miércoles, 5 de octubre de 2011

Pilar Rahola, historiadora taurina

Pilar Rahola, la gran nacionalista que vive de España, de sus instituciones y sus medios de comunicación, ha escrito un artículo en la Vanguardia, respondiendo a Carlos Herrera sobre una frase, igual un poco exagerada o desafortunada, pero que expresaba un cabreo por lo que ocurría en el fin de los toros en Barcelona. Decía Herrera que la prohibición de los toros le remite a "toda esa chusma y a toda esa basura nacionalista".
Al contrataque, la política catalana escribía cosas como estas:

"Por supuesto, el debate de los toros es enconado, especialmente para aquellos que no lo mezclamos con ningún bandera (también luchamos contra los correbous) y sólo queremos una sociedad más piadosa y más digna. En Catalunya, en Madrid, en tu bella Sevilla y en la China popular. Te diría, además, que el discurso nacionalista sobre los toros lo estáis haciendo desde el otro lado del puente aéreo, confundiendo un polémico espectáculo con la esencia española. ¿O tenemos que recordar que el concepto de "fiesta nacional" lo inventó Franco? ¿O recordamos que España tiene una larguísima tradición de gentes contrarias a las corridas, pasando por tres reyes –Felipe V, Fernando VII y Carlos III– y acabando con la generación del 98, muy crítica con esa carnicería? ¿O recordamos que dos papas llegaron a prohibir la fiesta porque no casaba con los valores cristianos? Pero nada de esto es importante, porque donde haya una "basura catalana" para darle en el cogote, ¿para qué hablar con propiedad? Es igual que la absoluta mayoría de catalanes esté en contra, que lo esté la mayoría del Parlament y que la prohibición recoja una iniciativa popular de miles de firmas. Es igual, porque lo que huele a catalán, cuando no casa con según qué consignas, siempre es perverso. Un colega tuyo ha llegado a tildarnos de nazis, aunque no es la primera vez que esta ignominia ocurre. Y respecto a ti, ¿es necesario insultar a centenares de miles de personas porque no cuadran con tus gustos?"

No entro a valorar su artículo. Sólo voy a desmontar la certeza que ha escrito, porque es incorrecto lo expuesto en este párrafo. Además, yo defiendo los toros sin agarrarme a ninguna bandera, como dice que hacemos los aficionados. Cosa, que es mentira generalizarnos.
Primero, el término 'fiesta nacional' no es de Franco. Ya se utiliza en los siglos anteriores, con miles de referencias en escritos desde el Siglo de Oro hasta nuestros días. De hecho, los propios mexicanos, también llaman al espectáculo 'fiesta nacional'. Sería largo valorar el uso del mismo en tiempos de la dictadura del general Franco, pero, aunque pudiera hacerlo suyo, es anterior.

En segundo lugar, habla de la tradición de gente contraria a las corridas, pone como ejemplo a tres reyes, sin valorar, leer, ni estudiar cómo fue aquello.
Siempre hemos oído que Felipe V fue tarufóbico y prohibicionista, y es incierto. Nada prohibió, respecto a los toros. Nacido en el palacio de Versalles, no conocía la cultura española, pero la admitió y la respetó. Sí que hizo que en sus primeros veintidós años de reinado (casi nada) los juegos de los nobles con los toros fueran relegados como algo propio de la Corte. Y ya se sabe, las modas de la corte van y vienen según los gustos de los absolutistas monarcas. Pero, eso fue el embrión del concepto actual del festejo.
Fernando VII, no sólo no prohibió, sino que reglamentó y normó el festejo, fue ganadero de la testamentaria de José Vicente Vázquez, y para remate, cuando prohibió las Universidades, creo la Escuela de Tauromaquia en 1.830 con el viejo Romero como maestro principal y de la que su primer adelantado fue Francisco Montes 'Paquiro'.
Carlos III, rey de Nápoles, hijo de italiana, ilustrado europeo, sí prohibió la fiesta en determinadas condiciones, y lo hizo varios años, no pudiendo cercenar el deseo de los vascos y andaluces, catalanes y valencianos, aragoneses y madrileños, que bajo el subterfugio de obras de caridad, seguían disfrutando de festejos matinales y vespertinos, de 12 a 14 toros 'encierrados' en cada evento.

En tercer lugar dice que la generación del 98 fue muy crítica con esa carnicería. En ningún momento fue tratado así, pero no sé si se refiere a Valle Inclán, Ortega y Gasset, Baroja, o es que se queda con la frase de Unamuno "siempre me han aburrido y repugnado las corridas de toros".  El detractor de primeros del S. XX, Eugenio Noel
vinculaba los toros a lo que denominaba «crímenes de raza»: el pasodoble, «el cante jondo, y las canalladas del baile flamenco que tiene por cómplice la guitarra, el género chico, ese delirio de diversión, de asueto, que caracteriza a nuestro pueblo». Para el escritor madrileño, la Fiesta se reducía a sangre, crueldad y porquería y, en su opinión, era síntoma de la «libertad del pueblo español de poder hacer lo que le dé la gana». Otra de las acusaciones de Eugenio Noel contra las corridas es «la funesta cualidad de ser el único rasgo enteramente nacional; sólo la afición a los toros une las regiones y hace andaluz al éuscaro y extremeño al catalán y castellano al andaluz». ¿Por qué no ha escrito o puesto esto Sra. Rahola? ¿le da miedo que este antitaurino le deje mal en su nacionalismo catalán, o en su invención de que fue Franco el de la fiesta nacional? ¿O le molesta que este 'docto' madrileño aborrezca los toros porque demuestra la libertad del pueblo? Será, que mezclar a todos los habitantes de todas las regiones en la misma palabra - españoles - y dejar al pueblo el goce de su libertad, no pegan con su idea de lo que debe ser la igualdad y la libertad.

Hablar de papas varios con prohibiciones es hablar generalizando. Sólo ha habido una bula general, del papa Pío V el 1 de noviembre de 1.567, que fue revocada a los pocos años, ante la insistencia del rey Felipe II, que fue revocada por el siguiente papa. Hubo prohibiciones expresas, como la hecha a la Universidad de Salamanca en 1.585 por Gregorio XIII pero no llegaron a más. Y es que, eso que dice Vd. que fue por valores morales que no concuerdan con el cristianismo no casa con la lectura de dicha prohibición. Léala, y verá que todos los problemas de esos 'benditos' clérigos, contrarios a la fiesta del toro, se referían a la posible muerte del humano sin confesión, ni extremaunción, que le llevaría al infierno. Nunca se habla del animal y su presunto maltrato. Habla de la seguridad en la salvación de las almas de Cristo.

Así que lea, infórmese y escriba lo que quiera, pero que sea certero. Y utilice todas las palabras. Sean a su favor o en su contra.
Y, siento que le hayan echado de Onda Cero por este artículo. Pero, sepa que quien siembra vientos......

3 comentarios:

  1. Que yo sepa tanto Azorín (habla de ellos en su libro "Castilla", por ej.), como Baroja, como el citado Unamuno rechazaban las corridas. Valle Inclán las apreciaba (no sé en que parte de Martes de carnaval, creo que en un diálogo introductorio, expreso su pensamiento al respecto). Pero así como en general esta generación pudo rechazarlas la del 27 la hizo suya. Y estas cuestiones ni quitan ni ponen. Pero vamos, como todos sabemos, si hay que hablar de intelectuales podemos citar a Picasso, Cocteau, Hemingway, Ferlosio, Boetticher, Welles...

    saludos
    Toñín

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  2. Es la cantinela de siempre, aburrida, insulsa, temblona y sin pies ni cabeza. Todo lo anti huele a rancio la verdad. Enhorabuena por tu blog. Saludos

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  3. Pilar Rahola, está en contra de las corridas de toros. Está en su derecho a pensar como quiera, y a ser nacionalista o independentista catalana. Pero, al prohibir las corridas de toros en Cataluña, tampoco han dado alternativas para esos nobles animales. Porque, los toros que no se torean en Cataluña, irán a parar a otras plazas en España. Y si no han corridas de toros, estos animales irían a parar a mataderos.
    El toro tiene una función ecológica en el mundo rural, y como fomento del turismo rural.
    Por no hablar de los beneficios económicos que durante muchos años, los empresarios taurinos de Barcelona tuvieron. De una manera exagerada, en mi opinión, Barcelona se convirtió en la capitán mundial del toreo. Prefiero a los franceses del sur, son más equilibrados. Y cuidan mucho a los toros. Y eso que también tienen presiones de los antitaurinos de FRancia.

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