martes, 1 de febrero de 2011

VIAJE A LOS TOROS DE PAMPLONA. IV





Llegamos puntuales a El Alamo, restaurante sito un poco más adelante del cruce de la carretera de La Campana, lugar donde se encuentra Zahariche. Abrazos con El Toto, saludos de todos y a comer.
¡Y empieza la guerra del humo! Polite, Pepe y Toto desproticando de la ley, uno que la ha leído dando más leña al fuego por las verdaderas estupideces que plantean algunas de sus estipulaciones. Pedro, radicalmente en contra de todo lo que sea humo. Yo no soy tan radical, además sigo a gusto fumando un puro tras una comida, lo cual ya no puedo hacer más que en mi casa, y allí no fumo salvo algún acto social que otro que tenga. Yo no soy fumador, y sin embargo la ley me parece ridícula. ¡Sana, pero ridícula! Y con la leña al fuego echada nos vamos sin postre ni nada a tomar el café y la copa al cortijo que Cristina, la mujer de Toto, nos espera allá. ¡Lo siento cuerpo, pero hoy toca buen puro!
Es una lástima pasar delante de Lora, ver cómo está anegado hasta cien metros más allá del normal cauce del Guadalquivir y el Sr. Miura que nos comenta que no vamos a poder ver ningún toro, que han tenido que llevar la comida al comedero de más cerca y desde la valla se pueden ver, pero desconoce si hay ahí algún 'pamplono' o se habrán quedado a lo lejos del enorme cercado donde cohabitan los mayores. A pesar del día soleado y caliente para nosotros, el agua está patente en cada rincón. No importa, copas, charla, risas en casa de Cristina y Toto y como no visita al museo que sólo Polite, Pepe y yo lo conocemos así que los tres disfrutamos mirando al personal. Las caras que se les queda viendo historia pura de más de 160 años, y en un rincón la salita con dos mil años de historia. Arte, historia y tradición en un museo de cultura como ya quisieran muchos de los que cuelgan 'colgaduras' raras, progres y 'modernísimas' en tantos y tantos eventos y seudomuseos pagados por la Sinde con nuestra tela.
La licencia del día tomarme un pacharán que saca Toto, casi entero y que resulta ser del dejado en anteriores ediciones por un propio, y a compartir nuestra pasión. Escuchar a Toto, charlar de amigos comunes y ¡tate! que me pone Pepe el móvil que el sobrino está al otro lado. Estabamos hablando de El Conde, y Guillermo al otro lado de la línea que me llama para darme una muy buena noticia que me hace saltar de alegría y ya quedamos para el jueves con él en Los Bolsicos, y ya le paso con Carlos, se pone Pepe, Toto y le ponemos los dientes largos de la tarde que estamos echando.
La verdad es que no ver los toros en esta casa no tiene mayor relevancia. Ni siquiera Miguel sabe cuales son, y a veces dudo de que para estas fechas, Toto o Eduardo tengan claro la composición del encierro pamplonés. Aún recuerdo las reseñas de los del pasado año y luego llegó uno de aquellos posibles. ¡Y qué más da! Miura y la Feria del Toro son uno, una comunión del feligrés devoto con su religión y al cual se le puede perdonar pequeños deslices por el amor que da y entrega. ¡Ay, amigos, y eso no lo entiende mucha gente! ¡Y menos los críticos de villa y corte que no entienden las reminiscencias antiguas de este toreo!
Salimos de noche de Zahariche, y eso que en Sevilla se va el sol ¡una hora! más tarde que en Pamplona y con sinceras despedidas dejamos la casa de las calaveras fordianas caminito de Heré donde la casa de Javier nos espera limpia y preparada por Pepe, amigo de verdad, anfitrión y cónsul pamplonés en su pueblo, la ciudad del caballo. Y mañana que se apuntan a Fuente Ymbro. ¡Somos una expedición! Más vale que las casas que visitamos son largamente conocidas por aquello de no abusar. Pero ya sabéis que los amigos están para dar y compartir y entre amigos no hay abusos, debe haber sinceridad.

2 comentarios:

  1. suerte es este viaje mientras los demás nos morimos de envidia, o por lo menos yo.

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  2. Manuel, tumbado en la cama me pillas después de volver de la plaza San Roque en Sanlucar, antes de darme una ducha y salir zingando para la presentación del El Puerto, que me dicen hay expectación por oir los desvaríos de unos norteños. No tengo tiempo de escribir, pero lo de F.Y., Cebada y Cuvillo que llevo ya es mundial.....

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