jueves, 12 de junio de 2014

CIRCO EN NIMES

No puedo resistirme. Prometí ceñirme a las plazas de mi tierra, pero es que no puedo. ¡No puedo!
Anoche cenaba leyendo el midi libre, periódico del sureste francés, precisamente toma su nombre de la zona conocida como el mediodía francés, el Midi. Y lo leía no por costumbre, aunque entienda y hable el francés, de aquella manera a estas alturas de mi vida. Lo leía porque quería saber en detalle la entrevista que le hacían al productor Simón Casas. Quiero partir primero de la premisa de que todo lo que ocurre en el toreo en La France me interesa sobre manera. En segundo lugar decir que ya hace muchos años mi amigo François me regaló el libro sobre la peculiar vida de Simón Domb, seudo Casas, en su idioma. Aprendí mucho francés, y también mucho sobre el curioso personaje al que voy a intentar desacreditar en los siguientes párrafos. Vaya por delante que no me va nada con él, es más, siempre he pensado que su condición de "fille de la patrine", niño huérfano adoptado por el Estado, le ha afinado los sentidos, el hambre y demás, admitiendo en su caso el tópico español "más cornadas da el hambre".

Pero este fantoche que ha derivado y demarrado en la prepotencia del yo sobre todo y todos, que es un meapilas de marca mayor, adulador incansable a la cara y puntillero de primera desde atrás, se permite el lujo de desacreditar a la casa Miura porque le da pánico recibir protestas de los suyos. Y se cree, dentro de su cobardía para reconocer las cosas, más aún sus continuas cagadas, el amo del cotarro para hablar de algo tan intemporal como es la casa de Zahariche.

Leo a Verdaguer y me entero que las orejas que abren esa puerta de los Cónsules en esta feria de Pentecostés han sido todas mal dadas, de baracalofi, en toritos de mierda, presentados para plaza de tercera en fiestas de jaleo. Pero, no nos extrañemos. Eso es Nimes. Un circo.

Nimes, ciudad hermosa con un espectacular coliseo del siglo I después de Cristo, como Arles, se
convirtió en manos de "Casas" en una plaza de primera a la española, donde más tarde, había que
confirmar alternativa, así la ponía al nivel de Madrid, de La México. Todo valía para demostrar que en Francia la course espagnole era más grande en Nimes que en ningún otro sitio. Y para los patanes o para los de la parafernalia seguro que así les parecía, y les parece aún. Pero para los buenos aficionados franceses, y para aquellos que amamos esto y seguimos su desarrollo en las tierras de Iparralde, que significa tierras del norte, vulgis allende los Pirineos, todos sabemos que Nimes no es una plaza seria a la francesa. Allí va más los viajes express de gente de París que llegan a la llamada de Simón Domb vendiendo sol, toros, flamenco, tapas, copas, compadreo con el taurineo y demás. Y para ello, qué menos que contar con las figuras y con perritoros traídos atados con longanizas y envueltos para la feliz colaboración con el de a pie para solaz disfrute de todos, que nos hacemos aficionados por un día al grito de olé. Eso es Nimes y sus ferias.

De ahí, con ese bagaje, no exento, cierto es, de mucha imaginación, para eso hablamos de un súper
productor, había que conquistar la Hispania. Y el tipo, entre lloros, sollozos, broncas y denuncias por injusticias racistas (no me dan la plaza porque soy francés, me rechazan porque saben que soy de fuera y voy a triunfar....) asociándose con taurinos, algunos de los cuales se están yendo tras fiascos gordos en sus gestiones, logra ir metiendo el morro plaza por plaza, hasta llegar a la primera del mundo. Aunque allí el que manda de verdad es Matilla.

Y este hombre, que cierto también, ha sufrido ataques personales y actos vandálicos con sus propiedades por parte de los humanistas y pacíficos antis, ha ido forjando una carrera en el taurineo, llegando al control de los tres estamentos, ya que también es apoderado y tiene sus garras en ganados varios. Nunca iba a apoderar, sólo a la gestión, porque es muy importante para el mundo taurino que los empresarios defiendan los derechos de los aficionados, los toreros se dediquen al rito máximo y que los ganaderos críen en sus tierras la mejor y más variada materia prima para que todo ello eleve a la Tauromaquia al máximo espectáculo a presenciar en el mundo. Más o menos, coma arriba o abajo,
estas eran las ideas de un joven Simón Casas, que melena al viento iba deambulando por un mundo
que quería mejorar.

Y ahora sale el dictador, mandón, ese nefasto que todas las personas podemos llevar dentro, cuando nos creemos en posesión de la verdad, pensamos que somos los garantes de la fe, y todo lo que no sea como yo digo es anatema. Este es el Casas de hoy. Y lo acaba de demostrar con sus palabras y su actitud ante el injustificado e histriónico ataque a la casa Miura. Porque esta casa es la mejor que hay señores, porque es la única que no se deja mangonear, revisar sus toros, cambiar lotes, elegir el burel tal o cual. Esta casa, que es la que más cara vende su materia, por algo lo será. Desde luego no es fácil criar toros, y menos los de Zahariche, ni mantener el vergel, la finca en condiciones, los cientos y cientos de hectáreas en hábitat libre para una especie en peligro de extinción. Y en peligro de extinción no sólo lo están los cuadrúpedos en esa casa. Y porque el que se mete de esa forma abominable con Miura se mete con La Tauromaquia. Y con Pamplona. Y conmigo. Y para aquellos listos que dicen que el torero debe elegir el toro y demás, que se vayan al guano, abandonen este rito y se vayan al circo. O a Nimes, que con el maestro mayor de pista, que muchas veces hace de todo, de funámbulero, cambalista, chanchullero, payaso...esas arenas se convierten en un verdadero Circo.

2 comentarios:

  1. Bien dicho Patxi!!!
    Comparto todas y cada una de tus palabras, gente así sobra.

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  2. Ole, se puede decir más alto pero no más claro, saludos.

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