miércoles, 19 de enero de 2011

VIVA LA COMPETENCIA

Cuando uno sigue las movidas de los rejoneadores, que sin parar se quejan unos de otros de cerrarse puertas, de echarse de cosos, o como algún exagerado dice, hasta de países, termina por preguntarse si esto no sólo no es malo, sino que encima es bueno para la fiesta, para que se hable de ella, para que se manifieste la competencia, para que se aliente y excite a los públicos. Y la verdad es que en el toreo de a pie no vemos estas manifestaciones, más bien al contrario, parece mandar la máxima guerrista de 'quien se mueve no sale en la foto' y surge el continuo peloteo entre figuras, matadores de medio escalafón e incluso los de la última fila, y todo aficionado conoce y sabe de historias, algunas leyenda pura, de toreros que vetan a compañeros por dejarles con el 'culo' al aire cuando torean juntos y que se ha dado a la largo de toda la historia, pero sin embargo, últimamente vemos como suelen ir de la mano, cerrando ferias, en los mejores carteles, todos unidos para ver si entre todos llenan plaza y justifican su salario. Historias para recordar desde aquel torero que se quejaba de Joselito (el único) que se negaba a torear con él, a lo que nada más enterarse el monstruo llamó al empresario de Madrid y apañó con el quejoso torero un mano a mano con toros de Miura a lo que el quejica, bravucón de inicio, cagado de fin, se negó por lo pronto que se pretendía esa tragedia. Pero no habló más. O aquello de Miguelín, vetado por El Cordobés y toda su historia siguiente recogida en muchos escritos y libros.
Desde hace unos años esas disputas se ven únicamente entre los de a caballo. Declaraciones públicas llamando la atención y todo, aunque alguno se lo reproche, gracias al centauro navarro, que es la persona que les ha puesto a todos en orden, ha sustantivado este arte, le ha dado el espacio necesario, ha llenado los cosos y ha hecho olvidar la eterna coletilla cabañatera del numerito del caballo. Lo que pasa es que desde hace unos años todos los palos de Ventura van dirigidos hacia él, cuando uno recuerda como los señores del caballo, los señoritos jerezanos fueron los primeros en no permitir el acceso de un 'navarrico' (algo impensable en este mundo, que de la tierra donde todo se hace a pie salga un dominador de tal envergadura) y aquel estellés lejos de lloriquear, dar pataletas y moquear cuán chiquillo enrabietado siguió sin lidiar en Sevilla y casi toda Andalucía y fue demostrando quién era el amo. Y Ventura ha largado tanto que ha desquiciado al maestro y su entorno, que saben deben torear con él varias veces al año por el bien de la competencia que tanto exalta el hispanoluso, pero no están dispuestos a bailarle la comba al son que el eléctrico rejoneador marque. Y cuando Salgueiro viene a denunciar lo mismo o peor de Ventura, él dice que no es así y da 'su verdad', sus motivos y dice que al final Pablo no quiere abrirle plaza en Arles. ¿Y aún a tí o a tu entorno le extraña semejante actitud? Yo, que pudiera ser más que sospechoso personaje por ser de la misma tierra (no niego que mi madre y su familia paterna vienen de tierra Estella) siempre he intentado mantener una cierta distancia de semejante personaje, dicen que magnífica persona, muy suya, muy de los suyos y con la que no me une más que la admiración por su excepcional labor de tal manera que pienso que si se hubiera dedicado a otro arte sería impensable e imposible para él ni salir de casa sin ser acosado por loor de multitudes. Una gran figura, la única histórica ya y viviente en el rejoneo y que conoce perfectamente la gran actitud y buen hacer que existe en el escalafón ahora mismo, no en vano él mismo ha ayudado a multitud de muchachos que hoy son grandes en esto en su finca bajo el Montejurra. Un hombre hecho a sí mismo que reconoce su edad y sabe que tiene que ir abriendo plazas, pero que como gran maestro dice cómo y cuándo, tal y como acaba de manisfestar Ventura que hace él mismo desde hace cuatro o cinco años en Portugal. Al final estos piques son buenos para el público, y todo el que se acerca alguna vez al año a una plaza conoce la competencia feroz entre el navarro y el hispanoluso, pero luego hay que ir a la plaza a torear, no a soliviantar a los públicos, desconocedores de este arte tal difícil de asimilar y en el que queda demostrado que no es lineal, ni doma, ni maltrato al toro sino el toreo a caballo del 'dios' Pablo, torero que sería capaz incluso de realizar una faena sin colocar una sola 'farpa' al toro, demostrando que lo que en su día fue revolución, ahora es clasicismo puro. Y para mí, el resto aún está muy lejos de él. Aunque hay una hornada que apunta muy buenas maneras, y ahí, para mí no está la figura de Ventura. Su toreo es más encimista, embarullado, agobiante y rápido de tal forma que me parece un torero eléctrico, patrocinado por Endesa le puse una vez en una crónica sobre su actuación en Jerez aquel día. ¿Que gusta y encanta a los públicos? Mejor para él y su bolsillo, pero El Fandi, un buen chaval, numero uno en el escalafón de a pie años a año también es de los favoritos de los públicos y eso a mí no me dice que se acerque ni por asomo a José Tomás, Morante, El Juli o Juan Mora, por decir algunos solamente. E igual por eso le puede más la lengua, la envidia y el querer ser más que la propia realidad. Aún tiene trabajo, y para pillar al siempre joven Hermoso de Mendoza le queda las trescientas horas mensuales de media por el montón de años de diferencia entre uno y otro.

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