Ayer tuvimos el segundo día de las Jornadas de Toros y Sanfermines. Jornadas que dan nombre a este blog, al correo que lo soporta, y no al twitter porque, ahí se tiene que mojar uno con su cara y su perfil las posibles cosas que soltamos, a veces con demasiada alegría. Pero, qué coño, eso es lo que hace interesante el twitter taurino; esa frecura, esa alegría, esa verdad subjetiva.
En el día de ayer contábamos con un amigo y gran profesional taurino. El salmantino Paco Cañamero, que está de promoción de su último libro. Una joya sobre la vida y milagros de Santiago Martín El Viti: La leyenda. Echamos un buen rato, con la pasión que irradia el bueno de Paco, contando batallas, faenas, de Pamplona muchas de ellas, de las cuales unos cuantos de los asistentes, no sólo conocían, sino que algún que otro veterano había compartido algunas. Y entre el señorío de S.M.El Viti y la buena conversación con Paco, se pasó el tiempo, nos fuimos de cervecitas a seguir compartiendo. Un picoteo de carne guisada, chorizos a la sidra en casa de Lucio Riesco y unas tostas de foie y queso fundido en casa de Aitor Otazu redondearon una noche, entrañable una vez más.
Siempre es un placer estar con el monstruo de Paco, y ayer ya nos citamos para los Sanfermines para seguir en ello. Lo único que siento es que aficionados del club taurino, esos que conocieron a El Viti de novillero, le den más importancia a la corrida estrella de la Feria del Aniversario, los toros del frío con una terna de lujo, difícilmente superable por ningún otro cartel en toda la temporada, a venir a compartir fuera de su club una tarde de toros de las auténticas. Porque eso fue, una tarde de toros auténtica. Y se habrán imaginado que no me refería a la de Madrid.
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