De torear por Venezuela, sin apenas cubrir gastos, pero a modo de entrenamiento, durante la pasada primavera, casi principio de verano en sus últimos coletazos, a pasar por Sanfermines de forma regular, honrada, pero regular, Francisco Marco se ha comido en dos días una de Cebada Gago en Tudela, y otra de El Puerto de San Lorenzo con las figuras en Santander. Como los ojos de cada uno son diferentes, la pasión y el cariño a veces chocan con las realidades, les dejo con extractos de ambas corridas hechas por diferentes críticos taurinos. Motivos personales y familiares me han dejado fuera de estos festejos, pero quedan muchos por seguir viendo esta temporada.
  
Extracto de la crónica para el Dairio de Navarra, de su crítico taurino, Koldo Larrea: 
Marco salió a por todas, ambición que reflejó con dos largas  cambiadas de rodillas y un buen ramillete de mecidas verónicas. Su  picador Sangüesa cogió bien al toro y dejó una vara medida. Muy buena  labor la del tudelano, trabajo que permitió que el toro llegará en  buenas condiciones al último tercio, con nobleza, humillando y con  amplio recorrido. El cebada tuvo movilidad y ciertas ganas de rajarse,  algo que, por fortuna, no hizo. El espada estellés lo entendió y lo  aprovechó a las mil maravillas, sobre todo, en cuatro tandas de  derechazos templados, serenos y firmes, series siempre rematadas con  torería. Una manoletinas prologaron una estocada contraria que le sirvió  al navarro para pasear la primera oreja de la feria, aunque parte del  público pidió el segundo trofeo.
Éste, finalmente, no pudo llegar  porque el que cerró plaza fue un manso sin clase alguna que medía su  embestida. El estellés lo intentó por ambos pitones y estuvo por encima  del mal cuatreño; lo dominó por ayudados en una faena de mucho poder y  escaso lucimiento, algo que no era posible. Si lo llega a matar al  primer intento... quién sabe. Pero no lo hizo y se tuvo que conformar  con saludar a una ovación.
Padilla no calentó la tarde ni con su  fuerte, los rehiletes. Su deslucido primero, justo de fuerza, se movió  en corto recorrido por el derecho y no pasó por el izquierdo. El ciclón,  algo molestado por el viento, no pasó de tranquila brisa, y no quiso  complicarse la vida. Sus banderillas frente al cuarto se estrellaron  contra las copiosas meriendas. Y, para colmo, el toro resultó muy parado  y rajadito en el último tercio. Aquí el jerezano se empeñó más, pero no  había nada que hacer.
López Chaves fue todo voluntad con su  deslucido primero, que tragó en su muleta. La pena fue que no aprovechó  la condición del quinto y que dejase escapar su clase. Dibujó naturales,  sí, pero sin la ligazón que pedía el toro, que reclamaba todo por  abajo. Además, mató mal y así...
De EFE, tomada del Diario de Navarra, esta es parte de la crónica de Juan Miguel Núñez sobre lo acontecido en Santander, ayer día de Santa Ana: 
La corrida tuvo tres toros buenos, aprovechados de diferente manera.  El lote más completo, para el modesto Francisco Marco, torero navarro  pero considerado local por haberse criado en Santoña, muy cerca de la  capital cántabra. El hombre hizo un esfuerzo a su manera, que de acuerdo  a la capacidad que atesora por los escasos contratos que tiene, fue más  de querer que de poder. El tercer gran toro de la tarde fue para  Castella, torero muy rodado, que lo cuajó de principio a fin. Fue  inconcebible la valoración del presidente, que premió con suma  generosidad al de casa, y castigó a Castella, despachándole con una sola  oreja del sexto cuando la plaza era un clamor en la petición del doble  trofeo. Para más contradiós ya en el tercero hubo también una fuerte  petición de oreja para el francés que tampoco atendió. 
De Marco  sobresalieron unas buenas verónicas en el saludo a su primero y un quite  también por bonitas chicuelinas en este toro. El arrojo con la muleta,  en versión toreo de rodillas tanto en la apertura como en el cierre de  faena. Y contando la efectividad de la estocada, trofeo seguro. En el  quinto más de lo mismo, aunque en la faena pasó también sus apuros, la  estocada otra vez vino a significar la oreja que le abriría la cotizada  Puerta Grande. 
El pamplonés José Luis González, banderillero de  Marco, fue cogido y fue operado de "cornada incisa en la cara interna  del muslo izquierdo, de pronóstico menos grave". Pasó a su domicilio  para ser supervisado en el Hospital Virgen del Camino.
Lo mejor para José Luis González en su pronta recuperación, y suerte para su matador y toda su cuadrilla.

 
 
Con un poco de suerte, aquí estaremos.
ResponderEliminarDÍA 19: TOROS DE PRIETO DE LA CAL PARA FRANCISCO MARCO, ANTONIO BARRERA E ISRAEL LANCHO.