domingo, 24 de abril de 2011

Si las madres hablaran....

Me llega vía email una carta enviada por un amigo del campo de Gibraltar, escrita desde la perspectiva de una madre paridera de una ganadería de lidia, y que más o menos todos pensamos que así hablarían si les dejasen o pudieran.

"A todas esas almas sensibles que con su mejor intención abogan por la supresión de las corridas de toros pensando en el bienestar de mis hijos, les pido que dirijan sus fuerzas a favor de la vida de ellos y en este sentido atiendan a mis sentimientos de madre, que quiere como todas lo mejor para sus hijos.

Para conseguirlo deben solicitar con todas sus energías que continúen
celebrándose las corridas de toros, ya que, si se suprimen reducen la esperanza de vida de mis hijos en un 75 %, pues en lugar de morir en una plaza de toros con 4 años, lo harían en un matadero de añojo, es decir con un año y con peor calidad de vida, al ser criados estabulados en un cebadero en lugar de en plena libertad en la dehesa, ya que, los ganaderos no tendrían porque cuidar tanto la condición física de los mismos, y en este mundo tan mercantilizado se limitarían a sobrealimentarlos con piensos compuestos y paralizados para la mayor obtención de kilos/canal.

Exigir que se celebren el máximo de corridas de toros y pedir la integridad de la fiesta sancionando fuertemente todas las irregularidades que se puedan cometer con mis hijos en cuanto a posible manipulación de sus cuernos y control antidoping de los mismos, para que puedan luchar en el ruedo sin desventaja para ellos,
que en su grandeza puedan ser indultados el mayor número y premiados a vivir
placenteramente en la dehesa hasta el fin de sus días como semental, cubriendo un montón de vacas. Si de verdad amáis a los animales esta es la mejor forma de defenderlos."

La verdad es que todos imaginamos cartas de este tipo, aunque lo mejor que se ha escenificado sobre este asunto está hecho por los veterinarios taurinos, Antonio Muñoz y Antonio Ruiz. El primero es veterinario en plaza en Málaga, mientras El Peti es veterinario taurino en El Puerto. En varios congresos y jornadas han escenificado, repito, la historia de dos chotos nacidos a la vez, uno bravo y uno manso. Uno nacido de madre conocida y amamantadora en Los Alburejos de la conocida Torrestrella, y el otro parido y apartado para su engorde en cualquier explotación de carne de vacuno. Uno corriendo, creciendo, viviendo el infame herradero, agobiante por unos minutos, apartado entonces, tras un año de su madre, y devuelto a la dehesa para su correteo con el nombre de su querida ama, Vidalarga, mientras el otro perdido tras el morral y el abrevadero, atado a una cadena lleva más de un año sin saberse ni importase más de él que su pesado continuo. En breves meses, este ternero llegará a las 580 kg en bruto y será de la partida de cualquier refrigerado mostrador, sin saber quién es su madre, ni su nombre, ni conocer la hierba ni el campo.

Eso es lo que realmente habría que mostrar uno a uno a todo los antis, que ni son ecologistas, ni amantes de la naturaleza. Simplemente son anti-natura, anti-verdad. Siguen la corriente humanista anglosajona, mezclada con unos aderezos budistas mal entendidos y que ha conseguido humanizar a los animales, en el cine, en los cuentos, pero siguen pidiendo más por la vida de un mamífero cualquiera, que por cualquiera de los de su especie. 


Por cierto, la historia real de Vidalarga terminó en plaza, y casualmente, tras su seguimiento de cuatro años, resultó ser un excelente animal, indultado en plaza, devuelto a la ganadería donde siguió su vida padreando para orgullo de sus ganaderos, de aficionados y profesionales, y suponemos que de su madre. Porque si las madres hablaran.......

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