jueves, 7 de julio de 2011
El Pilar en los Corrales del Gas
Los toros de El Pilar aterrizaron anoche por el barrio de la Rotxapea. Desembarcados, esta misma mañana hacíamos la labor de intentar echarles las fotos uno a uno, cosa que por recién llegados, y por no molestarles no he podido hacer. Pero, para muestra un botón. Con Florín, el mayoral que ha venido con la vacada, les hemos dado una vuelta pero no se ha podido hacer más.
Los números los tengo todos, los nombres ninguno.
Son estos: 16, 26, 65, 83, 106, 108 y 124. Los mismos que estaban reseñados entre la decena posible para Pamplona.
De ahí, familia y a la procesión del Santo. Momento único que cualquier persona debe vivir, sea de la religión que sea, como yo mismo, que sigo la del dios Uro y jamás acaba de emocionarme e impresionarme el momento de la Jota al Santo en la Plaza del Consejo. con los hijos, con la esposa que me acompaña, pero al no ser de la vieja Iruña, no acaba de entender esa sensación. Eso sí, no te metas con sus San Pedros y demás fiestas de su amada localidad.
Visita posterior, sorteando a todo el planeta reunido, a amigos en diferentes puntos de la city, que nos deja baldados, no porque vayamos de copas, sino por lo pesado que se hace andar por Pamplona después de la locura del día 6. ¡Chapeau! por los servicios de limpieza, por los hosteleros que aguantan lo que no está en los escritos, por los servicios de atención primaria...por todos quellos que trabajan porque del 6 al 14 de Julio exista la locura sin fin, en una pequeña aldea más que bimilenaria que no olvida el mito y el rito, la mezcla de lo pagano sacralizado. Eso es la esencia del capotillo de San Fermín, con tradiciones antiquísimas, y otras cercanas que ya parecen de siempre.
Hoy más que nunca, ¡Viva San Fermín! La marca más universalizada, popular e internacional del arte de la Tauromaquia. Y de eso, aunque sea una pequeña feria, no hay ninguna duda.
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