martes, 8 de febrero de 2011

VIAJE A LOS TOROS DE PAMPLONA. VII

Volvíamos por la autovía, como dice la canción, caminito de Heré, aún comentando el día y seguíamos sorprendidos con lo bien que está el cercno al centenario ganadero y alucinando por alguno de sus cuentos del día. Lo de conducir es difícil de creer, pero lo de su carnet aún más. Como nos contó, aburridos de verlo en tráfico, este otoño le han renovado el carnet ¡hasta el 2015! Y nos reíamos pensando en la cara que pondrá el funcionario en cuestión cuando llegue esa fecha y esté al punto de la mañana a renovarlo por otros cinco, ja! ja!. O cuando nos contaba que en unos días, en cuanto se secara un poco el suelo saldría por las mañanas a caballo por la finca. La verdad ¡genio y figura! ¡todo un crack! este Don Salvador. Y así comentando y comentando nos llegamos hasta la zona céntrica de la ciudad del caballo que teníamos cita en el programa taurino de la COPE del amigo Sotelino. Preparando la cita porteña del día posterior y hablando de los toros visitados y de los sanfermines quedábamos citados en los estudios para charlar con Manolo en su programa 'Puerta grande' a las siete de la tarde y casi con la hora encima entrábamos en sus locales.
Tanto Polite como un menda han fatigado en esas labores en la emisora popular así que casi uno se encontraba como en casa, y allí largamos de lo divino y humano de esto de los toros, de los sanfermines, de nuestro viaje, de cómo nos parecían la situación actual, los toros reseñados, además de avisar a quien pudiera que el martes las nueve de la noche (¡vaya horita!) coloquiaríamos sobre los sanfermines, aprovechando que el Guadalete pasa por Jerez, en el club taurino El Rabo de El Puerto de Santa María. En medio de ello, entró en antena Víctor Puerto, y la verdad es que me sorprendió por el poso y la humildad que demostró en sus palabras, notándose ese cuajo que se gana con la edad. Así se lo hice saber a la vez que le recordaba algún lance de Pamplona y preguntaba sobre su último triunfo, y ¡coño! me relato y recordó al compadre Juan Ignacio que fue quién se levantó para indicarle lo que tenía que hacer con aquel toro, al que, obediente, el matador le cortó su último apéndice en la ciudad. Veremos cómo le va a ir por el planeta toros, pero si de verdad está con la firmeza, humildad, poso y gusto con el que habló puede dar buenas tardes. Para empezar nos despedimos hasta San Raimundo en Fitero y parece que va atando tardes.
Terminado el programa a la Peña 7 de Julio, donde esperaban más de un amigo para echar unos tragos y un ratito largando de nuestras cosas. Ahí estaba mi poderdante, Javier, que con once años ya se ha estirado, y de qué manera, con un becerro a plaza llena en el último bolsín. Tiene madera, va a ser torero y ya arreglamos que tiene que entrar en la escuela y sorprender a todos. La verdad es que está muy toreado de salón, y ya con su parca edad y poquita cosa que parece (me recuerda en carita de bueno, seriedad, hechuras a El Juli de 1.994, becerrista poderoso por entonces) asombra a propios y extraños por su forma de ser, de hablar. Encima notas sobresalientes, así que Pregrino hijo se ha ganado entrar en la escuela taurina. Los dos nos pusimos a charlar en una esquina, pero luego, con Polite filosofando sobre la vida, dándole grandes palabras fue el centro del momento. Era un gusto para todos ver la carita del muchacho, atento a lo que decía Polite, en su faceta más docta e ilustrativa. Y así se nos fueron las horas hasta que despedidas de todos y a picar rápido algo a la Tertulia de Pedro, a puerta cerrada, los últimos y fregado y recogido todo salíamos a dormir que por la mañana tocaba campo.

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