miércoles, 27 de julio de 2011

Francisco Marco en Santiago y Santa Ana

De torear por Venezuela, sin apenas cubrir gastos, pero a modo de entrenamiento, durante la pasada primavera, casi principio de verano en sus últimos coletazos, a pasar por Sanfermines de forma regular, honrada, pero regular, Francisco Marco se ha comido en dos días una de Cebada Gago en Tudela, y otra de El Puerto de San Lorenzo con las figuras en Santander. Como los ojos de cada uno son diferentes, la pasión y el cariño a veces chocan con las realidades, les dejo con extractos de ambas corridas hechas por diferentes críticos taurinos. Motivos personales y familiares me han dejado fuera de estos festejos, pero quedan muchos por seguir viendo esta temporada.


 
Extracto de la crónica para el Dairio de Navarra, de su crítico taurino, Koldo Larrea:

Marco salió a por todas, ambición que reflejó con dos largas cambiadas de rodillas y un buen ramillete de mecidas verónicas. Su picador Sangüesa cogió bien al toro y dejó una vara medida. Muy buena labor la del tudelano, trabajo que permitió que el toro llegará en buenas condiciones al último tercio, con nobleza, humillando y con amplio recorrido. El cebada tuvo movilidad y ciertas ganas de rajarse, algo que, por fortuna, no hizo. El espada estellés lo entendió y lo aprovechó a las mil maravillas, sobre todo, en cuatro tandas de derechazos templados, serenos y firmes, series siempre rematadas con torería. Una manoletinas prologaron una estocada contraria que le sirvió al navarro para pasear la primera oreja de la feria, aunque parte del público pidió el segundo trofeo.
Éste, finalmente, no pudo llegar porque el que cerró plaza fue un manso sin clase alguna que medía su embestida. El estellés lo intentó por ambos pitones y estuvo por encima del mal cuatreño; lo dominó por ayudados en una faena de mucho poder y escaso lucimiento, algo que no era posible. Si lo llega a matar al primer intento... quién sabe. Pero no lo hizo y se tuvo que conformar con saludar a una ovación.
Padilla no calentó la tarde ni con su fuerte, los rehiletes. Su deslucido primero, justo de fuerza, se movió en corto recorrido por el derecho y no pasó por el izquierdo. El ciclón, algo molestado por el viento, no pasó de tranquila brisa, y no quiso complicarse la vida. Sus banderillas frente al cuarto se estrellaron contra las copiosas meriendas. Y, para colmo, el toro resultó muy parado y rajadito en el último tercio. Aquí el jerezano se empeñó más, pero no había nada que hacer.
López Chaves fue todo voluntad con su deslucido primero, que tragó en su muleta. La pena fue que no aprovechó la condición del quinto y que dejase escapar su clase. Dibujó naturales, sí, pero sin la ligazón que pedía el toro, que reclamaba todo por abajo. Además, mató mal y así...






De EFE, tomada del Diario de Navarra, esta es parte de la crónica de Juan Miguel Núñez sobre lo acontecido en Santander, ayer día de Santa Ana:

La corrida tuvo tres toros buenos, aprovechados de diferente manera. El lote más completo, para el modesto Francisco Marco, torero navarro pero considerado local por haberse criado en Santoña, muy cerca de la capital cántabra. El hombre hizo un esfuerzo a su manera, que de acuerdo a la capacidad que atesora por los escasos contratos que tiene, fue más de querer que de poder. El tercer gran toro de la tarde fue para Castella, torero muy rodado, que lo cuajó de principio a fin. Fue inconcebible la valoración del presidente, que premió con suma generosidad al de casa, y castigó a Castella, despachándole con una sola oreja del sexto cuando la plaza era un clamor en la petición del doble trofeo. Para más contradiós ya en el tercero hubo también una fuerte petición de oreja para el francés que tampoco atendió.
De Marco sobresalieron unas buenas verónicas en el saludo a su primero y un quite también por bonitas chicuelinas en este toro. El arrojo con la muleta, en versión toreo de rodillas tanto en la apertura como en el cierre de faena. Y contando la efectividad de la estocada, trofeo seguro. En el quinto más de lo mismo, aunque en la faena pasó también sus apuros, la estocada otra vez vino a significar la oreja que le abriría la cotizada Puerta Grande.
El pamplonés José Luis González, banderillero de Marco, fue cogido y fue operado de "cornada incisa en la cara interna del muslo izquierdo, de pronóstico menos grave". Pasó a su domicilio para ser supervisado en el Hospital Virgen del Camino.


Lo mejor para José Luis González en su pronta recuperación, y suerte para su matador y toda su cuadrilla.

1 comentario:

  1. Con un poco de suerte, aquí estaremos.

    DÍA 19: TOROS DE PRIETO DE LA CAL PARA FRANCISCO MARCO, ANTONIO BARRERA E ISRAEL LANCHO.

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