que se llevan a cabo en aras de mancillar este arte, porque hacemos más mal que bien. Pues conmigo que no cuenten para entrar en esa rueda. Hoy, como dice Berrendita en su blog Berrendo en colorao, no es hora de panegíricos, aunque creo que sí es hora de pensar qué está pasando. Bueno, ya lo dije ayer, hace mucho tiempo que teníamos que hacerlo. Y está claro, que sin divulgación, seguimiento de este arte minoritario (eso dicen, aunque los dineros que mueve cada año según estudios realizados los últimos años por diversos economistas hablan del segundo espectáculo en España), lucha por la pureza, la integridad, la diversidad, la entrega de los bípedos y miles de epítetos calificativos más, esto se va a ir desmontando solo. No van hacer falta ni animalistas, ni nacionalistas antiespañolistas.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Crónica de una muerte anunciada


Cuando, al finalizar esta semana, entre lloros, chillos, gritos de libertad y gente con ganas de ver torear, se eche el cierre a la Monumental de Barcelona, seguiremos rasgándonos las vestiduras por semejante afrenta contra el deseo y la libre elección de muchos ciudadanos que, en teoría, vivimos en una democracia. Y seguiremos dando caña al político, metiéndonolos a todos elllos en un mismo saco, o como hacen otros, diremos que todos somos responsables de semejante y atroz barbarie.

Vamos a hablar claro: YO no soy responsable, en absoluto, del cierre de La Monumental de Barcelona. Lo seré, si permito que lo mismo ocurra en mi tierra. Si bajo la guardia, abandono las tertulias, dejo de lado a las empresas que organizan festejos, no acudo a ellos, echo por tierra Jornadas taurinas que preparo, otras en las que colaboro, es decir, convierto mi enfermedad en un problema endogámico, y soy incapaz de salir de mi fortaleza de cristal a decir que soy aficionado, a seguir estudiando, a seguir explicando, a seguir aprendiendo, a seguir enseñando.
Todas aquellas personas que pudiendo han ido dejando morir paso a paso los toros en Catalunya, son responsables de ello. Ellos sabrán, en cada caso, porqué lo han hecho. Salvador Boix, que ha hecho desde el 89 muchas cosas para que no ocurriera esto, me dijo ser responsable de la fatal decisión. Y, es cierto.

Es falso que todo se haya intentado el último día. Cuando Boix explica en su libro 'Toros sí' los movimientos realizados por la seny catalana para desechar los toros como parte de la cultura de su pueblo, y cómo quedan sólo unas pocas voces intentando que esto no ocurra, devenido todo del lastre traído en los setenta y ochenta, entre mala gestión, aburrimiento en las gradas, falta de renovación de público y demás, sabemos que esto iba a pasar. Lo que no pensábamos era que fuese en forma de guerra de guerrillas por parte de los aficionados. Como si Napoleón hubiera entrado de nueva en España, y en cada pueblo, cuatro aguerridos le hicieran frente, mermando mínimamente sus tropas, pero sí haciendo mucho ruido y alaracas.

Igualmente es falso que los toros desaparecieran en Canarias por ser un tema de maltrato animal. Allí desaparecerieron, de la misma forma que iban a desaparecer en Catalunya. Por aburrición. En la única plaza que quedaba en las islas, llevaban años sin dar ni un festejo. La gente no se identificaba con ello, y desapareció regladamente en el año 92. Y si alguno piensa que fue por maltrato animal, no sé a qué espera a montar una organización animalista para acabar con las peleas de animales que allí se permiten, apuestas incluidas. Y, de la misma forma que en Canarias fue por inanición, ese era el devenir de Catalunya. A Canarias no le hemos llamado anti española, ni se han hecho campañas en contra del plátano canario que yo recuerde.

La realidad de finales de los setenta y primeros ochenta, cuando van desapareciendo los últimos grandes maestros, es que en Catalunya va interesando menos ese espectáculo, no se educa sobre ello, desaparece de los medios públicos y afines a la seny, las empresas organizadoras no pulsan la tecla adecuada, y se van cerrando todas las plazas por falta de interés. ¡Vamos! que no hay llenos. Que no llega para acometer los gastos. Que deja de haber financiación oficial para un evento minoritario. Y, además, alguine ve de lejos la oportunidad de crear un cisma mayor, camino del independentismo melancólico. Y digo lo de melancólico porque significa añorar lo que nunca se ha tenido.

'quid pro quo': ¿A quién beneficia? SI este fuera el planteamiento, el responsable del último reducto existente en Catalunya, el último Pedro Balaña y su familia, son los que mayor tajada van a sacar del cierre del negocio. Seguirán siendo catalanes de pro, con unos millones de euros más en los bolsillos. A parte, que el edificio, considerado bien de interés artístico, será vendido. Dicen que a un jeque árabe, o a la Foundation Qatar esa que lleva el barça en su camiseta y que, con negocios con su presi, puede meter bocado por la 'independiente' tierra, comprar el edificio, y convertirlo en una mezquita. Decía Boix, que ojalá fuere así. Al menos el rito, el culto a una religión seguiría entre sus paredes. Y pensado así, estoy con Salvador.

Pero, si ya hace lustros que sabemos y denunciamos que Balañá, por no tener problemas con el resto de sus negocios (sobretodo por el posible boicot de la juventud a sus cines) ha ido arrastrando la plaza barcelonesa hasta llegar a la ruina. Y porque, el nuevo movimiento, el último esfuerzo, surgido de la llegada del fin, que no nos lo creíamos, con Corrales, Boix, JT como fuerza más potente al frente, más intelectuales catalanes de izquierda que seguían siendo aficionados, bajo el grito de libertad, como el chillo de Mel Gibson en 'Bravehearth', han arrastrado al resto de los aficionados del planeta a unirnos a la última batalla, que también se perdió. Y con ella, la guerra. No, no- me dicen. Que queda la moratoria del PP con CIU y la decisión del Tribunal Constitucional. ¡Claro! Con eso estamos salvados. ¡Ya! Y yo me lo creo. El PP no sólo no va a conseguir nada, sino que, para la gobernabilidad y tener el respaldo de CIU en el Parlamento español, dejará el tema en agua de borrajas. Y es que, también hay mucho pepero antitaurino, lo que pasa que llevan el tema por el asunto España sí - España no, haciendo un flaco favor a La Tauromaquia, arte único y universal, y tienen que poner cara de pavor ante tamaña ignominia de los políticos independentistas.
Respecto al tema del TC, si obliga a que los toros de a pie vuelvan a Barcelona, tendrán que volver a todo Catalunya, y a Canarias, claro está. Igual el remedio es peor que la ruina que se ha creado.

No olviden que este fin, no ha sido de la noche a la mañana. No somos responsables de semejante atraso todos los que amamos este arte. No hemos contribuido a ello con el silencio como dicen por ahí. Los taurinos tienen mucha culpa. Los ganaderos, y sobretodo los toreros más aun. Los empresarios, el sr. Balañá y familia, los que más. La defensa del último de los 'pedros' me la decía en Jerez hace años cuando llevaba él la plaza de la calle Circo, también. "No va nadie a los toros. Quieren ver a las figuras y pongo los precios así para poder pagarles. Sale todo muy caro y no va nadie, ni les interesa, y aquí en Jerez, a más de mil kilómetros de Barcelona, en tierra de toros, me pasa lo mismo."
Esta puede ser la única responsabilidad del aficionado. Que al ser más urbanita, menos natural, hemos perdido la sensibilidad del entendimiento del equilibrio existente entre hombre y animal. Su uso y fundamento.  Encima, no leemos, y para postre, lo que nos presentan en los medios es, mayormente, una abominación. Así, que como no vamos a llenar el cemento, somos responsables. ¡Ya! ¡Lo que nos faltaba por oir!

El final está ahí. Y es una guerra perdida. Esta al menos. Otra cosa será, que se pueda retomar el asunto, volver a hacer espectáculos dignos para todos, que el aficionado español deje de pensar en los toros como algo propio, y piense que venimos de una cultura mediterránea donde el toro estaba presente siglos antes de la existencia de Roma, y que todo este arte es un devenir de sucesos, efectos producidos por las causas habidas a lo largo de la existencia del homo sapiens, y reconozcamos que el ganado de lidia no se puede encajar en el rectángulo de una bandera determinada, ya que La Tauromaquia es un arte, y las artes no tienen fronteras. QUe como tal sea reconocida mundialmente, y que el seny catalán vuelva a creer que los toros en su tierra son anteriores a la existencia de España, de Hispania, de Europa y de la madre que les parió a todos esos politicastros.

Y termino diciendo aquello de que, agarrémonos los machos, porque el fin de los toros de Catalunya viene de un aburrimiento continuo de la afición que abandonó aquello, adobado por el movimiento del Anselmi, el chico de la Boca, convencidos los nacionalistas que los toros son españoles. Y si se demuestra y reconoce, que el componente nacionalista sólo ha sido el adobo final, en cualquier lado terminarán los toros, y los responsables ya no serán políticos, sino el resto de nosotros. En concreto, el taurinismo. ¡O no les suenan lugares como Oviedo!
Así que ya saben, defendamos lo nuestro, como un arte de interés, obligando a los intérpretes a no mancillarlo y denostarlo, y no como una cuestión de banderas.

viernes, 23 de septiembre de 2011

El movimiento social

Ayer se vivió en twitter una locura espontánea con la apertura de un movimiento denominado #sialostoros que, a primeras horas de la tarde llegó a ser la marca más referida y nombrada en todo el mundo. Lo cual es una barbaridad. El denominado 'trending tropic', fue una especie de subidón entre la gente taurina que pervive por esa red social. Una gran familia que se está juntando, cada vez más, ante los ataques continuos de la masa antitaurina. Por cierto, insutadora, a más no poder, porque los que entraron en esa denominación, fue para llamarnos hijos de puta, asesinos, y cosas parecidas. Y ahí está el problema.

Vivimos momentos convulsos para el aficionariado. Ser aficionado a los toros, tener los santos huevos de decir que eres aficionado y te gusta, y que encima quieres entender y saber de este arte, es, actualmente, ser un 'hyppie', un 'destroyer'.... Y es que, al final va a ser 'progre' tener una afición tan minimalista, de un arte retro que se esconde al habitante del planeta Tierra. Y, ¿se dan cuenta de la mentira de mundo en que vivimos? Porque, da la casualidad, que en el momento de mayor comunicación, de internet libre(¿?), de redes sociales que crean mocimientos espontáneos y comunicativos, vivimos los momentos más oscuros, debido seguramente a la falta de información veraz. Estamos en la era de la desinformación total. Nos mienten y nos engañan. Los medios de comunicación de masas son negocios empresariales, y en sus informativos sectarios, se nos dice lo que les da la gana. Incluso, en el medio que en teoría pagamos todos, esa TVE nº 1, de la tercera edad será, el sectarismo es infame. Y ¡ojo! no hablamos de colores políticos, porque los aficionados no podemos olvidar a un infame director de informativos del medio, un personaje funesto para nosotros, el pamplonés de la calle abejeras Alfredo Urdaci. Sí, sí. Aquel que se hizo hiperfamoso por ser medio confidente de la Letizia (con z), a sus órdenes y actual princesa de España. Ese hombre hizo el mayor daño a los toros, en toda la historia de la televisión. Él fue quien terminó con las retransmisiones y las informaciones, relegando a unos memos a La 2 en sábado a la hora del apertitivo, del paseo con la familia, del viaje y compadreo. Y en las radios, acostumbrados estamos a trasnochar. Más infame, aun.

Hablamos de cultura, y nos perdemos en el camino. La música clásica, el teatro, hasta las religiones no tradicionales, tienen más minutos, más explicaciones, mejores tiempos y horas que el mundo del toro, que sólo sale para destacar lo malo. Tipo la Sexta, que se debiera cambiar el nombre por 'La Secta', o Telecinco, que no es más que 'Telecirco'. La falta de información, o peor aun, la información sediciosa, acaban con cualquier arte. Y nos estamos acostumbrando a que los 'berzas' que salen las teles a todas horas, una reata de incultos malhabablados, 'doldos' la mayoría, cuyo curriculum es haberse tirado a alguien o ir algún seudoprograma, sean los que informen a la sociedad, que lo da por buena. No quiero hablar de Irak, Afganistán, Somalia, toda el Africa negra, el mundo árabe, los políticos occidentales, etc, porque tendría que ocupar miles de horas en destacar las informaciones engañosas que nos dan.
Hablamos de cultura y quedamos en la ruina. No nos damos cuenta, que la cultura que habla el pueblo, es la de su princesa, la chabacana, chula, maleducada y analfabeta Belén Esteban. Y es que, en tiempos de Franco, se decía pan y toros, como opio del pueblo, que desde los triunfos del Real Madrid, y las trampas de toreros admirados de la época, acabó por ser pan y fútbol. Hoy, está claro, que las telenovelas, y sobre todo los llamados 'reality shows', son los remolcadores de la cultura social, además del fútbol. Si no sabes de jugadores de fútbol y demás, eres de otro planeta. Muchas veces me lo han dicho. Siempre les respondo que hace tanto tiempo que no atiendo a ese aburrido deporte que tienen razón, que soy de otro planeta, del de Cañabate, del planeta toros.

Es cierto, que después de los toros en la España franquista, muchos intelectuales huyeron de ellos porque acabaron asemejando toros con aquella dictadura y sus reminiscencias. Nadie se da cuenta que sin entender el arte taúrico, difícilmente se puede denominar a nadie 'intelectual'. Los toros es una creación humana, de inspiración humana, sentimiento y eficacia humana. Ha nacido humana porque la vida y la muerte, lo son. Las artes beben de la Naturaleza, de la Vida, de la Muerte. La Tauromaquia es todo ello, por eso, la pintura, la escultura, las letras, el cine han bebido de su teta. No al revés. Por tanto, ¿qué arte es mayor? Cada cual que deduzca y opine.
Y es que el resumen del problema, ni es que seamos pocos, ni lo de Cataluña, ni nada de eso que continuamente hablamos. La verdadera realidad, es que hace tanto tiempo que no se explica, no se enseña, no se vive ni la Naturaleza, ni la Vida, ni la Muerte, que este arte ha quedado postrado para unos pocos.  Disfrutémoslo mientras sea posible, o dediquémosnos a explicarlo. Hagamos prosélitos. Enseñemos lo que sabemos, honradamente. Ese es el único camino para que esto continúe.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Un día en Logroño



El último día del verano, sin contar el de San Mateo, osea hoy 21 de Septiembre, nos devolvió un poquito de sol caliente, cielo azul y camisas remangadas. El trío dispuesto, a su hora, cosa impensable conociendo al conductor, se reunió en el bar de Lucio, el Bar Hawai, que como reza su apellido, vino, finos y tapas en ambiente taurino.
Desde allí, en la carretera denominada autovía del camino (por aquello del camino de Santiago), rumbo a Logroño, ciudad-capital más cercana a Pamplona, y ahora más aun por la comodidad del coche. Otra cosa es la lejanía que el estúpido deporte del balompié y, por supuesto, los estúpido bípedos que insultan e insultan, y hacen que imaginarias ideas políticas, se entremezclen con lo que antaño fue una sana rivalidad. Esta fue parte del tema de conversación en la comida en la Peña 21.
Llegada a Logroño, y los tres compis de viaje habíamos quedado con el amigo Carmelo, y de ahí, tras un pote, a la comida, donde el fenómeno Ricardo, socio de la Peña 21, nos esperaba, mejor dicho, nos citaba a la comida a hora puntual, que igual nos quedábamos sin sitio. Luego, Ricardo vino más tarde que nosotros, y no comenzamos a hincar el diente hasta la llegada de las fuerzas vivas de la Comunidad, que ese día se daban cita, también allá.
Todo el camino, el aperitivo, la comida, la sobremesa hablando de toros. Pesado para algunos, natural como la vida misma para los enfermos que allí nos encontrábamos. Preguntas, respuestas, y oído, mucho oído, comiendo entre viejos aficionados que te cuentan su vida y milagros, sus vivencias, sus raíces. Todos unidos por una misma razón de ser, el toro.
En esos instantes, me suelo preguntar por qué estamos abocados al fin, cuando realmente te encuentras con esa pasión, aunque sea en grupo reducidos, haya por donde paso por el planeta toros. No estamos una masa ingente, porque la mayoría es un grupo informe que no sabe ni qué hace sentado en esa grada. Pero, ya que han ido, hacen bien, y opinan, intentan divertirse (¡qué horror!) y chillan, gritan, celebran cada vez que el burel pasa por delante de la pañosa. Aunque el bípedo sea un vulgar trapacero. Y luego, oreja.
No me negarán que podemos hablar de cualquier plaza de toros.

Tras una amena comida, a la plaza, con un saludo al maestro estellica, que esta tarde abre cartel. Peculiar lo que me dijo en las pocas palabras que sus fans, y el calentamiento de los caballos nos permitieron cruzar. - ya podéis animar y hacer ruido - me dijo. No creo que te haga falta, le respondí. Y luego me dí cuenta, una vez más, que en las mixtas, y más en Logroño, no interesa lo que en la grada recuerdan, dijo Cañabate, el numerito del caballo.
Debajo de la inútil e inculta presidencia en el tema taurino, dos toros para el caballo y cuatro para Castella y Leandro, a par por barba. Espartales 'murubeños' para Hermoso de Mendoza, que se cita dos tardes en la feria. Normal, sus apoderados son los jefes de la barraca. Además, atrae a mucha gente, y así se superó de largo, la media entrada del día anterior. Si llegó a esos guarismos. Cuatro hermosos toros de El Pilar para los mencionados. En teoría, un cartel con posibles. Mucha gente en los alrededores. No toda dentro.

En tres líneas: la peña no sabe de rejones, ni reconoce el manejo de un caballo. Y ese público seguidor de este espectáculo, aun sabe menos de la tragedia taúrica, y reconoce y aplaude lo que no se merece, y olvida lo que ha valido.
Ampliando un poco más, que Hermoso no vio reconocida su labor, y que Castella se llevó una injusta oreja, y a Leandro es para mandarlo a esparragar. Los de a pie se encontraron con un torete que se dejó y tres toros de bandera y triunfo. Pero, claro, cuando se está a todo menos a enfrentarse con el animal, ocurren estas cosas. No se puede torear más despegado que Leandro. No se puede ser más aburrido y clónico que Castella, que no entiende los toros. Los torea igual independientemente de cómo sea el cuadrúpedo.

A la salida, felicitación a Moisés, que salía corriendo de vuelta a casa, y en la breve charla queda patente su decepción con el resultado que los toreros han dado al lote. Y eso es cierto. ¿Han pensado alguna vez lo que cuesta criar un toro para que venga un torpe y lo desprecie?
Tras ello, ronda copera con la mente puesta en lo ocurrido. Y en nuestras charlas que no termina de cuadrarnos la tarde. - ha sido un bonito día - dice Valdi. SIn duda, tiene razón. Víctor, lo confirma. Y lo hemos pasado bien. Nos han tratado de vicio, como siempre. Pero, me falta algo. Me da la sensación de haber tirado 63 euros a la basura. Y me equivoco. Nada hubiese pasado si no fuera San Mateo. Si no fuesen fiestas. Si no nos juntásemos por ello. Y además, salvo las cuatro 'obras de arte' de Castella y Leandro, el resto ha estado a la altura. El torero a caballo mejor que sus toros. Los toros de El Pilar, sobre todo, 3º, 5º y 6º (es decir, 3 de 4), francamente bravos. Descubriendo debilidades y ruina en los bípedos.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Fuente Ymbro: En la cresta del torismo



En el primer lustro de la década de los noventa, un hombre con negocios en el mundo del mueble andaba con la idea de hacerse ganadero de bravo. Para finales de ese lustro tenía Fuente Ymbro, un terreno de unos trescientas hectáreas, donde pastaba ganado morucho dándole aprovechamiento al gasto que acumulaba la finca. Su nombre Ricardo Gallardo, hombre cabal, adusto, serio y muy aficionado.

Veces y veces, en charlas con este hombre, siempre tenía claro lo que quería hacer, lo que buscaba. Argumentaba la bondad del ganado ideado por Juan Pedro Domecq y Díez, y continúa haciéndolo, como un ganado que puede dar muchas variables y posibilidades. Además, si hablan con él escucharán las alabanzas hacia lo que considera, uno de los mejores alquimistas-ganaderos de la historia. Y, ¡ojo! Debe ser así. Porque casi el setenta por ciento de lo que se lidia viene de esa rama. Y es que hacia ese tipo de ganado se han tirado multitud de ganaderos que tenían otros orígenes, apremiados por los gustos estéticos de toreros y públicos. Ellos sabrán. Toda persona capaz de ser ganadera de bravo me merece todos mis respetos. Lidie o no. Sea de primera, o para las calles. Sólo por mantener viva esta raza bovina debemos declararnos seguidores de ellos. Luego, claro está, como humanos, acertamos más o menos, tenemos más o menos posibles, o lidiamos mejor o peor entre bambalinas. Y eso nos deja expuestos a la crítica del aficionado.

Cuando lidiaba novilladas con éxito, con varios indultos de sus utreros, discutíamos cuando nos juntábamos sobre tipos de ganado, sobre toros, sobre lo que fuere. Y, no sé si le sentaba bien o mal, pero en nuestras charlas le comentaba que para mí, él era más aficionado que ganadero, y eso podía tener complicaciones para su ganado. Mi intención, al decirle estas cosas, era explicarle que, como aficionado, debiera pensar en el toro, criar un animal que diese interés y emoción al público, pero que como ganadero debiera plegarse a las cuitas del taurinismo. Por aquel entonces, un propio era el h.p. navarro de la COPE, casa en la que estuve hasta el 2.006. Las charlas en Jerez, o en Fuente Ymbro no tenían desperdicio. Eran enriquecedoras. Algunas cenas en la caseta 7 de Julio en la Feria de Jerez, inolvidables. Nos daban las mil y una tomando copas, y charlando de toros sin parar. ¡Qué tiempos aquellos en casa de nuestro amigo Pepe!



Luego, empezaron las lidias de sus toros, ya definitivamente abandonando las novilladas como centro de sus esfuerzos. Por esos días, sus toros daban triunfo, gloria, indultos, al ganadero, que le apodaban Jandilla 2, cuando hasta en público Gallardo ha repetido que no es así, que él debe ser Jandilla 22 ó 23. Y en cierto modo, así es, ya que muchas ganaderías y proyectos con este ganado han salido antes que el suyo. Los toreros que lidiaban aquellas dichas eran todos de primera línea.

Había comprado la finca de al lado, en los noventa, llamada Los Romerales, y enajenado la mayor parte de Fuente Ymbro, como terreno. Como ganado Fuente Ymbro crecía exponencialmente. Con cerca de ochenta sementales, por entonces, que compartían los 'proyectos jandilla' el número de vacas aprobadas, y el número de chotos crecían y crecían dando complicaciones en los terruños duros y complicados de esas fincas. Vacas, chotos, añojos y erales seguían su curso en la finca de Chiclana, y también, algunos, en Los Quintos pacenses. Gastos sin fin para poner en orden una tierra quebrada, que han terminado por ser unas instalaciones modélicas en una forma de entender el toro moderno y adecuarse a las normativas europeas continuas sobre saneamientos y sanidad animal. Un buen mayoral a cargo de todo, poniendo en práctica ideas antiguas renovadas. Esa casa fue la primera en abrir una de las últimas cajas de truenos taúricos, con el tema de las fundas.

Las últimas seis temporadas, subiendo el nivel, creyendo en el toro, han dado mucha razón a la forma de pensar y ser de ese aficionado cabal, actual ganadero de éxito. Un lunar en el camino, Las Ventas. Y parece que para regocijo de mucha gente. - Para que se le bajen los humos, con eso de sacar un toro-toro y mira que fiasco - se ha oído decir entre el taurinismo. ¡Qué pena!
Y así, entre las muchas posibilidades que da el encaste que maneja, increíble para muchos, nada extraño antaño, ha buscado un toro que guste al público, con presencia, trapío, cara. E inversamente proporcional está siendo el gusto del aficionado por este toro, como el de las figuras por rechazarlo. Y está claro, que en una camada larga, hay toros de todo tipo, y que encima, las plazas de toros, mejor dicho, los empresarios que las conducen, buscan un toro acorde a su categoría y a lo que las figuras, o los toreros de segunda fila, piden. Ahí está el cáncer. Aunque tenemos que entender que el toro de Madrid no puede ser el mismo que vaya a Los Barrios, tampoco es entendible que localidades como Azpeitia, Tafalla o Cenicientos cuenten con toros de mayor cuajo y cara que Jerez o El Puerto. Explicable sí lo es, porque así gusta a ese aficionado y así los buscan las comisiones y empresas que llevan esos ruedos. Pero no tiene lógica que un coso de treinta y tantos metros de diámetro lleve mayor volumen que uno de sesenta con tres y cuatro veces más de capacidad. Y lo malo es que ocurre.
Y no olvidar el tema de las figuras. Ellas, todas juntitas, son las que rematan ferias, suenan a los públicos, mayoría en las gradas, y en teoría los que pueden con todo, a parte de cobrar acorde a su caché ganado en la arena, o en los despachos.
Los toros de Ricardo Gallardo son los rechazados por las figuras, y para muestra un botón. El ganadero tenía guardado un lote para ir al Puerto, y a última hora no fueron porque según la empresa los toreros no se habían puesto de acuerdo y se había contratado esos toros para los de primera fila, por lo que no fueron de la partida 2.011. Según el ganadero, dicho en directo en COPE Jerez ante los micrófonos del programa de Manolo Sotelino, la empresa mentía. Él vende toros, y en este caso, cuando los 'serolos' le preguntaron por quienes quería en el cartel, su adusta respuesta fue que le daba igual, como si ponía a su sobrino a matar a los seis. Que él es ganadero y vende toros, no coloca ganado para nadie. Y que El Puerto le había dejado tirado a él y a los aficionados, porque tenía una buena corrida preparada. Y ese era el problema, la diferencia en hechuras de lo que él iba a llevar respecto al resto. Y eso, que tienen el mismo origen, en teoría.
El caso, es que estos últimos años, con la ganadería cuajada en hechuras y caras, como gustan a su dueño, con picante y ritmo, toros que hay que domeñar con oficio y saber, donde aparece este ganado, deja chico al resto. Luego saldrá lo que tenga que salir, pero en hechuras y caras, ganan de largo. Y esto, hasta en Pamplona y Bilbao.
Y la demostración de lo que ocurre hace unos años, es que ya no se acercan ni apoderados, ni veedores de toreros para poner a sus 'porcelanas' con este hierro. Ya nadie mira, ni elige, ni siquiera busca. - ¿Cómo son los toros Don Ricardo? - Con buenas hechuras y caras, fulano, lo que los aficionados quieren en esta plaza - responde él. Y esa es la dicotomía. La contradicción, si quieren. Los gustos del aficionado no son los de los taurinos implicado. Y eso me dice que las 'figuras' no quieren complacer al aficionado, siempre en minoría.


Y ayer lo vimos en Nimes. Tranco, motor, picante, complicaciones, noblezas, bondades, durezas.... porque hubo de todo, pero con un mismo componente, transmitieron al público, y eso hay que estar en la plaza para sentirlo. Por la tele es complicado, aunque se puede llegar, a momentos, a esa dimensión. Hechuras preparadas, por encima del resto de la feria de la Vendimia. Y de cornucopia, de escándalo comparado con el resto. Y de esto tiene mucha culpa la idea del ganadero, que no cambia, aunque vea huir a sus toreros de antaño. Y, aunque no se lo crean, el tema de los pitones de esa largura, dentro de este encaste de toro astigordo, lo da la funda. El condón de los c... que tan tratado está como fraudulento, hace en el caso de Fuente Ymbro y sus duros y ásperos cercados, que el toro no pierda de cinco a siete centímetros en roces y desgastes. Y salen de tal guisa, casi todos, porque los romos, igual que los que son más chicos, no cambian su aspecto ni por colocar fundas, ni por darles de comer más. Esos irán a plazas de tercera, acorde a ello. Y por asuntos como el de ayer, es por lo que, los toreros dicen que ahora se afilan los toros, muchos ganaderos rivales que eso es jugar con las cartas marcadas, y el público en general que no sabe qué decir.
A mí, personalmente, me interesa saber más la opinión de los taurinos, de los aficionados, pero vaya por delante que ya me da igual que me digan que si ya no soy de Cebada, que si ya no soy de Dolores ni de Miura, que si soy de Fuente Ymbro. Yo sé de lo que no soy, y hoy por hoy, seguir a esta ganadería es acertar. Aunque no vayan toreros a la altura de sus toros. Aunque ayer, salvando la distancia del torpe Tejela, que le supera este ganado por la derecha y por la izquierda, por arriba y por abajo, Aguilar y Mora, Alberto y David, estuvieron hechos unos tíos, demostrando quienes pueden con lo que hay. Ambos diestros, hasta hace nada, se han comido camadas de cebadas, doloresaguirres y demás ganados despreciados por las presuntas figuras. Y es que, a partir de ahora, cuando un presunto quiera hacer un esfuerzo se apuntará a una de Fuente Ymbro, como gran logro. Y si no, al tiempo.


viernes, 16 de septiembre de 2011

¡Escribe algo, vago!

Como si fuera necesario ver algo de lo que sucede en mi cabeza, amigos del blog me escriben en el email que escriba más.
Lo primero, muchas gracias a todos por preocuparos por mí. Estoy bien, de verdad, y sigo pendiente de todo. Familia, trabajo.

Escribe más, vago- me dicen con diligencia. ¡Como si escribir fuera lo más sencillo del mundo! Yo creo, que se escribe en los blogs cuando se tiene algo que decir. Y, por ahora, no vemos más allá de lo que leemos en otros blogs. Y eso es lo que toca. Enterarte de verdades que no salen en la prensa oficial, en los blogs y webs de 'compis' que escriben estando allí.
¿O se puede escribir de lo no visto? Y no, no voy a ir a Sangüesa, pero sólo por una situación familiar, personal.
Y hay que hacer público que no quiero escribir, mientras no tenga nada que decir.

O acaso, podemos decir que el año de Miura está más que raro. No completa lotes y se remiendan sus corridas, y en todas sale algún burel de excelente composición, siempre en manos de los menos técnicos. Ayer Castaño debió estar de nota con un gran Miura de vuelta al ruedo en Nimes. Pero eso, lo he leído.
O seguimos conque la gente entiende a Fuente Ymbro como un () dentro del encaste domecq, y que se le sigue como si de ganadería torista se tratara, a la que las figuras rehuyen poco a poco, conforme van haciendo nombr, caja, y posición para elegir, y que ayer lidió en Murcia, donde siempre ha estado increíblemente bien. Varios indultos lleva en el coso de Bernal esta casa. Fuente Ymbro, sin embargo, ayer no debió estar como otras tardes, y salió un toro de escándalo, cuentan por ahí, y le toco al guerrillero, no a la figura que lo pueda crujir.
O es que no nos enseñaron que las figuras lo eran porque podían con todo, porque eran los mejores, porque se medían con todos, porque buscaban a los nuevos gallitos y les retaban para quitárselos de encima. No eran aquellas que tiraban del carro, que toreaban en todas las ferias y siempre algo de lo que se mal llama no comerciales ( ya saben que más comercial que Miura y luego Victorino, no conozco).
Entonces, está claro que vivimos en momentos en que no hay figuras. Hay gente que cobra más, incluso alguno con religión incorporada con prosélitos. Pero, no cumplen los requisitos de antaño. De no tan antaño. Que lo hemos vivido todos de los inicios de Ponce hacia atrás.

En fin, que hay mucha citas, y mucho que leer por ahí. Así que cuando tenga algo que decir, escribiré.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Toros y más toros en Navarra

Venimos contando lo difícil que es cumplimentar las ordenanzas en los encierros. Si ya tuvimos desgracias cercanas con muerte, ayer, un muchacho, según comentan testigos en estado de embriaguez que lo inhabilita para estar en el evento, fue otro de los arrollados por la manada. En Milagro, en concreto, tierra de cerezas, un joven de 33 años, nacido en Cadreita, vecino de Calahorra, y que responde al nombre de Iñigo García, recibió cuatro cornadas en sus piernas, de uno de los novillos que se sueltan. Parece ser que quieto como podía en tablas, dentro del recorrido, y tras el paso del encierro de las 9 horas, se dio suelta de vaquillas y de un novillo, como tradicionalmente se viene haciendo. Ese novillo fue el que pillo al carajote, mojado interiormente, y sin posibilidad de reaccionar ni para entrar a refugiarse. Cosas que pasan, y que, estas sí, debieran ser evitadas. Porque otras heridas por contusiones hubo, normales en un acto como este. Pero, ser pillado a mano ocupada y sin poder dar un paso firme, es lo rechazable.

Y el sábado en Cintruénigo nos cuenta Manuel Sagües en su crónica en el Diario de Noticias frases como esta, que nos dicen mucho de lo pasado. La foto es del propio Manolo.

Demasiadas orejas en la corrida mixta cirbonera para lo degustado artísticamente en el ruedo. Orejas, hasta siete, que se repartieron de forma festivalera el rejoneador Manuel Manzanares (dos), Antronio Ferrera (tres) y Salvador Cortés (dos). El jinete alicantino debía tener algo muy importante que hacer, pues pidió permiso para ausentarse, con lo que se perdió la guinda del triunfalista festejo que no era otra que la salida a hombros con sus compañeros de a pie. No es por joder a nadie, ni mucho menos (aún menos en una feria cirbonera que de la mano de Taurovisión intenta resurgir de sus cenizas), pero la corrida, con un mínimo rigor y exigencia, debería haberse saldado con una oreja para Ferrera tras pasaportar al 5º, un buen toro de Los Recitales, Fanfarrón. Las demás orejas fueron de escaso peso y pañolaje. Incluso, algunos de los apéndices obtenidos los arrojaron los toreros al público a las primeras de cambio al dar la correspondiente vuelta al ruedo

Y Mariano Pascal nos cuent en Diario de Navarra la novillada de ayer en Fitero, que curiosamente, también era de Los Recitales

Los cinco kilómetros entre Fitero y Cintruénigo son la corta distancia que tuvo que recorrer el mayoral de Los Recitales tras la corrida del sábado y la novillada de ayer. Los novillos del hierro sevillano, que ya había estado presente en la corrida de San Raimundo, manifestaron un comportamiento ya habitual: bravos en el caballo y nobles y boyantes en el último tercio, destacando el comportamiento del tercero y el cuarto.
El valenciano Jesús Chover, incorporado a última hora al cartel, trajo a la plaza de Fitero aromas de toreo corajudo y comprometido. Comenzó el festejo a portagayola, intervino en quites en todos los toros, colocó banderillas de manera espectacular, llegando incluso a partir los rehiletes para llamar la atención del público. Destacó especialmente la forma que tuvo de parar al tercer novillo, rodilla en tierra y por verónicas, al que luego torearía con cierto temple en una faena basada en la mano derecha.
Tanto se confió el novillero que llegó a pasarse de faena. Tras dos pinchazos y una estocada atravesada, el éxito quedó diluido en una vuelta al ruedo.
Milagros de Perú, que ya había toreado en Fitero en su etapa sin picadores, mostró haber adquirido más oficio frente a los utreros. Pero esta mayor seguridad, hizo aflorar lo limitado de sus recursos y alejó al público de sus actuaciones. La espada y el temperamento del cuarto novillo hicieron el resto para que la peruana fuese silenciada.

Y lo del fin de ciclo de Peralta es de lloro. Cuatro festejos han sido los presenciados. Esta semana el del jueves de cuatro novillos. El sábado toros de Cambronell Hnos. de Salamanca. Ayer los Urcolas de Victorino, que los vende como si de joya ensortijada se tratara. Y claro, en localidades con gran tradición, que por falta de dinero, sin dejar de tener ¡nueve! días de fiestas, recortan el espectáculo taurino, que atrae a muchos de fuera, que vamos a ello, y pasamos por el Atalaya, por el Madrid, dejamos unas perricas tomando unos refrescos, a parte de las entradas, que en tres años ha pasado el tendido de a pie a costar un 50% más su entrada.
Aquí la empresa había reseñado una corrida de Dolores Aguirre, que un menda la fotografió en el campo, con unas hechuras de Navarra, pero avisaron este agosto que no había 'guitarra' para tanta fiesta. Es feo hacerlo tan tarde, pero la rspuesta del gerente de esa casa no deja de ser de gran prestancia. -No se preocupen. Son cosas que pasan.- Para luego contarme que tampoco le importa mucho porque tienen tanta presencia los utreros, que seguro que el año que viene van a una buena plaza de Francia, o España, por caras, hechuras, y se puede afinar mejor el precio del lote.
Lo del sábado, desconocida ganadería, gratamente presentada y con muchas cosas que decir, terminó en manos de tres pelados que fuera de la escuela y el toreo de salón, no habían practicado más. Y eso se ve enseguida, y los aficionados y el público presente olieron el cangelo en los bípedos, que están algo más que verde para liarse la manta a la cabeza en esto de las picadas.
Y ayer, los Urcolas, desechos mal puestos, sin fondo, ni forma, ni casta, ni raza, ni pases, ni....
Fin de semana taurino en Navarra, con más encierros y sueltas en otras muchas localidades que celebran sus fiestas. Y es que, no en vano, Septiembre es el mes de los toros en esta tierra.

viernes, 9 de septiembre de 2011

JT de Galapagar, ¡El mesías!

Leemos, y vemos, detalles de ayer en las corridas estrella del día, como eran la de Valladolid y Almendralejo, que nos viene a dar la razón sobre los diestros José Tomás y Perera que venimos hablando hace tiempo.

Empiezo por el festival en cuanto a toro, el encierro de Perera en Almendralejo, donde todo fue motivo de euforía. Los de Canal Sur están que no cagan, después de, en dos días, haber enseñado 19 orejas en las manos de cuatro diestros. El domingo los desechos de tienta de vaca vieja, pero qué buenos, de Victorino en Villaluenga (Cádiz) que dieron 9 orejas a Rafaelillo, Víctor Janeiro y Salvador Cortés (el que mejor, más toreo, más disfrutó y entendió a ese ganado). Ayer, entre sus paisanos Perera parecía el héroe americano, el superman que aun haciendo algo mal hecho, se convertía en bueno con su empaque y variedad y se chupó ¡10 orejas y un rabo! Iban para nueve, como el domingo anterior, pero regaló el sobrero, tipo Méjico. Es difícil aguantar una corrida del mismo hierro para un sólo matador, por lo clónico que son hoy en día. Pero este muchacho de La Puebla del Prior, es uno de los que mejor se pueden apañar, hoy en día, en las encerronas. Los cuvillos fueron al dente, perfectos, y en vez de ahí debieran estar en otros lares, con otro matador, que está que no se encuentra. En fin, aunque entre paisanos, en la placita que era que ni siquiera llenó, euforia, toro de regalo, demasiado arrastre, un solo matador, hay que felicitar al diestro por su esfuerzo, su estilo, su poso... Y es que a este muchacho no le van las primaveras. Y los finales en alto, los fines de temporada le van que ni pintados.

Ayer, en la séptima corrida de JT esta temporada, tocaba la Feria de Valladolid, gran ciudad de provincias, donde el de Galapagar hacía su nueva incursión, en lo que hasta ahora está resultando una especie de vía crucis, que esperemos no termine en crucifixión general.
JT no está ni en condiciones plenas, ni con la cabeza tan fría después de lo de Aguascalientes. Tiene un andar y un estar que vuelve loco a sus partidarios como hace dos mil años un pescador de hombres embrujó por su serenidad, saber y demás a las masas locas. Perdonen los símiles. Pero, no me dirán que aquel hechizador de hombres, con su cohorte de apóstoles y miles de partidarios era seguido por ricos y pobres, allá donde fuera. Les daba nuevo aire, algo que no tenían. Hacía cosas con una forma de ser, de ver la vida, que ensimismaba a sus allegados y ensoñaba a las masas. Incluso publicanos se mezclaron con putas, ricos con pobres, brazo con brazo por poder acercarse al mago, al hombre sencillo parco en palabras y hechos, pero demoledor cuando salían de su ser. No me dirán, que aunque sigo dictados del libro sagrado de los cristianos, no pudieran bien mismo, ser dictados por Boix, Ramos, El Peti, por ejemplo, sobre un hombre hechizador en la religión táurica que llena cosos, como aquel colinas, unos para escuchar dulces palabras y ver hechos, otros para ver hechos que suenan a dulces palabras.
Hay algo de público, mejor, masa jaleadora en ambas corrientes. Hay algo de cercanos con el cuchillo a la espalda. Esas enfervorecidas masas son estas. Tenemos hasta un José de Arimatea en gente como Leopoldo Gil, y muchos más como él. Nos encontramos con discípulos antiguos que ahora no lo tienen tan claro, como Javier Villán, que bien podía ser el Iscariote (perdóname esta maldad, Javier que sé que no te vendes por unas míseras monedas), cercanos a su idea que no racionalizan el momento, como mi querido Víctor Soria, que no ven más que el flotar sobre las arenas de su mesías. Y por supuesto, el poder, el Sanedrín en el Caifás Molés y su gente.
Con todos estos predicamentos, esta situación, estos cuatro años de toreo, de los 30 a los 33 fue el tiempo de Aquél, no me dirán, que el paso por las estaciones, la séptima ayer, no comparte similitudes en cuanto a que, algunos se empiezan a cansar, y hay muchos que lo quieren vender por menos que aquél Judas. Ya se oye que el discurso se agota, que si el peligro de JT es tremendo para el poder establecido. Hasta su más fiel seguidor, el ganadero Alvaro, queda de lado. Aquel hermano Lázaro, que en los peores tiempos de crisis resucitó su ganado en dinero a más, no se encuentra disponible en estos instantes. Y no sé si podrá recibir mensajes en su buzón de voz.
Esos pitos de frustración, lo eran, ayer, por no haber cortado orejas, o porque la pasta gansa gastada, el mensaje que se espera recibir, no termina de ser el que uno aspira. ¡Vamos a ver! ¡Estamos o no en guerra contra todo lo establecido! Esto es una revolución para echar a los romanos poderosos, o simplemente hablamos de otro mundo, de otra idea. Otro Platón con su caverna, sólo que cambia la concepción de la idea por el amor-arrimón, la compostura y la firmeza.
Y es que en la séptima estación Jesús cae por segunda vez.

Sigo disculpándome por los símiles que no pretenden ser irreverentes con los partidarios de ambas religiones, la cristiana y la tomista. Pero, parece que aun son los tiempos de Aquél, veremos si el particular vía crucis de JT, no lo lleva ante la entrevista plusera, la cámara molesera, y a morir en su calvario particular con la lavada de manos del empresariado. Aquél, cuentan, y es fe, resucitó al tercer día. Este aun está por la séptima estación. Y ojo que la octava fue el lloro de las mujeres de Jerusalén. Veamos si vamos todos a llorar por muchas cosas más de las debidas en el fin de Barcelona, con el mesías JT, que puede transfigurarse en la arena, pero no es Hombre y Dios como Aquél.




Foto Reuters de elmundo.es JT en Valladolid.