Pamplona está hecha un manojo de nervios. Ayer la nueva corporación cerró el curso escolar de los jóvenes infantiles y primarios con el, ya, tradicional acto de entrega de los premios a los más espabilados en distintas areas, tanto en castellano como en euskera, tales como cuentos, comics, dibujos, poesía... y la cara de los muchos galardonados en más de 1.700 trabajos presentados lo decía todo. Desatada esa locura en la sala de Armas de la Ciudadela, uno de los rincones inolvidables de la ciudad, entre una maraña de gente, uno, sin querer, ya iba oliendo a pólvora. Esa pólvora que desprende los carros de fuegos de artificio y que, cada día, del 6 al 14 de Julio, son lanzados al oscuro cielo de la ciudad, en un fragor más de la Fiesta, desde uno de los baluartes de ese impresionante recinto. Y a velocidad de ocho por hora, y esquivando a personal más acelerado que un propio, me dirigía a cumplir con mis obligaciones sanfermines. Bueno, mi única obligación pecuniaria, como es pagar el abono. Del resto de obligaciones, todavía queda mucho por hacer.
Un calor sofocante, ahogante, un verde impecable, unos jardines multicolores, que en pocos días quedarán arrasados como si Atila y sus huestes pasaran por allí. Y la verdad, es que estoy convencido que el rpopio Atila no sería capaz de formar tanto alboroto, ni calvear los jardines, ni producir tanto destrozo como las hordas llegadas de todos los lares. ¡Y qué más da! ¡Estamos en Sanfermín! Es el grito de la ciudad.
Llegaba al bar de Lucio, y lo primero que me encontraba era un tablón repleto de peticiones de venta de abonos. ¡Ahora se vende el abono a su precio! Y, encima diciendo tendido, fila, teléfono de llamada. ¡Vamos! No es aquello de vendo boli por dos mil euros y regalo dos abonos de tendido 2, fila 1. ¡No, no! Vendo abono a su precio. Y hay tantos así, que va a ser imposible vender todos, y no va a quedar otro remedio que abandonar el abono ancestral, ese que se rifaban en las herencias por encima de tierras y casas, ese que terminaba con relaciones entre hermanos porque el viejo se lo había dado a fulano en vez de a mengano. Ahora, tiene c.... la cosa, que toda esa gentuza que tiraba del abono para hacerse el julio y el agosto, y donde ponía quinientos vendían a 1.200, sacando 2.800 euros de pasa en cuatro abonos para irse de vacances con toda la prole, no tienen más remedio que ir a la plaza, a un evento que ni conocen porque esos buenos asientos eran del abuelo y desde 1.973 que murió siempre los han pulido. Y como esto siga así de recurrente, igual es mejor no gastar tanto dinero en abonos, dejarlos y cagarse en la madre que nos parió, que mi hermano se quedó con las acciones del español de crédito. Aunque no sé si le irá mejor. Y es que está la peña que se tira de los pelos.
A última hora de la tarde, paso por los corrales del Gas y veo el mamotreto de habitaciones que les han preparado a los mayorales, y el nuevo almacén, quitando el terreno que había para compartir las tardes-noches, donde se ubicarán los tablones del encierro a partir del 14 de julio y hasta la cita siguiente. Veo que ya hay guardia de seguridad en el recinto, así que Curro, el vaquero de los corrales estará a punto de llegar. Siempre lo hace con unos días de antelación a la manada, para prearar corrales, comprobar que no haya desperfectos del invierno y demás faenas. Y aún no se sabe cuándo llegan los toros al Gas.
De ahí me acerco a la Peña Rotxapea, mi peña, para acompañar a un colega a recoger abonos, y yo a mirar entradas para los sobrinos que un par de días quieren ir a desmadrarse por las andanadas solariegas. Y es que con 16 años hay que empezar a cogerse una buena curda en eso de los toros. Y no es malo. Siempre de esa escuela, quedan unos cuántos aficionados buenos con el tiempo. Ya en la oficina, mi sucesora en el cargo principal me comenta que para 11, 12, 13 y 14 no tengo ningún problema, sobre todo 13 y 14 que quedan demasiadas. Es decir, en las peñas cuando sobra papel siempre es cuando llegan las corridas de las figuras. Tomo nota, que diría Juncal, y me vuelvo a casa en una noche fría después de la tormenta que ha caído. Y mañana, vuelta la burra al trigo.
Pues mira, espero yo que no venda un monton de abonos la Misericordia, y que pongan coto a la asquerosidad de tener que sufrir a 5 txarangas tocando a la vez mientras alguien se juega el pellejo. Puede que este mas que equivocado,pero yo achaco el desinteres que pueda sentir el personal a venir a Iruña a eso,por que no se disfruta viendo toros. Y es muy caro, y muchas tardes uno sale pensando muchas cosas nefastas. Y no me quiero estender y dar el koñazo,pero fue un gozo el año pasado el dia de los Miuras. Esa es my opinion,y eso es lo que creo,y ademas es que lo entiendo el que no quieran venir, y no hablo de los toreros. un saludo.
ResponderEliminarKaparra
A veces no te entiendo Kaparra. El q no se vendan abonos de las familias pamplonesas no tiene q ver nada con lo que llamas la asquerosidad de las txarangas. El que no venga gente a Pamplona a los toros lo ahaco yo a otros temas. Uno era, la vergüenza de la reventa de esas familias que le sacaban más del doble al abono y el reventa para ganar te lo ponía al triple, y al final pagaban un ojo de la cara por él. A su precio, todo tiene su medida, y este año eso va a ocurrir. Lo de Miura del pasado año se lo preguntas a Padilla, y verás cómo te dice que estás más que equivocado. Que con la plaza a tope es una pasada torear. El año pasado entre histrias y fútbol quedamos mil en la plaza en el último toro, ¿eso te parece bonito? A mí, sinceramente, no. Y eso de que la gente no quiera venir, es tu opinión, pero Pamplona multiplica x 5 su población en estas fechas, y gustará más o menos la movida que se monta, pero hay sitio para todo y para todos. Y los aficionados tenemos un montón de vivencias a lo largo del día, todos los días, un circuito que se dá en pocos lares del orbe tarómaco. Y el molésplus tb. quitará lo suyo digo yo. En fin, no entiendo que quieras lo peor para la empresa más honrada y más justa de todo el tinglado taurino, que encima va a solucionar un montón de problemas de muchos ancianos, que viven de maravilla sus últimos años. Conozco a muchos de ellos que no les han metido sus hijos, o abandonados. En la MECA eso es difícil. La de gente que está allí vendiendo su piso, porque viven como en un hotel de lujo.
ResponderEliminarLo dicho, chico, no te entiendo.
No me he esplicado nada bien. Te doy la razon en unos puntos que mencionas, y no les deseo lo peor ,pero rediez,que si pongan coto al total descojono de las txarangas. Respecto al domingo de los Miuras,reucerdo que cuando Valverde se tiro pesimamente a matar,recuerdo que alguien le chillo ,maloooooo,se oyo por toda la plaza. Acontinuacion,lo intento hacer mejor. Un dia normal habria pasado deaspercibido y tira millas, a eso voy. Entre follon y follon muchas veces se "camuflan" las pocas ganas de algunos toreros de trabajar,o se le van las ganas,recuerda a Fandiño con la de Dolores. Creo que ahi la Meca puede meter mano. Un quinto de plaza impone su ....lo que sea,no se como llamarlo, y yo,vivi otra Pamplona en ese dia de corrida. De todas maneras,si tenemos oportunidad y te patece, ya lo devatiremos en vivo y en directo,que creo se sera un debate ameno.
ResponderEliminarUn saludo.
Kaparra
Lo siento amigo Kaparra, pero cada plaza, cada ciudad, tiene su forma y característica y hay que aceptarla. Sevilla silencio, Madrid murmullo y Pamplona bullicio y como muy bien dice Patxi..., Padilla como se sintió ese día?.
ResponderEliminarEnhorabuena Patxi por este blog.
Saludos.
Jemapemo