Los novillos de El Parralejo, que llegaron ayer a la Monumental pamplonesa ya se encuentran agrupados en su corral. ¡Qué curioso es ver las diferencias en el comportamiento! Así se sabe más si se trata de novillos que de toros, porque este lote es una corrida en el ochenta o noventa por ciento de los cosos existentes. Pero, al verlos agrupados, con el castaño 1, más chivato y apartado, y detrás todos del bello 23, el jabonero de nombre 'Barrenero', hermanados y apiñadas sus culatas, denota que la candidez de la juventud no se ha roto, como pasaría echando una yerba más en estos muchachos. Ocho están, con dos más justos que quedarán debajo, y con el 5 y el 22 que se han quedado en casa porque se salen de madre. Y es que Navarra tiene un límite de peso de 500 kilos para los novillos, y aquellos dos ya sobrepasaban sobremanera tal romana. Quizás pensemos que ya los reutilizarán, pero lo cierto es que esta casa, que acaba de empezar no puede ir más allá de lo que tiene. El compromiso en novilladas picadas era con Castellón y Pamplona. Esos dos utreros serán punto de encuentro para entrenamiento a puerta cerrada de alguno de los toreros matadores del escalafón.
Si decimos que este año, parece que el escalafón novilleril tiene más interés de los de pasadas temporadas, esperemos que el 5 de Julio, los tres en paseíllo encuentren el utrero soñado para solaz disfrute de los que allí nos encontremos. Al final, el deseo de siempre, llegar a ver el milagro una vez más. Cosa cada vez, más harto difícil de encontrar.
¡Ya falta menos!
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