Hace un montón de años, un veinteañero largo, cerquita de los treinta, llamado Cayetano Rivera Ordoñez, decidió ponerse a torear. Cuentan las malas lenguas que de chaval, delante de una vaca en casa del abuelo, el gran Antonio, intentó torear alguna vez y fue aquél quien le conminó en las educadas formas que dicen mantenía, a dejar eso para su hermano, que sí tenía futuro, y dedicarse a otras cosas. Uno no sabe si creerse estas leyendas en un mundo en el que nadie dice la verdad ni a tiros.
Muerto el abuelo, y separado de su bella mujer, el joven decide ponerse a torear, y tras hablarlo en la familia, se decide que sea el tito Curro la persona que esté a su lado y le lleve por el buen camino en este mundo tan canalla. Y así, ante las primeras pegas por parte del oficio, firma veinticinco corridas sin picadores en varias fincas en unos cuantos días y se lanza a tomar la alternativa con picadores. Lo que a chavales de escuela y demás cuesta sangre y sudor, el nuevo novillero lo consigue sin problemas y sin pausas. También hay que decir, que ya es un bizarro hombre, y que está más que puesto en esto del toreo.
Desde su inicio como novillero sorprende por su asentamiento, lógico por el campo hecho, y más aun por su forma de torear, tan suelto y fuera de cánones escolares, lo que hace que coja ambiente enseguida. El personal se vuelve loco, y mucha gente, amigos y conocidos míos algunos, se lanza a seguir al muchacho como la nueva maravilla del toreo. - Ha vuelto Antonio Ordóñez - se llega a decir desde la sabia canallesca oficialista. -Se llama Cayetano y es de Ronda - hablan del madrileño por la coplilla de su bisabuelo. Un propio tiene la gran fortuna de verlo en Jerez por primera vez, en su primera temporada después de la toma de alternativa a final de la anterior temporada, y queda gratamente sorpendido por sus maneras diferentes ante un novillo que quizá fuese el de mayor peso de todos los bureles basculados en aquella feria. 485 kg. pesaba el utrero contra toros para las figuras que no llegaban a 460 kg.
Tanto fue la sorpresa, que cuentan que la Comisión de la Casa de Misericordia de Pamplona, la MECA para los amigos, propietaria del coso de la Feria del Toro, se puso en contacto con sus apoderados por si podía ser de la partida del inicio del ciclo sanferminero que comienza con la novillada. Su mentor, el otrora maestro madrileño de Linares Curro Vázquez, gran desconocedor por su propia inquina y fobia de la feria del Toro, les solicitó a los gestores que su torero sería de la partida, pero con el ambiente que tiene y lo que atrae debiera torear el día del santo patrón, es decir, el 7 de Julio, o si no nada. Esta petición, tomada a risa en la MECA por no indignarse por el desconocimiento que unos profesionales tenían de lo que es la Feria del Toro, fue rechazada sin paliativos. Hoy en día, desde hace más de cincuenta años, la Feria del Toro se compone de ocho festejos entre el 7 y el 14 de Julio. El resto de festejos dados son fuera de Feria, aunque en el abono de Julio se da una novillada y una de rejones, así que imaginen aquellos que desconocen este hecho, la cara de los propietarios ante la petición realizada por unos, en teoría, profesionales del toreo.
A partir de ahí, este torero no tuvo más contacto con Pamplona. De hecho, aquel mismo año llegó a lidiar una novillada en Tudela, en la chata de Guiseras en manos de los Chopera. Pero con Pamplona, su apoderado, que nunca tuvo fe ni ambición por demostrar su valía en la arena sanferminera, ni pre, ni post, no quiso saber nada más de ella. Ni siquiera cuando su gran muchacho tomó la alternativa. Vázquez y la MECA no llegaron ni siquiera a hablar de ello. Ambas partes sabían que el torero no quería venir y que la empresa no les podía dar lo que solicitaba, y no me refiero a dinero.
Sin embargo, amigos y conocidos que le seguían, además de la gran campaña de marketing orquestada hacía que todos los años desde estas fechas y hasta fin del abono pamplonés, mucho personal seguidor de la Feria, se preguntara porqué no venía Cayetano a su ciudad. Público de fuera incluían esas lamentaciones. A lo que uno siempre respondía que ni Pamplona necesita a Cayetano, ni Cayetano a Pamplona. Punto. No quería dar a conocer mis ideas y mis indagaciones porque no interesaban a quienes se guían por el divertimento y no por la pasión.
Hace un año, ante la misma pregunta en algún foro, comenté que a mi parecer nunca se podría dar este hecho porque la MECA no permitía ni una modificación en los lotes comprados y reseñados, que salvo percance demostrado arriban con buenos días de antelación a los corrales del Gas. Que como primero se compra el ganado y luego van los toreros, el Sr. Vázquez no le interesaba si él no podía hacer las cosas a su manera para su niño, sobrino, matador, Cayetano. Además de insistir en que el toreo del matador en Pamplona podría librar alguna batalla si no era de firmeza, ya que este coso es de los pocos que trata con insidia desde la solanera a niñatos televisivos y demás, por muy guapos que sean.
Pero el 2.010 trajo lo peor para esta feria. Morante, el del perfume embriagador de la feria del 2.009 se recogía en los brazos de Curro Vázquez, y sonaba la alarma. ¿Vendría el de la Puebla del Río a los Sanfermines? ¿Pediría la incusión de sus dos diestros el otrora maestro madrileño de Linares? El caso es que al final no vino ninguno. Y a Morante se le ofreció el dinero que no había visto junto en su vida. Y Curro Vázquez paseo por tres de las ocho fincas elegidas, buscando el toro que se acercara a lo que él quería, y salió 'acojonao' de dos, y en la tercera aun tuvo los santos reales de preguntar al ganadero si se podía modificar algún burel. Decisión final para disgusto de los pamploneses y demás que seguimos esta Feria; Morante no viene a San Fermín.
Malas lenguas hablaron de venganza por lo del sobrino. Otros hicimos lo indecible por contar con él. Pero, visto de lejos, creo que la suerte estaba echada desde el día en que José Antonio firmó con esa casa su apoderamiento. Algún critico local habló del odio de Curro a esta ciudad. Yo no lo sé. Les puedo decir que no está haciendo nada bueno para la Fiesta, cuando es capaz de cometer atropellos con los ganaderos, que si no, no lidian, con la empresa, que si no, no tienen sus toreros, e incluso con sus toreros, cada vez más mirados con lupa y más rechazados por muchos aficionados.
Y después del examen de ayer, que a la salida del cuarto me llama mi santa madre para preguntarme si de verdad el anterior toro era tan malo, no valía o es que el muchacho no había estado a tono, tuve que contarle a mi señora madre, ya entrada en edad, que no se crea lo que dicen en la tele y que siga viendo los toros con el corazón, que Cayetano ha suspendido, y ella también lo ha visto. Más tranquila me cuelga y seguimos a los toros, y al final de sexto, ya me queda más que claro que Cayetano no está para esto del toreo. Que ni Madrid es Torremolinos, ni su apoderado puede convertirlo en ello. Quizás, lo consigue en Jerez y otros sitios, pero hay plazas que no deben plegarse a estos tejemanejes. Y queridos amigos y lectores varios, esta es el fundamento por el que Cayetano no debe estar nunca en la Feria del Toro. Hay más ferias, muchas barracas y talanqueras dispuestas a liarse la manta a la cabeza y llevar a un hombre tan guapo. Aquí hemos sido más de Manili.
Hola,
ResponderEliminarGran verdad, Cayetano... sin comentarios. No está ni se le espera.
En referencia a como trabaja la MECA, espero que siga muchos años igual!!!, primero los toros y después los toreros.
La feria del toro, como bien dice el nombre, es del toro!! que si por lo menos vemos toros ya es algo, que para ver bueyes con toreros me quedo en casa, jeje.
En lo tema de mandar los toreros, después pasa lo de ayer en Madrid, como en otras muchas mas plazas, que no hay toros y se nos queda una cara de tontos que para que.
Si los empresarios no se dan cuenta que sin toro no hay toreo, vamos de mal a peor.
Saludos
Una entrada muy interesante.
ResponderEliminarCuando ayer marchaba de la plaza, mi conclusión era que con el dinero que la empresa se ha gastado en traer a Cayetano, se compra una miurada en toda regla, de esas que arrean como las de Pamplona y me llena muchísimo más que el tostón que nos tragamos ayer. Encima con el escándalo previo en los corrales.
En Madrid, muchos echamos de menos que Miura sea fija en feria y ya lleva como un lustro sin aparecer. Pero la empresa no la paga, se gastan el dinero en este producto de marketin llamado Cayetano.
aunque un poco tarde qiero decir que cayetano solo es la punta del izeber ytalabante.manzanares.ponce y el intocable jose tomas ...son todos mas de lo mismo usureros faltos de verguenza torera y si los aficionados no les plantamos cara esto esta acabado
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