miércoles, 11 de junio de 2014

LOS SANFERMINES: LA FIESTA



Cuentan las guías que Pamplona y San Fermín son una y que sin las fiestas del santo, aquella desaparecería de los mapas universales en los que se ve envuelta a día de hoy. Y esa Pamplona bimilenaria, hospitalaria, es en donde cualquier forastero se siente en casa cada vez que llega ese 6 de Julio, donde históricamente se abrían todos los portones y portillos de la Ciudad para que el mundo entero se entremezclara en una misma amalgama.

Podemos retroceder en la historia y buscar si existió, o no el santo, si fue o no de Pamplona. Hay quien afirma rotundamente que fue bautizado por San Sernen de Toulousse (nuestro San Saturnino) en 'el pocico' que hoy está delante de su iglesia-fortaleza. Que era un patricio romano (Infirmus avanzan algunos que era uno de sus tres nombres) y que, enviado al norte a cristianizar francos y demás tribus germanas, fue nombrado obispo de Amiens (un 10 de octubre) y murió martirizado. Hay quien niega el origen de la historia, lo tilda de leyenda, y orientan sus teorías por otros caminos.

Sea o no, el santo se impone con su fiesta desde tiempos antiguos, y en el S.XIII se mencionan como costumbre antiquísima la fiesta máxima de San Fermín, quedando claro que aunque había otros festejos a lo largo de cada kalenda, ninguno como el principal de San Fermín. Y será hasta finales del siglo XVI festejada el día del patrón, fiesta celebrada ese 10 de octubre que conmemora su nombramiento como obispo de Amiens. En 1.590, la lluvia y el mal tiempo fue tal, que la autoridad eclesiástica por la proclama del personal, decidió trasladarla al día siete del mes siete, que es cuando el tiempo ya es mejor en La Ciudad. Y así, desde 1.591, los Sanfermines se celebran en esa fecha.

Las crónicas de los siglos XVII y XVIII hablan de grandes festejos, con actos religiosos junto a músicos, danzantes, gigantes que bien puede ser las mismas procesiones de hoy, actos centrales también en este XXI. Se cuenta de torneos, santimbanquis, encierros y toros; y esto último, también se pierde en el tiempo. Los toros, sus juegos, sus lances y demás son connaturales con esta tierra y forman parte de su acervo cultural.
Curioso es que ya por entonces existían las quejas y la preocupación del clero por el abuso en el beber, el libertinaje de los mozos y mozas, y de la presencia, cada vez más, de gente forastera que con sus espectáculos "hacían más divertida La Ciudad". Es decir que las quejas de nuestros mayores, de los que antes fueron jóvenes y lo hicieron, sobre los excesos son anteriores a la mayoría de los estados del mundo. Algunos que pensábamos que eran inventos de nuestras abuelas!

En el XIX aparecen atracciones de circos, animales exóticos como novedades en esas fiestas. Los cabezudos, kilikis y zaldikos también serán nuevas incorporaciones para la Comparsa de Gigantes, al igual que los nuevos gigantes son de ese tiempo. Esos actuales que son las cuatro parejas de reyes de los continentes existentes: Europa, América, Asia y África. Por entonces no tenían rango de continentes ni Oceanía, ni la Antártida, aunque en este último como no hicieran un pingüino...

Será el XX la explosión definitiva de la "fiesta" a nivel mundial. "Fiesta" de Hemingway ('the sun also rises') que posicionó a la ciudad en el principal ránking de las ciudades más famosas, colocó a la Estafeta entre las diez calles más famosas del mundo y junto a los carnavales de Río de Janeiro puso a los Sanfermines como principal evento festivo del planeta. A nivel local aparecieron otros actos centrales de la actualidad como son el Riau-riau, nacido de un malestar de los pamploneses contra sus autoridades en 1.914, y que a día de hoy está liquidado por exceso.

O el Chupinazo, que nace como acto espontáneo de unas vísperas por una cuadrilla de amigos en la plaza del Castillo. Hasta entonces la fiesta empezaba, desde ese 1.591 el 7 de Julio. Fue en 1.940 cuando se imprime cierto carácter oficial al acto de la mano del teniente alcalde Joaquín Ilundáin, famoso y célebre personaje local, Jokintxo. Porque desde 1.901 se tiraban cohetes, y el año 39, no se sabe si por la ganas de reiniciar unas fiestas perdidas los dos años anteriores por la guerra, el mencionado junto al periodista José Mª Pérez de Salazar empezaron a las 12, al mediodía a tirar cohetes en la citada plaza. El caso es que, en 1.941 será el alcalde quien tire el cohete, y desde entonces existe este acto en el programa oficial.

O las peñas, que nacen en el S.XIX (el Trueno de 1.852 fue la primera) pero que toman cota importante en el pasado siglo. A las 15 oficiales de la federación actual, hay multitud de peñas que también interactúan de alguna manera con las fiestas, como la sueca, los suecos, borussia, milanesa, de Nueva York,....

O, y llego al final, La Feria del Toro. Los toros en Pamplona son más antiguo que el propio nombre. Llamada Iruña, Pompaelo, Pampelune, Pampilona, Pampilune o Pamplona los juegos con el dios Uro, representado en estas tierras por la raza autóctona de reses de gran fiereza confirman que las fiestas del santo patrón y el rito táurico vienen de la mano de tiempos olvidados. Y conforme se regla el rito aparecen nuevas formas, pero eso lo dejo para el siguiente capítulo, porque, al menos para nosotros, merece uno en especial.

Cerrar este primer post sobre la fiesta, terminando con la curiosidad que a los foráneos se les hace más extraña de esta fiesta, que viene dado por el santo en sí mismo. Y es que San Fermín no es el patrón de Pamplona. Los patrones son San Saturino y La Virgen del Camino, aunque esta última no lo sea canónicamente. Y ambos tienen una historia digna de leerse. Lo recomiendo.
San Fermín es patrono de Navarra, y desde la canonización de San Francisco de Javier, copatrono. Aunque en el 1.624 las cortes lo quisieron anular dejando sólo al nuevo patrón jesuita, pero las quejas del pueblo hicieron que definitivamente en 1.657 el Papa de turno confirmara definitivamente su co-patronato en esta tierra. Y de hecho, junto a los sanfermines pamploneses, esas fechas se viven a la vez los de Lesaka, hermosa y recia localidad del norte de Navarra, a la que muchas veces olvidamos centrados en lo que ocurre en la vaskona Iruña, la romana Pompaelo, romanizada Pampilona, actual Pamplona-Iruña.

2 comentarios:

  1. Gabon Patxi en Nabarro antiguo, en la actualidad euskera. He de decir que la alegria que heres capaz de transmitirme en tus escritos , es digna de elogios, pero macho, a mi me toca muy mucho los bemoles, la cantidad de hijoputas que me tengo que tragar en las fiestas de mi pueblo. Sobre todo los de esos que se creen que en Iruña citi no hay ley, fliparias lo que hay que ver con salir un par de dias de noche.
    Sobre la mal llamada Feria del Toro. El 2014 , es un insulto a los pocos aficionados que quedan en Pamplona. No voy a continuar por que no merece la pena. Pero elogio la capacidad de que heres de transmitir por las fiestas de un lugar, donde la mayoria de los forasteros , no respetan. Lo de feria del toro, suena a Txirigota de Cadiz.
    Un saludo.
    Kaparra

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  2. En baskurtze, que el palabro nabarro es de etimología bearnesa, actual Francia. Dicho esto querido Boris, amigo Kaparra, no pienses que no sé lo que es salir de noche, o ver hacer el 'hijoputa' como dices, ya que uno vuelve siempre el encierro alrevés hacia su casa y ve ganado de todo pelaje haciendo cosas poco apropiadas, pero no muy diferentes de las de hace 30 años, que entonces, de 40 a 30 años atrás eran más salvajes que ahora, sin lugar a dudas. Y de los forasteros pasa como en las boticas, hay de todo. Y lo primordial es que nadie se sienta forastero en Pamplona, se mimetice cuan uno más, y no desentone.

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