¿ Por qué huyen las figuras de Pamplona?

Quisiera hacer una reflexión, después de leer diversos blogs y webs, como por ejemplo www.glorietadigital.com en la que los coleguis Cañamero y Soria se enzarzan en disputas entre las figuras, si lo son o no, por ir o no a sitios como San Fermín, por ejemplo.
Y es que ya, a diez días y pico para que tengamos el sorteo de la novillada por delante, terminado ayer el plazo de recogida de abonos, la calle hierve en lo tocante a la ausencia de las 'figuras' en una feria que algunos ya denominan nefasta. Por mi parte, y con la cautela precisa, les respondo a todos que el quince de julio, D.M. hablamos de ello, porque estos anteriores años, la Feria del Toro ha sido un éxito en líneas generales y tampoco estaba esa gente.
Sabido es que la MECA paga honorarios más que interesantes a los toreros, pero son el escalafón medio, a los que están detrás de las figuras los que notan ese pastón que no cobran en tres isidros o en cuatro abriles, porque las figuras vienen cobrando unos similares honorarios en las grandes ferias, y en Pamplona se les paga al pairo de esas otras, euro arriba, euro abajo. Pero a las verdaderas figuras, es decir, Juli, Cid, Perera, Castella. El resto no cobra fuera de la Monumental, ni loco el empresario, lo que allí les reparten.
Pero vayamos al lío, y hablemos de la situación de cada pájaro volador, uno a uno:

José Tomás.-
El diestro de Galapagar ha toreado en variadas ocasiones en Pamplona, incluso los 'cebadas' en sus inicios. Ha sido uno de los toreros de mayor impronta. Incluso con Vía Digital presente ha toreado y dejado una de las faenas cumbres de los noventa, aquel fin de Feria del 98, o el mismo 99.
Tras su retirada y su rentrée, anunciada en mi tertulia sanferminera por un allegado suyo y que nadie nos creyó, la dirección y el rumbo del matador fueron hacer de cada tarde algo especial, para él y para quien quiera verle. ¡Nació la religión 'tomista'!
Premisa principal: Donde esté el molésplus yo no voy. No hago declaraciones porque todo en España está principiado por la camarilla del bigotín castellonense. Sólo por eso, JT no está en Pamplona desde su regreso. Y vendría de buena gana. Total, los 'cuvillos' que han venido 2007, 2008, 2009 los ha matado él por todos los lares que ha pisado. Y, no nos engañemos, sus pasos, siempre, han sido medidos, firmes y claros. Para quien quiera entender su regreso, claro está.
El problema segundo sería si la MECA estaría dispuesta a pagar esos 300.000 euros por la tarde, que iría en detrimento de las arcas de la Fundación, sabedora que lo único que haría sería animar la reventa a límites insospechados, a parte, por supuesto, de gratificar a los abonados con su luminosa presencia.
Aquí me voy a extender para hacerles números. La plaza de Pamplona genera unos ingresos máximos diarios de 84 - 86 millones de las antiguas pesetas si no queda ni aire entre hueco y raya de tendidos y gradas. Restamos 50 para JT. Dos toreros más, sin ser figuras se llevan 15 más. Si ya pensamos en alguna figura nos hemos ido del presupuesto. Olvidando la guerra recién emprendida entre las partes, la ganadería que lidiaba Núñez del Cuvillo se lleva 20 millones. Sin pagar IVA al 18%, ni empleados, ni impuestos munícipes nos hemos ido del dinero de largo, y la función benéfica se ha desmantelado. Y claro, no podemos pensar en que los otros días se baje la guardia, se pague menos, o que se van a llenar más esté JT o no.
Solución que interpongo a las partes: Venga Vd. Sr. José Tomás el 14 de Julio de 2.012, elija la ganadería que le apetece lidiar entre las ya contratadas para, primero, correr el encierro, y buscaremos dos toreros para que le acompañen sin problema alguno. Nosotros nos cargaremos la tele, que por otro lado es necesario que no se dé más corridas de Pamplona. Si acaso una, y por TVE en abierto. Y Vdes. Sr. Boix, cobran esos trescientos mil euros y acto seguido hacen una donación a la fundación de novental mil, que además les desgrava, vuelven locos de alegría a los abueletes con su sola presencia, y quedan mejor que el gran caballo Cagancho en su despedida de Sevilla.
Pero lo dicho, eso será el 2.012, y desde hoy prometo intentar acercar las partes.

Morante de la Puebla.-
Hemos dicho, por activa y por pasiva, lo cercana que quedan las lágrimas de emoción incrédula que saltaban de los conductos lacrimales del matador de la Puebla del Río, ese 14 de Julio de 2.009 cuando salía a pie, por su mala espada, cruzando la diagonal camino del patio de caballos y la plaza coreaba, gritaba hasta el último aliento su nombre al atardecer. Veinte mil almas al unísoro retumbando los cimientos del coso. Dicen los exagerados que a tres kilómetros se escuchaba el barullo, y que a menor distancia se distinguía el grito de ¡Morante!
Los veititantos, cuasi treinta kilos del 2.010, no fueron suficientes para que retornara a una plaza rendida, vencida con su sola presencia en el paseíllo. Indignación máxima por la soberbia de un apoderado, que como dice el amigo Polite, odia esta ciudad, odia esta feria, no ha tenido cojones nunca a poder con los toros que se echaban, y que por ironías del destino mandaba sobre los designios del deseado artista. En aquellos instantes, el otro extraño de entre los de arriba. Junto a José Tomás, el otro diferente. Curro Vázquez niega la mayor a Pamplona, y no nos permite ver a Morante, que volverá cuando cambie de apoderado, sin duda, o cuando el actual, recapacite, y piense que no puede hacer de su capa un sayo allá donde le venga en gana, y que a Pamplona no se trae los toros agarrados con chistorras. Aquí los TOROS los trae Adrián Quiles en sus camiones. Y que, ni que mentar debía, no contratamos sobrinos recomendados en un mismo paquete. Y no es porque los toros sean de impresión. Son los mismos Núñez del Cuvillo que han podido matar en otras plazas. Bueno, él dice que están fuertes y grandes. A mí no me dieron sensación de ser mucho más que los que iban a otros lares. Otra cosa es que se le permita tocar punta a su antojo, cosa que no creo ha sido de recibo.
Aún recuerdo, que sin cortar ninguna oreja, en la ronda definitiva para dar el triunfador de la Feria del Toro, dos de los ocho componentes del jurado votaron a Morante., habiendo toreros con Puerta del Encierro. Ahí queda la medida de lo hecho por el de La Puebla. Y da rabia que un taurino de tres al cuarto decida semejante merma para el bolsillo y el prestigio de un hombre.

José María Manzanares.-
Situación difícil en las pasadas temporadas por su enfermedad exótica y las lesiones, este hombre, de buena educación y carácter afable ha convertido su ausencia de Pamplona en algo inaudito e inexplicable. Ya el pasado año achacaba lo cercano de todo y un elenco ganadero poco aceptable, para dejar de lado a los anteriores sanfermines.
La verdad es que la historia de Manzanares hijo con Navarra no comenzó bien siendo un joven novillero con caballos, y presentándose en Peralta, localidad navarra que da un ciclo de novilladas de buen calado. Aquella vez, su negativa a torear los novillos que se presentaban, su espantada de la tierra, le supuso un año de inhabilitación por la ley foral a torear en esta tierra. Pasado aquello, sus comparecencias sanfermineras nunca fueron nada reseñable. Pero, tampoco en el resto del mundo de los toros estaba en la cima que parece tocar ahora. ¿Odio a Navarra? - han comentado algunos. No me lo creo, ni por asomo. Las veces que ha venido de visita a ver a su hermano Manuel, viviendo a mesa y mantel, sin poner nada más allá que su trabajo, olvidado hasta por su propio padre, mantenido en La Noveleta, casa de Pablo Hermoso de Mendoza, aprendiendo encima el oficio de rejoneador que ha culminado bajo las lágrimas de su padre hace bien poco en Nimes.
La renuncia a Pamplona, porque no entra en sus planes, se produjo antes de indultar el toro en Sevilla. Pero, días después confirmaba vía teléfono su apoderado que la decisión era del propio torero, y que todavía no se veía, ni estaba preparado para afrontar el reto de torear en Pamplona. Nada se ha podido hacer para cambiar el tema, por lo que acabamos muchos por pensar que esta feria está fuera del negocio. No por el dinero, sino más bien de los entrecruzados tejemanejes que hilan las telarañas del taurineo actual.
Lo malo de todo, y aburrido de explicar todas estas cuitas, es que si el año que viene quieren venir, encima se les hará sitio, en vez de aguantar el varapalo, recaudar el dinero que se van a llevar para la fundación, y cerrarles las puertas definitivamente.

Alejandro Talavante.-
Ha venido año tras año. Ha hecho sus cositas. Está en la lista de arriba, y siempre inconstante. Recuerod que su presentación en Pamplona, de la mano de Corbacho, fue con un doblete, una de las dos tardes con Cebada Gago. Tarde para no recordar. Y de sus corridas no hay mucho que decir, porque no han sido redondas, ni se han rematado con la espada. Vamos que no ha hecho nada del otro jueves. A pesar de todo, cualquier día puede ser el suyo, así que se contrata y apalabra en Sevilla por dieciocho millones y medio de las antiguas en el encierro de El Pilar. Y luego ocurre lo de Madrid, y se le sube el pavo, exige lo que no se puede, y no hablo de parné, que incluso eso se podía haber intentado afinar. Como miembro del inical G10 habrá que contemplarlo como figura. Pero en la Feria del Toro, le queda mucho por demostrar, aunque si por mí fuera, estaría cerrada la puerta de la ciudad del 7 al 14 de Julio para los restos.

¿Quedan más figuras? ¡Ponce, Finito, Rivera Ordoñez, Jesulín, Cayetano.....? ¿ Hay que seguir explicando ausencias?

A Pamplona se viene con el corazón y no sólo por el dinero, como por error mentó una vez el bueno de Esplá, que le costó no volver a esta feria. A Pamplona se viene a torear unos señores toros, cabecera de camada de todas las casas que vienen, y que antes, cerca de tres mil personas se han jugado gratuitamente la vida. Doscientos de ellos, según las estimaciones cerca, cerquita de la cara del animal. Y por supuesto, que esto no es la mejor plaza del mundo, o sí; ni la mejor feria que hay, o sí; ni la panacea de los toros, o sí; ni el buque insignia de cómo hacer las cosas, o sí. Esto es una feria para y por el Toro. Y como nada es perfecto, a veces, hasta en eso se falla.

¡Ya falta menos!