A ritmo de chotis, con ese famoso que canta a la ciudad y como si nos siguiera de música de fondo en estas letrillas aderezando fondo y forma, sentimos aquello de que se piensa mucho en tí, Madrid. Y realmente en el mundo de los toros, la feria de San Isidro es el pico más alto del año, el que hay que escalar para llegar al olimpo del recuerdo, donde realmente se hace historia. Pero, será por lo que sea, Madrid hace tiempo que no pierde el interés, que se sigue claveleramente hablando como siempre, o como nunca, igual da decirlo y son las corridas de toros más seguidas del año por prensa y televisión, y por espectadores que las ven. Mas, al anterior pero, debieramos rebatirlo con un sin embargo. Digo tal porque llevamos ya demasiados años sin romper por completo una feria, y las quejas de todos arriban, unos años porque vienen ganaderías de bajo pelo, otros años porque faltan las figuras, otros porque da igual quien venga siempre sufre el pagano.
El caso es que este sábado dicen que llegan los carteles, y que la prensa taurina viene desgranando ya los carteles y que como siempre ocurre, nunca llueve a gusto de todos.
Decir que sobran algunas ganaderías y otras faltan es difícil de argumentar cuando ves la corrida de ayer en Castellón en la que una semana después de triunfar en Valencia, los hermanos allí lidiados han dado un resultado muy bajo, pésimo respecto a lo que se espera de Fuente Ymbro, y de nota media en muchas ganaderías de las cuales nada esperas. Con esto quiero argumentar que es complicado saber el resultado del burel en la plaza que cambia en dos capotazos, en una buena o mala lidia a varas, según las manos en las que caiga. Aunque reconozco como todos que hay ganaderías que siempre están en bajo nivel, y siguen estando en todos los lares, en primera línea y de la mano de las figuras, y como eso me cabrea, tiendo a pensar que a todos los aficionados les ocurre lo mismo. Y como de esto sólo saben las vacas, y no todas, al final ocurre que en aquello que menos confiabas es el pelotazo ferial, y acabamos muchas veces con el culo al aire.
A todos los aficionados, seguro, que les faltarán toreros, les sobrarán otros, les parecerá que algunos van demasiadas veces y otros pocas, que faltan las ganaderías de tal y cual y sobran otras muchas. A mí sí me pasa con lo que he leído en los portales taurinos. Pero, Madrid es una feria larga. Algunos años, esperando el milagro de ver UNA corrida, se hace interminable. Por eso, cabe de todo, y todos los aficionados quieren ver a los suyos, aunque realmente no tengan méritos, o aunque sobradamente los tengan, el público en general quiere a fulanito o a menganito que ha oído algo de ellos. Así los mexicanos se quejan de que faltan los de su tierra. Los madrileños bregan por los suyos. Los valencianos por lo que les toca. Pero ¿realmente merece la pena ver a esa gente en los sanisidros o es por paisanaje?
Al final, siempre se dice que es harto complicado organizar y realizar los carteles, aunar todos los pareceres. Más aún con el impuesto revolucionario a pagar a la Comunidad. Y quizás tengan razón, aunque yo soy de los que opina que no es difícil. Por eso para mí, el mejor adelanto de carteles que he leído, y cuya detenida lectura recomiendo, está en lo expuesto por el blog toro, torero y afición. Eso sí que es tener afición y pensar en una feria con interés. Porque al fin y a la postre, ¿qué son los toros? Son la vida. ¿Y la vida? Un sueño, decía Calderón, y el ver unos carteles rematados en San Isidro siempre son un sueño, y los sueños, sueños son.
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