Ayer por la tarde, acompañaba a mi padre a pechar con algunas fatigas en la finquita, aprovechando los estertores de este extraño verano, que se nos ha metido fuerte en el otoño, dejando seco, terrenos y mentes. Charlábamos de la Rahola, él sin saber ni leer, que no lo hace, lo que escribo en el blog. Y no porque por octogenario avanzado no maneje la red, que hasta eso lo hace a diario, sin piedad, rebuscando las noticias por diarios digitales, y leyendo algunos página a página, pero a través de la pantalla.
Me hablaba de la buena señora, cuando pone la radio, y suena en su coche Julia Otero en su programa de Onda Cero. ¡Apaga eso! -le digo- Me mira, y no me hace caso. Ya sabe que mi pasión taurina me prohibe oirla aunque tenga relaciones laborales con esa empresa. Ël es menos pasional. Más reacio a muchas cosas. Obviamente, nostálgico de lo que vio y vivió, que no se parece en nada a este simulacro de toro -me dice-, pero sigue escuchando a la gallegocatalana que se estira al verbo con el antiguo Lehendakari Ardanza, que habla de muchas historias pasadas, y dice que la ETA se formó para pelear contra Franco, lo cual la Otero recibe asintiendo, y... ¡apagón! Justo cuando iba a escuchar algún resbalón por parte de ambos, el silencio se hace eco. El hombre que sigue al volante, y yo con la tranquilidad de copiloto en 'su carretera', que sigo charlando de la Rahola, y su relación con la tarde de Julia, y que me extraña que le hayan echado de la cadena, sin contar con la opinión de la Otero. Y el hombre que me apostilla: "con lo que se gasta esta niña, mañana está en la radio..." Y ahí, entre frases cortas sobre el tema, que nos llegamos hasta la puerta de casa, y marchamos a nuestras labores.
Y mira por donde, que ya sabemos por lo comentado hace un rato por la Otero en su magazine vespertino que la Rahola seguirá. Y ahora, más caña que darán, las coaligadas contra la injusticia de la libertad de expresión. Libertad que no respetan, ni en las mentiras que usan en sus artículos, ni en el arte que nosotros, los aficionados, vivimos y deseamos.
En fon, que será problema de Vdes. pero, lo siento por la cadena, pero mientras esa buena mujer ande por sus estudios, largando por la alcachofa lo que le sale de la... (otra parte que acompaña rica a la buena verdura de la ribera navarra) un propio no la escuchará. Ni he vuelto a comprar productos que anuncia, aunque fuera parte importante de lo que desayunaban mis hijos. ¡Empresas hay de todo! Y esa es la verdadera fuerza que puedo hacer, como aficionado, para que estas personas no puedan con mi enfermedad. Y les conmino a hacer lo mismo, y no tener miedo a decirlo, con nombres y apellidos.
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