Ayer fue la novillada picada de El Parralejo en Castellón.
Sabemos que Juan del Alamo salió a hombros por las dos orejas cortadas al bravo segundo, y que en el peor, dicen la mayoría, de la tarde, el quinto se llevó diez centímetros de penetración cornea en un gemelo como regalo de despedida a su valor.
Sabemos que López Simón estuvo firme y cortó una oreja, que no fueron más porque aún no ha afinado estilo y forma en la suprema, no sólo por falta de suerte en la misma.
Sabemos, nos dicen, que Duffau no estuvo como debiera estar, y eso me recuerda siempre las charlas telefónicas con el amigo Iñaki que me dice que no ha visto peor novillero en el campo este invierno, a lo cual le respondo que algunos más de peor condición he visto yo, y siempre me larga que sólo va a llegar a algo porque es francés. Habrá que hablar de estos temas algún día, ya que antaño eso era perjuicio, demérito total y ahora parece ser 'bonheure et gloire'.
Y a lo que vamos. De la corta camada que consiste este año en pocas novilladas sin picadores y cuatro con picadores lleva el éxito 'sin' en Valencia y 'con' en Castellón, por lo que se augura una buena tarde para Pamplona, si no se cumple la máxima negativa taurina.
Sea como fuere lo que va a llegar, centrados en lo sucedido, dar la enhorabuena al ganadero que está cumpliendo su sueño, y que desea llegar arriba más rápido que Fuente Ymbro, y lo está haciendo por la vía del control máximo, por el camino de una selección rigurosa en unos lotes con machos contrastados y con vacas de nota excelente. Y como uno no es objetivo en este corral, no debe decir más, y que sean los resultados como el de ayer los que sigan hablando.
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