El mismo día de la movida, el amigo Angel me sigue enviando fotos. Ayer charlamos ambos, un rato, después de juntarnos en la entrega del premio a Luis Mariscal al mejor par del pasado año, y charlamos un rato sobre el tema penoso. Me asegura, que en nuestra peña, salvando la cuadrilla del agujero que se marcha después del tercer toro, casi toda la gente se queda, merienda sentado, y que cumplen la legalidad de la música en silencio en los terceros tercios, y que ya debo saber que hay una cuadrilla grande que siguen los toros y que tienen firmes a que no se demande la zona. Y yo me lo creo, porque miro hacia allí, arriba, a la andanada del 11, y siempre encuentro una isla blanca y sentada rodeada de una marea roja y levantada, y con orgullo veo que es mi gente de la peña. No todos, pero sí la gran mayoría le interesa lo que ocurre, y disfrutan más que nosotros porque siempre hay chispa de cuadrilla cuando no han nada que ver.
Seguiré ojo avizor con lo que suceda en esos pagos. En defensa de ellos, decir que la vergüenza del día de estas fotos fueron los del tendido bajo.
Como dice nuestro amigo Angel, los que sufrimos día a día de los que se acercan a la andanada 11 un sólo día para "quemar" toda su energía, resulta de color vino para el resto de tarde. Allí queda el reducto de aficionados al toro para defender la fiesta. Que también se puede ser de la Peña y disfrutar viendo la corrida "de toros".
ResponderEliminarYa veremos que pasa esta tarde con los miura; desde luego en el encierro han demostrado que son los mejores.