Ayer se vivió en twitter una locura espontánea con la apertura de un movimiento denominado #sialostoros que, a primeras horas de la tarde llegó a ser la marca más referida y nombrada en todo el mundo. Lo cual es una barbaridad. El denominado 'trending tropic', fue una especie de subidón entre la gente taurina que pervive por esa red social. Una gran familia que se está juntando, cada vez más, ante los ataques continuos de la masa antitaurina. Por cierto, insutadora, a más no poder, porque los que entraron en esa denominación, fue para llamarnos hijos de puta, asesinos, y cosas parecidas. Y ahí está el problema.
Vivimos momentos convulsos para el aficionariado. Ser aficionado a los toros, tener los santos huevos de decir que eres aficionado y te gusta, y que encima quieres entender y saber de este arte, es, actualmente, ser un 'hyppie', un 'destroyer'.... Y es que, al final va a ser 'progre' tener una afición tan minimalista, de un arte retro que se esconde al habitante del planeta Tierra. Y, ¿se dan cuenta de la mentira de mundo en que vivimos? Porque, da la casualidad, que en el momento de mayor comunicación, de internet libre(¿?), de redes sociales que crean mocimientos espontáneos y comunicativos, vivimos los momentos más oscuros, debido seguramente a la falta de información veraz. Estamos en la era de la desinformación total. Nos mienten y nos engañan. Los medios de comunicación de masas son negocios empresariales, y en sus informativos sectarios, se nos dice lo que les da la gana. Incluso, en el medio que en teoría pagamos todos, esa TVE nº 1, de la tercera edad será, el sectarismo es infame. Y ¡ojo! no hablamos de colores políticos, porque los aficionados no podemos olvidar a un infame director de informativos del medio, un personaje funesto para nosotros, el pamplonés de la calle abejeras Alfredo Urdaci. Sí, sí. Aquel que se hizo hiperfamoso por ser medio confidente de la Letizia (con z), a sus órdenes y actual princesa de España. Ese hombre hizo el mayor daño a los toros, en toda la historia de la televisión. Él fue quien terminó con las retransmisiones y las informaciones, relegando a unos memos a La 2 en sábado a la hora del apertitivo, del paseo con la familia, del viaje y compadreo. Y en las radios, acostumbrados estamos a trasnochar. Más infame, aun.
Hablamos de cultura, y nos perdemos en el camino. La música clásica, el teatro, hasta las religiones no tradicionales, tienen más minutos, más explicaciones, mejores tiempos y horas que el mundo del toro, que sólo sale para destacar lo malo. Tipo la Sexta, que se debiera cambiar el nombre por 'La Secta', o Telecinco, que no es más que 'Telecirco'. La falta de información, o peor aun, la información sediciosa, acaban con cualquier arte. Y nos estamos acostumbrando a que los 'berzas' que salen las teles a todas horas, una reata de incultos malhabablados, 'doldos' la mayoría, cuyo curriculum es haberse tirado a alguien o ir algún seudoprograma, sean los que informen a la sociedad, que lo da por buena. No quiero hablar de Irak, Afganistán, Somalia, toda el Africa negra, el mundo árabe, los políticos occidentales, etc, porque tendría que ocupar miles de horas en destacar las informaciones engañosas que nos dan.
Hablamos de cultura y quedamos en la ruina. No nos damos cuenta, que la cultura que habla el pueblo, es la de su princesa, la chabacana, chula, maleducada y analfabeta Belén Esteban. Y es que, en tiempos de Franco, se decía pan y toros, como opio del pueblo, que desde los triunfos del Real Madrid, y las trampas de toreros admirados de la época, acabó por ser pan y fútbol. Hoy, está claro, que las telenovelas, y sobre todo los llamados 'reality shows', son los remolcadores de la cultura social, además del fútbol. Si no sabes de jugadores de fútbol y demás, eres de otro planeta. Muchas veces me lo han dicho. Siempre les respondo que hace tanto tiempo que no atiendo a ese aburrido deporte que tienen razón, que soy de otro planeta, del de Cañabate, del planeta toros.
Es cierto, que después de los toros en la España franquista, muchos intelectuales huyeron de ellos porque acabaron asemejando toros con aquella dictadura y sus reminiscencias. Nadie se da cuenta que sin entender el arte taúrico, difícilmente se puede denominar a nadie 'intelectual'. Los toros es una creación humana, de inspiración humana, sentimiento y eficacia humana. Ha nacido humana porque la vida y la muerte, lo son. Las artes beben de la Naturaleza, de la Vida, de la Muerte. La Tauromaquia es todo ello, por eso, la pintura, la escultura, las letras, el cine han bebido de su teta. No al revés. Por tanto, ¿qué arte es mayor? Cada cual que deduzca y opine.
Y es que el resumen del problema, ni es que seamos pocos, ni lo de Cataluña, ni nada de eso que continuamente hablamos. La verdadera realidad, es que hace tanto tiempo que no se explica, no se enseña, no se vive ni la Naturaleza, ni la Vida, ni la Muerte, que este arte ha quedado postrado para unos pocos. Disfrutémoslo mientras sea posible, o dediquémosnos a explicarlo. Hagamos prosélitos. Enseñemos lo que sabemos, honradamente. Ese es el único camino para que esto continúe.
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