Hace un rato ha comenzado la colocación del vallado del encierro de Pamplona. El conjunto de maderas, travesaños y cuñas, que se guardaban hasta ahora en el frontón de la Casa de Misericordia, vuelve a ver la luz. Desde hoy y hasta el día 7 de Julio, y después durante cada día haciendo las labores de despiece para el tránsito, los operarios de la empresa Aldaz Remiro estarán a la tarea de salvaguardar las calles de las furibundas huestes de bureles que pezuñearán durante ocho días de locura, apenas unos breves instantes el próximo Julio.
La Casa de Misericordia, propietaria del Vallado, propietaria del Encierro, responsable y pagadora de todos los momentos del mismo, sigue un año más con su ordenado plan de que todo esté a punto los próximos Sanfermines.
El Ayuntamiento, los políticos, que se apropian de todos los instantes, como representantes de una ciudad llamada Pamplona, harán cesión de sus calles y servicios munícipes para el solaz disfrute del pueblo.
Y así, un instante más, un momento menos para que lleguen las Fiestas del pueblo de mi amigo Juanito Ganuza.
¡Ya falta menos!
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