Buena corida ayer en Madrid. La presentación de los toros de Carreño, de Enrique, de su jefe ladrillero fueron de nota. Toros hondos, bien hechos, pesos adecuados, salvo el sexto, para el cuerpo que llevaban dentro. En fin, un buen lote.
De los toreros, alegría inmensa por lo sucedido con Talavante.
Qué hermosura de toro. Sardo me parecía, más que castaño salpicado, girón casi en verdugo y demás accidentes que se pueden soltar. Un toro bravo que demostró ser de vuelta al ruedo. Hace poco ví un toro con menos emoción, más colaborador sí que era, que sigue vivo en la finca, a la espera que de los de hoy en Madrid, sus hermanos, vuelva alguno a hacerle compañía.
Varias notas para apuntar sobre ese toro, que ya he visto dos veces esa faena y me hago churubitas por las sandeces que escucho en la tele. ¡No saben qué dicen! Que si ojo con este, se va a quedar, que no lo pongan más al caballo, que como lo han picado poco no merece vuelta, silencios porque no sabe hilar el manolo albaceteño, que si no tiene más pases y vete a por la espada mientras el toro tenía cuarenta pases más, que si vale ya y le mete siete naturales en la boca de riego, que si no me parece que este vaya a ser al principio y luego el toro estrella. Y que la gente no guarda rencores, que si El Cid estamos todos contigo que tú puedes, que seguiría y seguiría, y uno que quiere escuchar el ambiente de la plaza y no puede callar a los largones.
Es de suplicio el tándem. Falta el saber, la corrección del trianero. A ese, no lo tiene adocenado el castellonense. Es el único que le lleva la contraria o le calla y Molés sabe quién sabe y silencia más sus intervenciones. Con el de Albacete se crece, defendiendo a quien él cree y dando a quien no se lo merece. Y no se entera que El Cid está para quedarse en casa una temporada. Que todos le hemos visto en la cima, pero que no se puede vivir de los recuerdos. El toreo es a diario.
En contra de muchos, el toro se mereció la vuelta al ruedo y lo voy a funamentar. El pasado noviembre en las jornadas universitarias sobre el toro de lidia tuve el honor de presentar unas ponencias y moderar un debate. En una de esas ponencias, el veterinario de la UCTL, Julio Fernández, y el matador valenciano retirado Manuel Sales presentaron un estudio sobre las suertes de varas y de banderillas. El tema de las varas explicaba, demostraba, que la exanguinación no era el fundamento de la suerte, sino el ahormamiento que se produce en cada encuentro con el caballo. De los 37 litros que tiene un toro de Madrid, en una suerte puede perder entre 1 y 2,5 l. según se haga bien o exageramente mal. Y el estudio demuestra con pruebas sobre toros tras la muerte, que es falso que deban sangrar para oxigenarse y demás cosas que llevamos en los tópicos los aficionados. Dejando aparte cómo se debe picar y no como lo hacen, el toro de ayer topo fuerte con el caballo, más en el primer encuentro que el segundo. Eso hizo que el picador volara mientras el bravo y noble toro hacía por empujar y sacar al caballo de la plaza, olvidando al humano del castoreño. Volvió a entrar bien colocado. Y si lo ponen más veces, más hubiera entrado. Para mí, ese toro tenía muchos más pases aún. Y estoy convencido que si le sacan al final el caballo para medir su bravura, vuelve a entrar de largo. Por eso, yo hubiera sacado el pañuelo azul.
Y los 'manolos' no se enteraron de un toro que varios aficionados juntos, desde el primer trote en la salida vimos el ritmo, el son que tenía. No digo lo de clase, como dice Zabala en su estupenda y acertada crónica de hoy, porque no se si "Cervato" era Conde, Marqués, burgués rico o limpiazapatos para extraer qué clase tenía. Y luego no hicieron más que defender a El Cid, que una vez más echa la culpa al público que no entiende que él quiera enseñar el toro para lucirlo y como es malo se equivoca por enseñar lo malo que es. Galimatías que se acaba poniéndose delante, cómo y donde hay que estar, y nadie te pitará ni te echarán cuentas malas.
En definitiva, que echo de menos a Emilio Muñoz, cabreadito de Triana le dicen algunos. Pues eso echo de menos, alguien con pelés que diga las cosas bien, y sobre todo, que ve las cosas y las dice. Y los 'manolos' nos van a dar la semana.
En el primer encuentro no se le pico, se partio la vara,eso no lo vio usted? fue un topetazo, no un derribo por empuje.MADRID NO ES SEVILLA AMIGO.
ResponderEliminarPaco
Qué tal Patxi. A Molés hace tiempo que se le vé el plumero. Le ha costado una barbaridad reconocer que lo de Victorino está en horas bajas, ahora anda con lo del Cid. No deja de dar la brasa desde su puesto como si fuera el director de lidia, y todo lo que no le agrada es una "bacalá", como tantas veces repite. En esta Feria hay dos detalles de traca; uno no deja de ser una anecdota, cuando apareció el otro día el picador de Saldivar, Romualdo Almodovar y quiso hacerse el gracioso diciendo que con ese nombre sería mejicano. Muñoz, casi sin aguntar la risa le dijo: "Pues es de Heré, y además tu lo conoces".La otra me parece más seria para alguien que se dice profesional de esto,cundo dijo que no había visto la faena de Fandiño el 2 de Mayo. ¿Con todos los medios que usa el plús y no tiene posibilidad de verla más tarde? Pues vaya aficionado ! Esperemos que al de Triana no le cueste la cabellera todos estos toques al jefe de la tribu.
ResponderEliminarDe lo de ayer, enorme Talavante, en una faena ,para mi, bella por atípica,toreando como le salía. Hasta la estocada me pareció improvisada, pese al rollo que nos metió la pareja. Del toro qué decir, y más para los que somos de aquí ! El Cid, que se dió a conocer y triunfó con lo más duro, no está para muchos trotes. Ya se vió con el Miura de Valencia, en cuanto se le plantean dificultades, empieza con un quiero y no puedo o no doy para más, y nos pega un tostón como el de ayer. Esperando a Perera. Hay en la revista que edita Taurodelta y que se puede leer en Las Ventas.com, una entrevista con el gran Manili, que deja dos frases que se pueden aplicar muchos de los que salen al ruedo, de los que están en el callejón y alguno que está trás la pluma y el teclado. A saber: "El torero que tiene afición no se aburre nunca". Y la otra: "Al final de mi carrera ya no estaba dispuesto a bajarme los pantalones con las empresas". Casi ná. Un saludo.