José Tomás ante la historia.... por Manuel Sotelino

La gran noticia de la temporada saltaba hace escasos días cuando el círculo de José Tomás daba a conocer la vuelta del torero en Valencia el próximo día 23 de julio. La reaparición del torero de Galapagar es una magnífica noticia que reaviva de nuevo la Fiesta y le da aún más vigor si cabe. Aquí, en los tiempos que imperan, nadie sobra y todos los toreros son bienvenidos si traen misterios que contar bajo el brazo, o bajo la muleta.

Pero con la vuelta de José Tomás reaparece de nuevo una duda. ¿Debe de venir cómodo para darse un paseo por las mejores plazas de España? No cabe duda del tirón taquillero del de Galapagar. Así como tampoco quedan dudas de la dimensión de primerísima figura del toreo. El que llena la plaza manda. Eso es incontestable. Mas tampoco es menos cierto que si echamos un vistazo para atrás, la historia de la Tauromaquia está cargada de rivalidades y de antagonismos. De dos formas de ver el toreo y de interpretarlo. Desde Pedro Romero con Costillares, hasta la actualidad, las temporadas han estado plagadas de malos humos entre toreros que se batían el cobre en las plazas de toros. Belmonte y Joselito, Lagartijo y Frascuelo, Ordóñez con Dominguín, Manolete con Arruza… y así podríamos seguir con parejas que han dado gloria a la Fiesta Nacional.

José Tomás tiene y debe que medirse con los más grandes del toreo que le están esperando. Manzanares, El Juli, Morante o Castella, o Talavante, tienen que medirse con él. Si el torero de Galapagar no está dispuesto a venir para borrar del mapa a sus contrincantes, casi mejor sería que se quedara en casa. Podría darse la paradoja de que un torero que podría escribir una de las páginas más doradas de la historia de la tauromaquia, como es José Tomás, podría llegar a ser al final un simple matador, que fue muy valiente, que le pegaron mucho los toros, pero que se negó siempre a torear con los que podían hacerle sombra.

Manuel Sotelino, cronista taurino de Cope Jerez