lunes, 31 de enero de 2011

VIAJE A LOS TOROS DE PAMPLONA. III




Es sábado. 29 de enero y ya de mañana estamos desayunando en casa de Mari Pepa que nos cuenta y cuenta miles de novedades. Hablando nos deja sentados al Polite y mí de aquí a Lima. Nos despedimos una vez más porque la ruta es apretada y hoy toca jornada doble. Salimos para Dehesa de Frías, un entorno único, maravilloso. Un lugar de trabajo espectacular. Una finca inolvidable. Seguramente la explotación agropecuaria y cinegética soñada, hecha realidad. Allí se nos unen a la expedición Pepe Agarrado, su mujer Clara, el chico, mi Kikito y Salvi, un buen y leal amigo que hace las veces de chófer. Pepe viene a por todas. Lo primero a conocer algo que le falta y luego a lo que se tercie. Llega Raúl con la 'pica' y todos al coche. Polite, renombrado el abuelo cebolleta, la señora, Pepe y un menda a cobijo. Pedro, Salvi y Kiko en la gabarra. No importa. Sale el sol y no es tan apurado el tiempo. Para nosotros, después del pasado en la tierra de lujo. ¡Yo, ni siquiera llevo una el abrigo! Empezamos por Orthez y la batería de mi cámara que dice basta y el repuesto está en la maleta. No pasa nada. El tío Pepe ha venido preparado. Él s encarga de las fotos, así que a disfrutar. Y entre charlas y risas, recuerdos pasados y alguna historia fea vamos paseando entre bureles. Ha llovido la intemerata, pero aquí apenas si se nota y todo va bien. Raúl que me cuenta que no tiene solucionado lo de Sangüesa. ¡aún no! ¡Y qué te dice la asociación vuestra! - le digo, a lo que contesta que parece estar hecho pero no le dicen nada más. ¡Hay que tener cara! El Sr. Amilburu que no paga al mayoral sus derechos de labores en los corrales, que dice que en Sangüesa no se hace así. ¡Pepe! ¡Eres un jeta! Y encima mientes. Los mayorales, según decreto ley y convenio firmado tienen las obligaciones de manejo, trato, cuidado en corrales y los derechos a cobrar su salario y el kilometraje que corre a cuenta de la empresa. ¿O vas a estar tú echando la comida, viviendo todo el día junto a ellos y preocupándote de los piensos y demás? Dudo incluso que sepas lo que come un burel, así que dudo que lo hagas. ¡Paga ya, nefasto! Que ese dinero no es tuyo. ¡Lo que son las cosas de los ayuntamientos!
Seguimos la visita y justo terminando con la novillada de Peralta aparece Fernando, caminado entre cercados. Parada, abrazos y el boticario y Polite al fumeteo. Y Salvi con Kiko que nos sirven una tapita con un amontillado entre los toros y echamos un ratito. El habla y las expresiones que ya se pegan, y es que uno ya habla el sevillano, el gaditano....
Las prisas, que nos vamos a comer a Zahariche, hacen que Fernando y yo apremiemos a Raúl para que les enseñe la finca, el pantano, el resto de animales, hermosos rincones que no conocen salvo Pedro que es su tercera incursión en esta casa, mientras nosotros nos vamos paseando y charlando de nuestras cosas. Dos amigos entre inmensos corrales poniéndose al día y repasando bureles y corridas de esta casa. Pamplona y Peralta voy yo - me dice Fernando. Estupendo, ya tenemos montada la comida en casa de mi cuñado Javier en Peralta para septiembre.
Seguimos de ruta mientras la expedición sigue por la finca y el amigo que me quiere enseñar las obras de las últimas instalaciones que están haciendo y unas ideas para atender mejor a los grupos, a los escolares que visitan cada año esta casa y demás y buscando mi parecer. Qué puedo decir, después de la de años que llevo peleando por la apertura al mundo de las dehesas.
Y la hora que se echa encima, y volvemos de regreso que la cuadrilla espera en el aparcamiento del cortijo. Despedidas y últimos suspiros y corriendo que el Toto nos espera. Uno sale rejuvenecido de Dehesa de Frías, creyendo que este es el camino y que nadie nos puede parar. Además, nos vamos con el abrazo de los amigos y con el detalle de Fernando de regalarnos una botella de aceite de la casa. ¡Que no sólo tienen toros!

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