martes, 5 de abril de 2011

4 de Abril, cuarto peldaño

Ayer noche, en muchas sociedades pamplonesas se celebraron las tradicionales cenas de la escalera. La escalera es la tradicional celebración entre los mozos, y entre los que no lo son tanto, de los seis peldaños que llevan según la canción sanferminera entre el uno de enero hasta llegar a las fiestas veraniegas. Hay incluso cuadrillas que continúan los peldaños siguiendo los días del mes hasta el doce de diciembre, pero eso ya es pasarse. Simplemente una forma de juntarse y pechar con una cena entre colegas. Tengo amigos que llevan juntándose desde finales de los setenta sin fallo alguno, si no media fuerza mayor.
Y ayer, aún siendo lunes, que el día es lo de menos, se dieron estos eventos por Pamplona. Y digo que lo del día de semana es lo de menos porque no sé si pueden imaginarse, fuera de la ciudad amurallada claro está, que el primer escalón se celebra la noche del 1 de enero, después de Nochevieja y comida de nuevo año entre pecho y espalda. Ese día es para valientes.
Este año, en el rincón de Hemingway, local anexo y filial del Café Iruña en la plaza del Castillo, están dándose encuentros de la escalera citados por twiter, una de las nuevas formas de opinión e información compartida a las que nos vamos enganchando. La reunión de este cuatro de abril tenía como trasfondo la Feria del Toro que nos acecha, en apenas 91 días ya.
 Allí nos citaron a Emilio García, Manuel Sagües, Mariano Pascal y a un propio, aparte de otros que por motivos laborales y personales no pudieron estar en el evento, y ante un público más bien joven, y en un ambiente relajado y distendido fuimos charlando y comentando opiniones, deseos, realidades y sueños futuros y compartimos un buen rato.
En el caso del toro, creo que a todos nos quedó más o menos claro, que a día de hoy, salvo algún pequeño guiño que cada año hay que hacer para las figuras, el toro de Pamplona no tiene problema ni de trapío ni de caras. Y también nos quedó clarísimo, que los toreros, la mayoría, de primera fila ya no hacen esfuerzos como los de antaño, y que la Feria del Toro está volviendo al origen de su creación por Don Sebastián San Martín: primeros, los mejores toros y luego los toreros que quieran venir a torearlos. Porque, al igual que aquel primer año de la moderna concepción de esta feria fallaron todas las firuas del clan Dominguín, ahora nos pasa con más de uno como Manzanares o Morante, este último por el mal hacer de su apoderado, y el anterior porque aún no ha pegado un pase aprobado en toda la geografía navarra. Y es que los navarros somos muy brutos, e incluso en los pueblos necesitamos ver el toro grande y bien armado, dicen apoderados y toreros. Y es verdad, señores, porque la gente corre, se pone delante de ellos por la mañana y piensan que los toreros deben ser unos superhombres para quedarse quietos por la tarde. ¿Cómo van a traer las sardinas que echan por el Al Andalus? La peña saltaría a recortarla sin miedo alguno, e incluso muchos se atreverían a pararse al estilo Miguelín y eso sería el fin de la función trágica.
Mcuhos temas que salieron durante y tras el coloquio, porque después con unas tapas y unas cervecitas nos mezclamos y seguimos hablando de lo que allí nos reunió. Y eso no tiene precio.

1 comentario: