Los PETAS en los Corrales del Gas

Voy a la carrera! Así que se me olvidan cosas. Sabemos que a los antis no hay que darles coba, pero no me queda más remedio que contar lo sucedido ayer al punto de la mañana, y luego durante todo la mañana.
Allí, se despelotaron, se pintaron de negro y de rojo, y todos desde la barandilla de los Corrales viendo el espectáculo que daban. Una cosa está clara esta vez, ¡joder qué pavas más buenas había! Ese era el comentario más suave que se podía pillar entre mayorales y personal del Gas a esa hora. Les vimos despelotarse, mear a nuestras narices impúdicamente y mirarnos con desprecio. Apenas se dirigieron a nosotros, salvo esas miradas despreciativas que nos lanzaban.

Anduvieron pintándose y dando un jambo la vara y las consignas con un altavoz, hasta que decidieron salir hacia la ciudad. En ese momento, decidimos bajar a la calle, verlos pasar, hacerles frente por si decían algo, ya que no llevaban custodia policial. Si apareció la policía nacional hacia las nueve de la mañana y les avisó que se los llevarían a todos p'alante si se les ocurría lanzar algo o hacer algún desmán hacia los corrales. Eso nos dijeron los dos uniformados que luego vinieron arriba con nosotros, y nos dejaron claro que si veíamos algo o nos incitaban, o hacían alguna de las suyas, les avisáramos que ipso facto se presentaban y los metían a todos a la trena. ¡Coño! Igualito que en otros sitios, donde me han escupido y los mossos o la misma madera, encima, me han hecho pasar rápido y no permitirme ni volverme a ver la cara del hijoputa escupidor.
Total que salimos, y pasaron en cuatro grupos compactos, como decía el brother del micro para parecer más, y en voz alta los fuimos contando y retándoles con la mirada. Lo mismo hacían ellos, pero siendo más, se dieron cuenta que detrás de nosotros la cola para ver los toros dentro de los corrales , a eso de las 11 de la mañana les triplicaba. Total, 111 y un jorobado anciano. Esos eran las fuerzas vivas de la banda peta que querían subirse a la puerta del Ayuntamiento a reivindicar sus peticiones. Para más inri para los ningunedos pintarrajeados, la mañana de ayer era la del cross del encierro, que tan magníficamente organiza la peña de La Jarana todos los años. En todas las modalidades, infantiles, seniors, hombres, mujeres, desde la puerta del corral de Santo Domingo hasta la entrada al patio de caballos de la plaza. Al llegarse allí los petillas petaron de verdad, porque la gente de la peña, junto a la policía municipal, los condujeron a lo más alto de la plaza consistorial, y de allí, ante la avalancha de gente que les imponía se dispersaron sin pena ni gloria. Merecía o no, contar este cuento. Antonio, el mayoral de los miuras de Pamplona y un menda subieron hasta la plaza de toros y allí nos contó el jefe de la peña organizadora del evento lo que les he contado. Lo que sí podrán comprobar es cómo estaba la Estafeta después de todas las carreras. No creo que haya más gente en un encierro, ¿no les parece?

Y es que ¡Ya no falta nada! ¡Mañana la novillada!